LAS BODAS del MESÍAS [1]
El NUEVO TESTAMENTO: RITUAL de BODAS las del CORDERO

LAS BODAS DEL MESÍAS:
Y EL NUEVO TESTAMENTO,
SU RITUAL Y EL RITUAL BÍBLICO Y JUDÍO DEL MATRIMONIO

Leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica:

1602 La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gen 1,26- 27)[1] y se cierra con la visión de las «bodas del Cordero» (Ap. 19,9[2]; cf. Ap. 19, 7[3]). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su «misterio», de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación «en el Señor» (1 Co 7,39[4]) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf. Ef. 5,31-32[5]).

Como puede verse en este texto del catecismo, el sacramento del matrimonio es un misterio grande porque su modelo ejemplar es el amor de Cristo a la Iglesia, siendo imagen y semejanza de “Las Bodas del Cordero, las Bodas del Mesías” (Efesios 5, 31.32). Reproduzco a continuación un estudio del hebraísta Pastor Eddie Chumney traducido por Samuel Daniele. Me he permitido adaptar el texto para una lectura católica, explicitando sobre todo la doctrina acerca de la Iglesia. Mis notas van entre corchetes […]

Toda la Biblia es un pacto o alianza de matrimonio [Ketuváh o escritura de contrato matrimonial, escritura de los compromisos de alianza matrimonial ver Apéndices o el otro archivo adjunto].

Y esto vale para ambos testamentos. Ya sea para el Tanaj (el Antiguo Testamento) como para el Brit Hadashah (el Nuevo Testamento o Alianza Nueva). Porque ambos testamentos (ambas Alianzas esponsales) describen cómo Dios, a través del Mashíach (Mesías), esto es el esposo, está por celebrar el matrimonio con su novia, [la esposa aquellos que creen en Él] los qué al final vivirán y residirán para siempre junto con El. [O sea la Iglesia, la Humanidad redimida, es decir recomprada de su estado de servidumbre y esclavitud demoníaca],

Dios ordenó y ha establecido el matrimonio y su santidad divina en la Toráh [contenida en el Pentateuco o cinco libros de Moisés, desde el Génesis al Deuteronomio] cuando, en el primer libro de la Biblia, el Génesis, preparó a Adán y Eva para ser una sola carne (Génesis 2, 21-24)[6]. De esta manera, nosotros tenemos un ejemplo vívido del Mesías que se casa con los que creen en Él. Examinemos este hecho más de cerca.

Adán es figura del Mesías Jesús. Adán fue hecho a imagen y semejanza de Jesús (Romanos 5,14[7]). Jesús fue hecho a semejanza de Adán (Filipenses 2,8[8]). De hecho, Jesús es llamado el último Adán (1 Corintios 15,45-47[9]).

En Génesis 2, 21, Dios infundió un sueño profundo en Adán. El sueño es sinónimo de muerte (Daniel 12, 2[10]; Juan 11, 11-14; 1 Corintios 15, 51-54; Efesios 5, 14[11]).

El sueño profundo que Dios indujo en Adán, es prefiguración de la crucifixión y la muerte de Jesús, el Mesías. Dios permitió el sueño en Adán par poder tomar una costilla de su carne. Todo esto ha requerido un derramamiento de sangre. Ésta es la figura de Jesús que fue flagelado en la carne, que ha vertido Su sangre suspendido en el madero de la cruz (Juan 19, 34)

De la costilla de Adán, Dios “edificó” o “construyó” (banáh) a la mujer. Igualmente, a través de la muerte de Jesús y la fe en Él, Dios ha constituido la reunión de creyentes, conocida en hebreo con el nombre de kehilát, la Iglesia. [La kehilát o el Kahál es la asamblea o reunión de los creyentes, es decir la Iglesia, llamada al amor o Esposa]

Aquellos que creen en el Mesías, esto es su esposa, están casados por fe (emunáh). Este matrimonio se encuentra en el Antiguo Testamento (Tanáj) y también en Jeremías 23, 5-6[12], donde está escrito, “Este será el nombre con que será llamado, El Eterno nuestra justicia» (Jeremías 23, 6). Y de nuevo en Jeremías 33, 15-16[13] leemos,  » Éste será el nombre con que será llamado, El eterno nuestra justicia» (Jeremías 33, 16).

En estos versículos de Jeremías, vemos un matrimonio en marcha, porque al anunciarse una nueva justicia se anuncia una nueva Alianza de Dios con su pueblo, justicia ya no basada en las prescripciones de la Ley sino en una persona, El Germen justo, el Mesías y en el vínculo con ella. Por consiguiente, aceptando y creyendo en el Mesías, la novia del Mesías, La Iglesia de sus seguidores, serán uno con Él. Estas personas ya sean judíos o no judíos que han vivido desde el tiempo de Adán en adelante, incluido, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David y Salomón, como así los profetas.

Por eso puede decir San Pablo: “De él [de Dios] os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención, a fin de que, como dice la Escritura: ‘el que se gloríe, gloríese en el Señor[14]’”[15].

“Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo”[16].

CRISTO Y LA IGLESIA
Cristo y la Iglesia, Cristo y cada alma, se hacen uno por la fe (emunáh, pistis) y la caridad (jésed, agapé) que son las virtudes de la Alianza tanto en el nuevo como en el Antiguo Testamento. De este modo, la Nueva Alianza se introyectará en los corazones, en corazones nuevos.

Dios le dictó al pueblo hebreo cuáles deberían las costumbres del noviazgo, el compromiso y el matrimonio, y el rito de la ceremonia de bodas (Romanos 3, 2[17]; 9, 4[18]). Y como el Señor no ha venido a abolir la Ley y los profetas sino a darle cumplimiento[19], el rito de la ceremonia de bodas bíblica que aún celebran los judíos nos ilumina para considerar al Mesías Jesús como el esposo de la Iglesia (Colosenses 2, 16-17[20]). Y para leer el Nuevo Testamento en clave de Ketuváh, o sea de documento o escritura de compromiso para las bodas del Mesías.

Examinaremos, pues, la ceremonia del matrimonio bíblico que Dios dio al pueblo hebreo. Esta ceremonia nos revela que el misterio de Cristo es un misterio nupcial del Verbo con la humanidad. Nos revela el misterio de las bodas del Mesías, del Verbo eterno hecho hombre con la humanidad que recrea en Él.

