RUDOLF ALLERS : EL SEXO:
UN ACCESORIO DEL AMOR

RUDOLF ALLERS: FINALIDAD SACRIFICIAL DEL INSTINTO EN LA EXPRESIÓN DEL AMOR

22) De ahí que el gran psicólogo alemán Rudolf Allers ha dicho que “entre el instinto y el amor hay una diferencia notable y al mismo tiempo esencial. El instinto no busca más que su propia satisfacción, el amor busca el bien del otro. El amor solo quiere dar, el instinto sólo quiere tomar. En el amor es natural el sacrificio, el instinto, por su naturaleza, desconoce el sacrificio, trata de apoderarse de su presa. En el dominio del instinto no hay elección, ni decisión, ni sacrificio. Ellos existen solamente en el dominio del amor”.
23) Allers afirma “la finalidad sacrificial del instinto en el amor humano”. El instinto, dice, tiene primariamente la función de asegurar ciertos valores vitales. Existe además para servir al amor humano como medio de expresión y de realización. ¿Y cómo expresa el amor? Sacrificándole lo instintivo. El instinto, afirma Allers, existe para proporcionar un alimento al sacrificio que exprese el amor y lo realice.
24) “Vemos bien aquí, dice Allers, esto que le reprochan a la visión moral cristiana todas las doctrinas que, en nombre de la naturaleza y de la libertad, preconizan una moral sexual. Pero esto que ellas llaman la naturaleza, son solamente funciones muy primitivas; y lo que exigen en el nombre de la libertad, es más bien libertinaje; lo que presentan como una nueva moral, es en realidad una antigua moral, pagana y primitiva”
25) Sin embargo, observa Allers, “Amar quiere decir estar dispuesto al sacrificio. Poder e igualmente querer hacer sacrificios es pues un rasgo esencial de la naturaleza humana. Pedimos que el mismo niño sepa sacrificarse; no solamente para que se encuentre preparado para la vida que lo obligará muchas veces, sino también para que se vuelva realmente un ser humano, para que desarrolle en sí estas cualidades esenciales que hacen del hombre un ser tan diferente de todos los que existen sobre la tierra”. “Para que el hombre realice lo que hay de más alto en su naturaleza, es necesario que pueda oponer su voluntad a los impulsos o a los deseos imperiosos que corresponden a la parte inferior de su ser” .

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