En los ritos matrimoniales bíblicos podemos distinguir doce pasos que iremos señalando en el Antiguo Testamento y reencontrando en el Nuevo.

1)    La elección de la novia. El don de la Esposa. Dios Padre de la Esposa al Hijo.
De hecho, normalmente, la esposa era escogida por el padre del novio. El padre podía también confiar la elección a alguien de su confianza o enviaba a algún sirviente fiel, conocido como agente del padre, a buscar una esposa. Un ejemplo excelente de esta práctica se encuentra en Génesis 24. En este capítulo, Abraham (figura de Dios Padre) le proveerá una novia a Isaac [que es arquetipo o prefiguración del Mesías] enviando a su siervo Eliezer a buscarla entre su parentela lejana.
                  Eliezer, el sirviente de Abraham (figura del Espíritu Santo) es enviado por Abraham (figura del Padre) para llevar buscar la esposa para su hijo Isaac, figura del Hijo (Génesis 24, 2-4[21]; 15, 2[22]).
               El papel del Espíritu Santo (Rúaj HaKodesh) es de convencer al mundo de pecado y conducirlo a Dios (Juan 16, 7-8[23]). Así era como la novia debe ser normalmente escogidas por el padre del novio, y así es ahora como cada creyente es escogido por Dios Padre y entregado al hijo (Juan 15, 16[24]).
                 El novio recibe a la novia y vuelca su amor sobre ella: “a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino al hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese”[25] .
                 A su vez ella, la novia, recibe el amor del novio y le devuelve su amor a él. Todo esto puede verse en Efesios 5, 25: como está escrito, “Maridos, amad a vuestra esposa como Cristo ha amado la iglesia y se ha dado a si mismo por ella».
                En Génesis 24, Rebeca consintió en casarse con Isaac aun antes de encontrarse. Hoy, los creyentes en el Mesías Jesús consienten en ser la novia del Mesías antes de haberlo visto. 1 Pedro (Kefa) 1, 8 habla de esto, como está escrito, “Que aun sin haberle visto, vosotros le amáis y, creyendo en él aun si no le vemos, ustedes experimentan un gozo inefable y alegría gloriosa».
                 En el libro de Tobías, el Padre envía a su propio hijo a buscar a la novia. Pero éste es guiado, acompañado, enseñado y defendido por un Ángel de Dios que también es figura del Espíritu Santo.

2)    El precio o dote a pagar por la esposa
Era necesario pagar un precio o dote por la esposa. El contrato por el que se establece el precio a pagar por la esposa, en hebreo se llama «mohar». Jesús para llegar a ser nuestro esposo, pagó un precio muy alto por la esposa, la Iglesia, su cuerpo místico formado por todos los creyentes que son sus miembros, pero especialmente por las mujeres bautizadas. Las hijas de Dios que representan a la Iglesia, novia y esposa del Cordero.

Porque así como en la hostia está presente Cristo en toda y en cada partícula de la hostia, así, la Iglesia, que no es algo abstracto, está formada de todos creyentes, y especialmente de todas las mujeres bautizadas. En cada una de ellas está la Iglesia entera, cada una es la Iglesia. La Iglesia se realiza en cada una de las que viven su vida de hijas de Dios como esposas del Cordero, con una espiritualidad esponsal.
Ellas han sido creadas para que la Iglesia se realice de manera especial en ellas y cada una de ellas sea como una partícula individual e irrepetible donde subsiste la Iglesia.
                  El precio que ha pagado el Cordero por la Iglesia ha sido Su vida. Jesús consideró el precio que tenía que pagar por su esposa, antes de la muerte, mientras estaba en el Jardín del Getsemaní para orar, como está escrito en Mateo 26, 39 – «Y, yendo un poco mas adelante, se tiró con la cara en tierra y oraba diciendo, Padre, si es posible, pasa de mí esta copa; no obstante, no como yo quiero, pero como tú quieras».
                Jesús efectivamente estaba diciendo, “Padre, tú has escogido esta esposa para mi y yo he aceptado estos términos, pero, ¿entiendes qué precio debo pagar por ella»?
               Nuestro mohar, nuestra dote o precio nupcial, era Su vida. 1ª Pedro 1, 18-18 dice, “Sabiendo que no con cosas corruptibles, como plata u oro, habéis sido rescatado de vuestra vana manera de vivir la cual recibisteis de vuestros padres, sino con la sangre preciosa de Cristo, como un cordero sin mancha y sin contaminación».
                   En 1ª Corintios 6, 20 está escrito, “De hecho hemos sido comprados a gran precio, glorificad a Dios en vuestros cuerpos y espíritu, el cual pertenece a Dios». Aquí, la pertenencia ya no es la del esclavo respecto del amo, sino la pertenencia amorosa de la esposa al esposo. La esposa en vistas del amor del esposo se entrega al esposo que se le entregó a sí mismo primero.

3)    El Compromiso. QIDDUSHIN
El novio y la novia pactan una alianza nupcial o compromiso nupcial, el uno con el otro. Son los “desposorios” o compromiso o contrato de matrimonio.
Es el primer paso hacia el matrimonio, y es llamado Compromiso o santificación (qiddushin derivado de la raíz, qadash, santidad). La santidad es un “acercamiento” de los lejanos. Ahora los que antes estaban separados, van a unirse por sus voluntades.
En qué consiste el compromiso se explica más extensamente en otro lugar [“Las fiestas del Mesías” cap. 6,].Se lo ha explicado a la luz de lo que allí dice respecto de Shavuot [Fiesta de las Semanas o Pentecostés].
                 Recordemos, que el compromiso es el primero de uno de los dos pasos en el proceso de matrimonio. El compromiso en hebreo es conocido con el nombre de kiddushin o erusin. El compromiso une al novio y novia legalmente en un contrato escrito de matrimonio, pero no conviven todavía como esposo y esposa.
                 Es la situación en que estaban José y María cuando el Ángel Gabriel se le aparece en la Anunciación a María, desposados o comprometidos pero todavía no estaban casados.
                 Históricamente, Dios se había comprometido mediante un pacto esponsal con Israel en el Monte de Sinaí (Jeremías 2, 2[26]; Oseas 2, 19-20[27]). Las bodas se realizan con la venida del Verbo y el nacimiento de la Iglesia.
Si aceptas al Mesías en tu corazón y en tu vida, estás comprometido con Él durante todo el tiempo que vivas sobre la tierra.

4)    Se estipula un documento escrito, llamado «ketuváh» o «shitré erusín»
La ketuváh es el contrato de matrimonio que estipula el precio que dará el novio por la novia, y estipula además las promesas del novio y los derechos u obligaciones de la novia.   La palabra ketuváh significa «Escritura o el escrito» y es un término de escribanía o notarial. El novio promete trabajar para ella, honrarla, sostenerla, ser fiel, proveer los alimentos, vestuario y cada necesidad, y de vivir juntos como esposo y esposa. Que se le diera la ketuváh era el derecho inalienable de la novia y era una escritura con la que podía reclamar sus derechos ante un tribunal. La ketuváh debe redactarse y debe firmarse antes de la ceremonia matrimonial. Todas las promesas que Dios ha hecho a los creyentes son legalmente nuestras, como está escrito en 2 Corintios 1, 20 – “Porque todas las promesas de Dios son en él sí y en él amén…”.

 5)    El consentimiento de la novia
Como hemos visto en el capítulo 6, que habla del Shavuot (Pentecostés), Dios está comprometido con Israel desde el Monte Sinaí, como ha declarado en Jeremías 2, 2. Israel [la novia] ha consentido, a la propuesta de matrimonio de Dios y ha dicho, “Si quiero», como lo contiene Éxodo 24, 3[28].

De la misma manera, la decisión ha de ser personal, individual. Aquellos que desean que el Mesías entre en su corazón y viva en ellos, han aceptado su invitación por fe (emunáh), como está escrito en Romanos 10, 8-10 – «Pero ¿qué dice? ‘La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón’. Ésta es la palabra de fe [el emunáh], que predicamos; porque si confiesas con tu boca que el Señor. Jesús y crees en tu corazón que Dios le ha resucitado de entre los muertos, serás salvo. De hecho con el corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para obtener salvación”.

Por consiguiente, también hoy, para ser la novia del Mesías, es necesario que tú le digas, “Sí, yo quiero”.

Como se ha dicho antes, entre la Iglesia y cada bautizado sucede algo parecido a lo que sucede en la Hostia y cada partícula de la Hostia. Jesús está tan entero en toda la Hostia como en cada partecita. Así también la Iglesia, la novia o esposa de Cristo, está entera en todo el conjunto de almas fieles a Cristo como en cada individuo. Y especialmente en cada mujer bautizada. Cada bautizada está llamada a vivir como esposa de Cristo y a amar a Cristo como su esposo. Indiferentemente si es casada o bautizada. Lejos de ser dos amores rivales y excluyentes, en la mujer casada, el ser esposa de Cristo le hace mejor esposa de su esposo. Así lo testimonia la mística esponsal de la venerable Concepción Cabrera de Armida

6)    La esposa a) recibía los dones y b) juntos bebían la “copa del pacto”
a) El regalo o regalos.
El rito del compromiso (erusin) se completaba cuando el novio daba algo de valor a la novia y esta lo aceptaba. El regalo dado más a menudo hoy es el anillo. Cuando el novio ponía el anillo en el dedo de novia, se completaba el rito del compromiso. Este rito completo es conocido en hebreo como kiddushin que significa «santificación».

La santidad consiste en la cercanía vincular de los antes diversos y separados. Varón y mujer son distintos, pero el matrimonio los hace unos, los unifica. Ellos eran desconocidos o se conocía solamente como vecinos, ahora los unirá un conocimiento esponsal único que transformará su conciencia y pasarán de la conciencia soltera a la conciencia esponsal, compartida.

Los regalos que hace el novio a la novia son símbolos de amor, decisión y fidelidad.

El gran Don o Regalo que Dios hace a quienes acepten al Mesías es el Espíritu Santo (Rúaj HaKodesh) (Juan 14, 26[29]; 15, 26-27[30]; Hechos de los Apóstoles 2, 38[31]; 2 Corintios 1, 21-22[32]).

Jesús ascendió al cielo y se dice de él que, “Él ha dado los dones a los hombres” (Efesios 4, 7-8[33]). Son los siete dones del Espíritu Santo. Son los dones del amor. Estos dones incluyen justicia (Romanos 5, 17-18[34]; 1 Cor 1, 4-9[35]), vida eterna (Romanos 6, 23), gracia (Romanos 5, 12,14-15), fe (Efesios 2, 8-9) y otros dones espirituales (1 Corintios 12, 1,4),  sabiduría, conocimiento, sanidad, realizar milagros, profecía, discernimiento de los espíritus, lenguas e interpretación de lenguas (1 Corintios 12, 8-11), como los dones de ayuda y administración (1 Corintios 12, 28).

Con el amor mismo se da el conocimiento sabroso (sabiduría), un entendimiento de todas las cosas a la luz de ese amor (inteligencia) y una comprensión de todo en relación con el amado (ciencia). Se da el temor de ofenderlo (temor) se da el sentimiento tierno y la vinculación amorosa (piedad), se adivina lo que conviene hacer (consejo) y el gozo del amor hace fuertes (fortaleza, “el gozo del Señor es nuestra fortaleza” Neh 8, 10). “Todas los bienes se me dieron junto con ella” (Sabiduría 7, 11Venerunt autem mihi omnia bona pariter cum illa)
b) La copa o cáliz
Además, el novio y la novia bebían juntos la copa de la Alianza que contenía un poco de vino. De esta manera, los novios bebían de una copa en común. Primero el novio, luego la novia.
Esta copa, conocida como la copa del pacto o de la Alianza, [“Este es el cáliz de la nueva alianza en  mi sangre” Liturgia eucarística] es citada también en Jeremías 31, 31-33, como está escrito,  «He aquí vendrán días, dice el Eterno en que yo estableceré una nueva alianza con la casa de Israel y con la casa de Judá; no como la alianza que he establecido con sus padres en los días en que yo los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto, porque ellos violaron mi pacto, aunque yo era su Señor, dice el Eterno. Pero ésta es la alianza que yo pactaré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el eterno, ‘Yo Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo’» (Jeremías 31, 31-33).
Jeremías hablaba del Nuevo Pacto (Brit Hadasháh) también descrito en Lucas 22, 20[36].

8)    La esposa se daba un baño ritual de purificación
(Un mikváh o inmersión en el agua)
Mikváh es una palabra hebrea que significa» piscina » o «pileta de agua». Mikváh es también el ceremonial de purificación o baño ritual de purificación por inmersión en el agua que se da la novia antes de ir al casamiento. (Pero también lo practica la mujer judía observante después de su período menstrual, durante el cual el marido no puede tocarla) El baño significa la disposición a la unión marital. Significa la pureza del amor y que no hay ningún impedimento para la unión esponsal. El baño significa separación de un viejo a un nuevo estilo de vida. El estilo del amor propio, al estilo de la comunión de vida esponsal. La disposición de la mujer para entregarse a su esposo para servirlo como madre de sus hijos. La entrega para ser fecunda. El vencer su egoísmo que la indispone para ser madre por los miedos a los trabajos de la maternidad, y la fortaleza que le da el amor esponsal para animarse a ser madre otra vez.
                  El simbolismo está inspirado en el paso del Mar Rojo en el Éxodo. El pueblo pasa por el mar y deja atrás la vida de servidumbre rumbo a la Alianza en el Sinaí y más tarde pasando el Jordán para entrar en la Tierra Prometida.
En el caso del matrimonio, la mikváh significa dejar la vieja vida (de hija de Eva, preocupada por sí misma e incapaz de hacerse cargo por amor de su esposo y sus hijos) para iniciar una nueva vida dándose al cónyuge (Génesis 2, 23-24[37]; Efesios 5, 31[38]).
                  Paso de la sujeción a sus padres como hija a la libertad del ejercicio del amor de esposa en el servicio de amor al esposo. (Salmo 45: Olvida la casa de tus padres… en lugar de padres tendrás hijos).
                  Sumergirse en la “mikváh” significa revivir o renacer espiritualmente, porque el baño en la “mikváh” tiene poder para cambiar a la mujer completamente, purificándola. Purificando su corazón de todo egoísmo, de toda cerrazón al otro, para abrirlo y guardar al otro en su corazón. Como María a Jesús.
                  Respecto del matrimonio con Israel en el Monte Sinaí, Dios ha dicho en Ezequiel 16, 8-9: «Te hice un juramento, yo establecí un pacto contigo y tú fuiste mía. Te lavé con agua…».
                El baño de inmersión, se refiere aquí a Israel antes de que recibieran la Toráh, cuando Dios se comprometió en el Monte Sinaí (Éxodo 19, 14-15[39]).
Jesús habló a Nicodemo el Fariseo, diciéndole que tenía que nacer de nuevo del agua y del Espíritu (sumergirse en la mikváh bautismal) para salir de ella bien dispuesto para entrar en el Reino de Dios, es decir en la condición filial      (Juan 3, 1-7 [40]).
                 La Iglesia tiene que ser re-engendrada por Dios para ser una digna esposa del Verbo hecho hombre, el Cordero. Así, el Padre le entrega a su Hijo una humanidad regenerada (la Iglesia) como novia y esposa.
                 Los que creen en el Mesías deben sumergirse en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo (Mateo 28, 19[41]). El Bautismo es esa inmersión en el agua y el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es él quien nos sumerge en el vínculo con Dios (Lucas 3, 16[42]; Hechos de los Apóstoles 1, 5[43]; 11, 15-17[44]).

9)    El novio se marcha, vuelve a la casa de su padre, a preparar la casa
Llegado este momento, el novio dejaba a la novia y volvía a la casa de su padre para preparar el hogar del matrimonio. Estaba claro que era su deber volver al padre, construir una casa, y preparar todo lo necesario para el matrimonio. Sin embargo antes de marcharse, hacía una promesa a la novia, «yo voy a prepararte un lugar; Yo me voy, pero volveré».
               Esta es la misma promesa que Jesús hizo antes de volver a la casa del Padre en el cielo, diciendo, «No se turbe vuestro corazón ni se acobarde; creed en Dios creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuese así, yo os lo habría dicho; Voy pues a prepararos un lugar. Y cuando yo haya ido y s haya preparado el lugar, volveré para que donde yo estéis también vosotros» [ver Juan 14, 1-3[45]].

10)    La esposa era consagrada y separada por un período de tiempo mientras el esposo preparaba el lugar donde habrían de vivir

 

11)    El regreso del novio será anunciado a gritos, «He aquí, el novio viene»
Y también se anunciará su llegada con una trompeta (shofar)
Normalmente la hora en que llega el novio, es a la media noche. Cuando llegue, se oirá un pregón (Mateo 25, 6[49]) y un sonido de trompeta (shofar) (1 Tesalonicenses 4, 16-17[50]; Apocalipsis 4, 1[51]).
Esto sugiere que el novio viene tan de prisa a buscar a su novia, que el camino se le hace largo y no viene en jornadas regulares viajando durante el día y durmiendo de noche, sino que hace también jornadas nocturnas de camino. Mientras la novia duerme y descansa, el novio no se puede dar reposo por la prisa que tiene en reencontrarse.
Para el matrimonio los novios se ubicaban bajo una especie de baldaquín, palio o campana matrimonial (jupá). Puesto que el jupáh es símbolo del Cielo, así nos dice san Pablo que cuando   Jesús grite al llegar a buscar a la Iglesia su novia y se escuche el sonido del shofar (trompeta), Jesús y la novia subirán al Cielo, “a la casa de mi Padre”.

12)   Allí la ceremonia matrimonial tendrá una sagrada procesión.
Por este motivo el novio, Jesús, era llevado el primero debajo de la jupáh, el palio. Cuando el novio se aproximaba al jupáh, los cantores cantaban, “Bendito es el que viene». Es lo que cantan los discípulos cuando Jesús entra en Jerusalén en Ramos.
 «Bendito es el que viene» es una expresión idiomática que quiere decir bienvenido.   Jesús ha dicho que no volverán antes de que esas palabras se pronunciasen (Mateo 23, 39[52]). El novio es saludado como un rey bajo la jupá o palio. Durante ese tiempo, Jesús el novio, será coronado rey bajo la jupáh o palio que significa el Cielo. ‘Bendito el Reino de David que llega’ gritan los discípulos para enojo de los fariseos.

Conducirá a la a novia, durante la noche, a la habitación nupcial donde el matrimonio se consumará. Esta consumación del matrimonio, en hebreo, se denomina “nesu’in”

El novio y la novia ingresarán a la habitación nupcial, en hebreo “jadar”, donde se consumará el matrimonio. Ellos estarán en esa alcoba o apartamiento durante siete días, una semana. Se ha dicho que el amor es creador, que todo lo re-crea. Ese encuentro de amor transforma y recrear todas las cosas. Todo se reconfigura en el encuentro y la convivencia amorosa, largamente deseada y por fin concedida a ambos.

Por eso así como las bodas de Adán y Eva van precedidas de la semana de la creación, la boda de todo par de hijos de Dios equivale a la re-creación de todas las cosas, la bendición de la fecundidad y el regalo de bodas del gobierno de todas las cosas exteriores (el varón) e interiores (la mujer)
Al final de estos siete días, los dos saldrán del cuarto. A esta escena se refiere Joel 2, 16[53].
La palabra semana en hebreo es “shavúah” que significa siete. Puede señalar siete días o siete años. Un ejemplo en que la palabra hebrea “shavúah” significa siete años, se encuentra en Daniel 9, 24, donde se escribe,  «Setenta semanas [shavúah, 490 años] se ha establecido para su pueblo…» y en 9, 27, «Él [el falso mesías conocido como anticristo] también estipulará un pacto con muchos durante una semana [shavúah, siete años]…».
La semana a la que Daniel se refiere en 9, 27 es conocida por la Iglesia como el periodo de la gran tribulación. La nación judía dice que ese tiempo será para ellos como los dolores de parto del Mesías, conocidos en la escatología hebrea como la gran tribulación del Mesías, o los dolores del Mesías,   “Jevlái shel Mashíach”. Como se ve en Jeremías 30, 5-7[54].
De esto nosotros podemos deducir que los creyentes estarán con el Mesías en el Cielo para el matrimonio mientras en la tierra habrá un periodo de tribulación que durará siete años, el “Jevlai shel Mashíach.

Al final habrá una cena de matrimonio, para todos los invitados, invitados por el padre del novio
El novio y la novia se quedarán en la habitación nupcial durante siete días. Cuando al principio los novios entran en el cuarto, el amigo del novio permanece fuera de la puerta. Todos los invitados se congregaran fuera y esperaran que el amigo del novio anuncie la consumación del matrimonio, lo cual será comunicado por el esposo.
              Juan el Bautista se refiere a esto en Juan 3, 29[55]. A esta señal, estalla una gran alegría (Juan 3, 29). El matrimonio ha sido consumado la primera noche de boda (Génesis 29, 21-23[56]).
               Esa noche se expondrá la tela ensangrentada que prueba la virginidad de la novia (Deuteronomio 22, 13-21[57]). En el libro de Tobías se dice que Tobías y Sara se preparan para la unión durante tres noches de vela en oración. Y se enseña que ellos no se unen movidos por la pasión concupiscente, sino en el deseo común de recibir la bendición de los hijos.
               El día del matrimonio, el novio es tratado y considerado como un rey y la novia como una reina. Durante los días de la consumación del matrimonio, el novio, Jesús será coronado Rey en toda la tierra y la novia (es decir la Iglesia, los creyentes en Jesús, el Mesías) vivirán con Él y reinarán para siempre con Él.
               El coronamiento del Rey y el matrimonio se describe en Isaías 62, 3-7[58]. Al final de la semana (siete años de tribulación o los dolores del Mesías), tendrá lugar la cena de bodas. Esta cena se adelanta en la historia a su consumación al fin de los tiempos y en el Cielo.
               Es la misa, que adelanta las bodas a cada generación de hijas de Dios y se va consumando en la historia en una anticipación de la boda del fin de los tiempos y en los cielos. Después del matrimonio, el novio y novia volverán a la tierra. 

12) La cena se hará en la tierra y solo los invitados por el padre del novio (Dios padre) estarán presentes en el banquete.
Esto puede verse en Apocalipsis 19, 7-10[59] y 20, 4[60]. Jesús habló del banquete de la boda en Lucas 12, 35-38[61] y en Mateo 8, 11[62].
                La cena de la boda es un tema de la fiesta de Sukkot que es un capítulo aparte. Durante el “sukkot”, Dios instruye al pueblo para que construyan un refugio temporal. Uno de las cosas que Dios ordenó hacer fue aquello de comer allí. Cuando comen, dejan un plato para siete personas diferentes. Entre estas siete personas está Abraham, Isaac y Jacob. Esto es a lo que Jesús se refiere en Mateo 8, 11[63].
               Los no creyentes consumirán un banquete por separado, donde los pájaros comerán su carne. Todo esto puede verse en Apocalipsis 19, 17-18[64].

La Iglesia: La nueva Jerusalén
La casa de la novia era Jerusalén y Jesucristo era el novio que vino a vivir con ella. Pero la nueva Jerusalén es la Iglesia. Es en Jerusalén donde los creyentes reinarán con el Mesías durante la edad Mesiánica o Milenio. Todos esto puede verse en Apocalipsis 21, 1-3[65]; Ezequiel 43, 1-2.7[66]; Isaías 2, 2-4[67]; Miqueas  4, 1-5[68] y Zacarías 2, 10-12[69].

En la conclusión de esta sección sobre el matrimonio, cuando alguien escucha el mensaje del evangelio, recibe una propuesta de matrimonio que Dios le da para ser la novia (Salmo 45, Escucha hija y mira, el Rey se prendó de tu belleza). Pero de manera más específica la mujer bautizada, porque ella es configurada como esposa, es decir como amor habitable por el amor, y por lo tanto templo del amor de Dios que la visita. Porque el amor solamente encuentra morada condigna en un amor que lo reciba.

Dios desea que aceptemos su invitación amorosa y nosotros le damos nuestro sí, sí quiero. De hecho, Apocalipsis 22, 20[70] es una propuesta hecha por Jesús mismo de ser aceptado por la novia. El mensaje de este versículo es, “Ven”. Y el Señor responde sí vengo pronto, vengo aprisa.

El matrimonio en el orden de la creación

1603 «La íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por el Creador y provista de leyes propias. […] El mismo Dios […] es el autor del matrimonio» (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanentes. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf. GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. «La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar» (GS 47,1). [Catecismo de la Iglesia Católica 1603].

Apéndice I, la Ketuváh judía
La palabra Ketuváh significa Escritura. Ese es el nombre que se le da al contrato matrimonial judío escrito en arameo (no en hebreo). Es una especie de juramento en el que el hombre se compromete a cumplir sus obligaciones con su esposa, como darle sustento, suministrarle vestimenta, mantener con ella relaciones sexuales normales, preocuparse por su salud y por su sepultura. Se formalizó en el siglo 2 a.e.c. La más antigua conocida procede de Elefantina (Egipto) fechada antes del siglo 4.

 
La Ketuváh Ortodoxa sólo el hombre la firma. La Conservadora la firman los dos, el novio y la novia. Además, firman dos testigos. Hay múltiples textos distintos de la Ketuváh.

Hay una con texto en español que se consigue en sefarad@bellsouth.net
No dice ahí exactamente lo que dice el texto arameo, pero así es como se acostumbra traducirlo, tanto al español como al inglés. Dice,
ACTA DE MATRIMONIO
Efectuada en ________ República de ____________
A los  ________ días del mes de __________ de ____
Siendo las ______ horas en _______________
El funcionario Religioso ______________ bendijo solamente de acuerdo a nuestra sagrada «RELIGIÓN HEBREA» el matrimonio del Señor ______________ Hijo de Don _________
y Doña __________, y la Señorita __________ Hija de Don ____________ y Doña __________
Quienes constituyen «UNIÓN DE FAMILIA» según los ritos de MOISÉS e ISRAEL. Por lo tanto, habiendo recitado las oraciones tradicionales e indicando a los esposos los debes que les incumbe mutuamente, invocado para ellos la BENDICIÓN DE DIOS, el Funcionario Religioso, en nombre de la LEY DE MOISÉS E ISRAEL, cuya creencia profesan ambos cónyuges, AUTORIZA, FIRMA,  y BENDICE este matrimonio.
En constancia, firman los testigos y los novios en la fecha y lugar arriba indicados

Novio _________ Novia ________________
Autoridad Religiosa ______________
Testigo ___________________
Testigo ____________________

…………………………………………………………………
Traducción Literal de la Ketuváh Tradicional Aramea
En el ______ día de la semana, el _________ día del mes ______ en el año cinco mil setecientos y ______ desde la creación del mundo, la era según la cual computamos aquí en la ciudad de ______________ que ________ hijo de _________ dijo a esta (virgen) _________ hija de ____________.
«Sé mi esposa según la práctica de Moisés e Israel, y yo te cuidaré, te honraré, te apoyaré y te mantendré de acuerdo con la costumbre de los esposos judíos que cuidan, honran, apoyan y mantienen a sus esposas fielmente. Y aquí te presento la dádiva de matrimonio de las (vírgenes), (doscientos) zuzim de plata, que te pertenecen, según la ley de Moisés e Israel; y también te daré tu alimento, ropa y necesidades, y viviré contigo como esposo y esposa según la costumbre universal.» Y la Señorita _____, esta (virgen) consintió y vino a ser su esposa. El ajuar de novia que ella le trajo a él de la casa de su (padre) en plata, oro, valores, ropa, muebles y ropas de cama, todo esto ________, dicho novio aceptó en la suma de (cien) piezas de plata, y ______ el novio, consintió en aumentar esta cantidad de sus propias pertenencias con la suma de (cien) piezas de plata, haciendo por todo (doscientas) piezas de plata. Y así dijo __________, el novio, “La responsabilidad de este contrato de matrimonio, de este ajuar de novia, y de esta suma adicional, la tomo sobre mí y mis herederos después de mí, de modo que serán pagadas de la mejor parte de mi propiedad y posesión que tengo debajo de todo el cielo, lo que poseo ahora o que habré de adquirir desde ahora. Toda mi propiedad, real y personal, aún la camiseta de mi espalda, será hipotecada para asegurar el pago de este contrato matrimonial, del ajuar de novia, y de la adición hecha a ello, durante el lapso de mi vida y después de mi muerte, desde el día presente y para siempre.» _______, el novio, ha tomado sobre sí la responsabilidad de este contrato matrimonial, del ajuar de la novia, y la adición hecha a ello, según los usos restrictivos de todos los contratos matrimoniales y las adiciones a ellos hechas para las hijas de Israel, según las instituciones de nuestros sabios de bendita memoria. No ha de considerarse como una mera pérdida sin consideración o como una mera fórmula de un documento. Hemos seguido la formalidad legal de la entrega simbólica (kinyán) entre ______ el hijo de _______, el novio y _______ la hija de _______ esta (virgen), y hemos usado una vestimenta legalmente apropiada para el propósito, para reforzar todo lo que se ha afirmado arriba, y todo es válido y confirmado.
Le consta a ________________________ Testigo
Le consta a ________________________ Testigo

…………………………………………………….
Traducido del inglés por Yosef, de,  http, //www.shopketuvah.com/questions_about_texts.htm#traditional_aramaic_translation
NOTA, Como puede verse, el lenguaje de la Ketuváh tradicional fue apropiado para épocas pasadas pero no luce apropiado para nuestra época moderna. Por eso, aunque el texto arameo se emplea inalterado, las traducciones que se hacen a nuestros idiomas modernos no siguen con exactitud al texto arameo sino que son adaptadas a la situación y cultura del mundo contemporáneo.
gomezburgara@hotmail.com

 
[1] 26 Y dijo Dios, «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra.
27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya,
a imagen de Dios lo creó,
macho y hembra los creó.
[2]  9 Luego me dice, «Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.» Me dijo además, «Estas son palabras verdaderas de Dios.»
[3]  7 Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado
[4] 39 La mujer está obligada a su marido mientras él viva; mas, una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor
[5]  31 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una carne. 32 Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia
[6]  21 Entonces El Señor  Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. 22 De la costilla que El Señor  Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.23 Entonces éste exclamó, «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne.  Ésta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.»
24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
[7]  14 con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir.
[8]  Asumiendo semejanza humana  y apareciendo en su porte como hombre,  8 se rebajó a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte  y una muerte de cruz
[9]  45 En efecto, así es como dice la Escritura, Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida.46 Mas no es lo espiritual lo que primero aparece, sino lo animal; luego, lo espiritual. 47 El primer hombre, salido de la tierra, es terrestre; el segundo, viene del cielo
[10] 2 «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para vergüenza y horror eternos
[11]  14 Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice,  Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo
[12]  5 Mirad que vienen días -oráculo de El Señor – en que suscitaré a David un Germen justo [tsémaj tsadik], reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra.  6 En sus días estará a salvo Judá, e Israel vivirá en seguro. Y éste es el nombre con que te llamarán,  «El Señor , justicia nuestra” [tsidqénu]
[13]  15 En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, que practicará el derecho y la justicia en la tierra.  16 En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén vivirá en seguro.Y así se la llamará,  «El Señor , justicia nuestra
[14] Jeremías 9, 22.23
[15] 1ª Corintios 1, 30-31
[16] Gálatas 6, 14
[17]  2 Grande, de todas maneras. Ante todo, a ellos les fueron confiados los oráculos de Dios.
[18]  4 Son israelitas; de ellos es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas,
[19] Mateo 5, 17
[20] 16 Por tanto, que nadie os critique por cuestiones de comida o bebida, o a propósito de fiestas, de novilunios o sábados. 17 Todo esto es sombra de lo venidero; pero la realidad es el cuerpo de Cristo
[21] 2 Abrahán dijo al siervo más viejo de su casa y mayordomo de todas sus cosas, «Ven, pon tu mano debajo de mi muslo, 3 que voy a juramentarte por El Señor , Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos con los que vivo, 4 sino que irás a mi tierra y a mi patria a tomar mujer para mi hijo Isaac.»
[22] 2 Dijo Abran, «Mi Señor, El Señor , ¿qué me vas a dar, si me voy sin hijos…?
[23]  7 Pero yo os digo la verdad,  Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré;  8 y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio;
[24]  16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
[25] Juan 17, 12
[26]  2 Ve y grita a los oídos de Jerusalén: Así dice El Señor : De ti recuerdo tu cariño juvenil, el amor de tu noviazgo; aquel seguirme tú por el desierto, por la tierra no sembrada.
[27]  18 Y sucederá aquel día -oráculo de El Señor – que ella me llamará: «Marido mío», y no me llamará más: «Baal mío.»  19 Retiraré de su boca los nombres de los Baales,  y nunca más serán invocados por su  nombre.   20 Sellaré un pacto en su favor aquel  día con la bestia del campo, con el ave del cielo, con el reptil del suelo; arco, espada y guerra los quebraré lejos de esta tierra, y los haré reposar en seguro.
21 Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en amor y en compasión,  22 te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a El Señor
[28] 3 Moisés vino y transmitió al pueblo todas las palabras de El Señor  y todas sus normas. Y todo el pueblo respondió a una: «Cumpliremos todas las palabras que ha dicho El Señor .»
[29] 26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo
y os recordará todo lo que yo os he dicho.
[30]  26 Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí.  27 Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.
[31] 38 Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu santo;
[32]  21 Es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, 22 y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones.
[33] 7 A cada uno de nosotros le ha sido concedida la gracia a la medida de los dones de Cristo. 8 Por eso dice: Subiendo a la altura, llevó cautivos y repartió dones a los hombres
[34]  17 En efecto, si por el delito de uno reinó la muerte por un hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno, por Jesucristo!
18 Así pues, como el delito de uno atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno procura a todos la justificación que da la vida.
[35]  4 Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo Jesús, 5 pues en él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y conocimiento, 6 en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo.7 Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. 8 Él os confirmará hasta el fin irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pues fiel es Dios, por quien habéis sido llamados a la comunión con su hijo Jesucristo, Señor nuestro.
[36]  20 De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros
[37] .23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos  y carne de mi carne.  Ésta será llamada mujer,  porque del varón ha sido tomada.»
24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
[38]  31 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una carne.
[39] 14 Moisés bajó del monte, adonde estaba el pueblo, lo purificó y ellos lavaron sus vestidos. 15 Y dijo al pueblo: «Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a vuestra mujer
[40] 1 Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. 2 Fue éste a Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar los signos que tú realizas si Dios no está con él.» 3 Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios.» 4 Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» 5 Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.  6 Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu.
[41] 19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
[42]  16 declaró Juan a todos: «Yo os bautizo con agua; pero está a punto de llegar el que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
[43]  5 Porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días.
[44] 15 «Había empezado yo a hablar cuando cayó sobre ellos el Espíritu Santo, como sucedió al principio sobre nosotros. 16 Me acordé entonces de aquellas palabras que dijo el Señor: Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. 17 Por tanto, si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos a Dios?»
[45] 1 «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. 3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
[46] 32 Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
33 «Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. 34 Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; 35 velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada.36 No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. 37 Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!»
[47] La parábola de las Vírgenes prudentes y las Vírgenes necias
[48] 3 Sabed ante todo que en los últimos días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, 4 que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación.» 5 Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra de Dios, 6 y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio, 7 y que los cielos y la tierra presentes, por esa misma palabra, están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos. 8 Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día. 9 No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión10 El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá.

11 Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad, 12 esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán? 13 Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia.

[49]  6 Mas a media noche se oyó un grito: `¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’

[50] 16 El mismo Señor bajará del cielo con clamor, en voz de arcángel y trompeta de Dios, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar.17 Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor

[51] 1 Después tuve una visión. He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo, y aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo, me decía: «Sube acá, que te voy a enseñar lo que ha de suceder después.»

[52] 39 Porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»

[53]  16 congregad al pueblo, purificad la comunidad, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Que salga el esposo de su alcoba y la esposa de su lecho

[54]  5 Así dice El Señor : Voces estremecedoras oímos: ¡Pánico, y no paz!  6 Id a preguntar, y ved si pare el macho. Entonces ¿por qué he visto a todo varón con las manos en las caderas, como la que da a luz, y todas las caras se han vuelto amarillas?  7 ¡Ay! porque grande es aquel día, ninguno se le parece; será tiempo de angustia para Jacob, pero saldrá ileso de ella.

[55] 29 El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud

[56] 21 Jacob dijo a Labán: «Dame mi mujer, que se ha cumplido el plazo y quiero casarme con ella.» 22 Labán juntó a todos los del lugar y dio un banquete. 23 Luego a la tarde tomó a su hija Lía y la ll23 Luego a la tarde tomó a su hija Lía y la llevó a Jacob, y éste se unió a ella.

[57] 13 Si un hombre se casa con una mujer y se llega a ella, pero luego le cobra aversión, 14 le atribuye acciones torpes y la difama públicamente diciendo: «Me he casado con esta mujer y me he llegado a ella, pero no la he encontrado virgen,» 15 el padre de la joven y su madre tomarán las pruebas de su virginidad y las descubrirán ante los ancianos de la ciudad, a la puerta. 16 El padre de la joven dirá a los ancianos: «Yo di mi hija por esposa a este hombre; después él le ha cobrado aversión, 17 y ahora le achaca acciones torpes diciendo: No he encontrado virgen a tu hija. Sin embargo, aquí tenéis las señales de la virginidad de mi hija», y extenderán el paño ante los ancianos de la ciudad. 18 Los ancianos de aquella ciudad tomarán a ese hombre y lo castigarán, 19 y le pondrán una multa de cien monedas de plata, que entregarán al padre de la joven, por haber difamado públicamente a una virgen de Israel. Él la recibirá por mujer y no podrá repudiarla en toda su vida.

20 Pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas de la virginidad, 21 sacarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en casa de su padre. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.

[58]  3 Serás corona de adorno en la mano de El Señor , y tiara real en la palma de tu Dios.  4 No se dirá de ti jamás «Abandonada», ni de tu tierra se dirá jamás «Desolada», sino que a ti se te llamará «Mi complacencia», y a tu tierra, «Desposada». Porque El Señor  se complacerá en ti, y tu tierra será desposada.

5 Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios.  6 Sobre los muros de Jerusalén he apostado guardianes; ni en todo el día ni en toda la noche estarán callados. Los que hacéis que El Señor  recuerde, no guardéis silencio.  7 No le dejéis descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a Jerusalén en alabanza en la tierra.

[59] 7 Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado 8 y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura -el lino son las buenas acciones de los santos-.» 9 Luego me dice: «Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.» Me dijo además: «Estas son palabras verdaderas de Dios.» 10 Entonces me postré a sus pies para adorarle, pero él me dice: «No, cuidado; yo soy un siervo como tú y como tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús. A Dios tienes que adorar.» El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía

[60] 4 Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años

[61] 35 «Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas, 36 y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. 37 Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. 38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos!

[62] 11 Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos,

[63]  11 Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos,

[64] 17 Luego vi a un ángel de pie sobre el sol que gritaba con fuerte voz a todas las aves que volaban por lo alto del cielo: «Venid, reuníos para el gran banquete de Dios, 18 para que comáis carne de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gente, libres y esclavos, pequeños y grandes.»

[65] 1 Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva -porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. 2 Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. 3 Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios-con-ellos, será su Dios

[66] 1 Me condujo luego hacia el pórtico, el pórtico que miraba a oriente, 2 y entonces la gloria del Dios de Israel llegaba de la parte de oriente, con un ruido como el ruido de muchas aguas, y la tierra resplandecía de su gloria.;[…] 7 Me dijo: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde se posa la planta de mis pies. Aquí habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre; y la casa de Israel, así como sus reyes, no contaminarán más mi santo nombre con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes

[67]  2 Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de El Señor  será asentado en la cima de los montes

y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones,  3 y acudirán pueblos numerosos.

Dirán: «Venid, subamos al monte de El Señor , a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de el Señor .

4 Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra.

[68] 1 Al final de los tiempos, el monte del templo de El Señor  se asentará en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Acudirán a él los pueblos,  2 llegarán naciones numerosas, que dirán: «Venid, subamos al monte de El Señor , al Templo del Dios de Jacob; él nos enseñará sus caminos y nosotros seguiremos sus senderos.» Pues de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén la palabra de El Señor .  3 Él juzgará entre pueblos numerosos, y arbitrará entre naciones poderosas; convertirán sus espadas en azadas, y sus lanzas en podaderas. No levantará la espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

4 Se sentará cada cual bajo su parra y su higuera, sin que nadie le inquiete, ¡El Señor  Sebaot ha hablado!

[69] 10 ¡Hala, venga, huid del país del Norte -oráculo de El Señor -, ya que a los cuatro vientos del cielo yo os esparcí! -oráculo de El Señor –  11 ¡Hala, sálvate, Sión, tú que moras en Babilonia!  12 Pues así dice El Señor  Sebaot que tras la gloria me ha enviado a las naciones que os despojaron: «El que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos.»

[70] 20 Dice el que da testimonio de todo esto: «Sí, vengo pronto.» ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!

4 comentarios en «LAS BODAS del MESÍAS [1]
El NUEVO TESTAMENTO: RITUAL de BODAS las del CORDERO
»

  1. Padre:
    Recuerdo que me propuso para un retiro, «Las Bodas del Mesías» (varias hojas!!) y fueron días de solaz. Pero ahora, esa relación que va haciendo paso a paso con nuestra vocación y condición eclesial, en la perspectiva de la esponsalidad, se hace «cena que recrea y enamora». Toca lo esencial de nuestra vida de santidad cristiana, como miembros de Cristo.
    He leído una parte. Continuaré. Luminoso y sabroso.

  2. Muchísimas gracias padre Bojorge por este espléndido artículo que leo ahora por vez primera. Recoge de forma completa todo lo que significan las Bodas del Mesias y las Bodas del Cordero. Encierra tanta sabiduria, profundidad y luz que, hasta cierto punto, da miedo que todo sea a la vez tan sencillo y tan profundo.
    Y me hace desear seguir entendiendo esto todo el tiempo, el resto de mi vida. Pero consciente de mi imperfecta y enferma forma de ser, de mi humanidad resumiendo, desearía saltar desde aquí a los brazos de mi Esposo ya, de forma que sea imposible olvidar lo que nos dice Dios Nuestro Padre y Vd. tiene la bondad de compartirnos y explicar.
    Que Dios lo bendiga, padre.

  3. Querido Padre Horacio, he encontrado el sentido de mi vida, ser la esposa de mi Señor, fui novia ahora soy esposa de Cristo y pronto le engendraré hijos espirituales. Soy creada desde siempre para esa misión, amar y dejarme amar por Jesús. Ahora entiendo todo, cosas que el mundo no podrá ni querrá entender. Estoy hecha para el cielo y vivir estas Bodas del Cordero desde ya. Gracias infinitas al amigo del Esposo.

Responder a Paulita Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.