MAGDALENA INICIA SU CAMINO ESPONSAL
TESTIMONIO: «SÍ QUIERO»

Querido Padre Horacio:

Dios lo bendiga y la Inmaculada lo cubra con su manto.Le escribo para agradecerle por sus palabras,por su ayuda y por todo el bien que he recibido de su acompañamiento espiritual. En este tiempo, he ido descubriendo, gracias a usted, un regalo maravilloso. Una perla escondida, un Don del Dios para mí y para cada mujer bautizada. Ese regalo es el del llamado a ser:»Esposa de Cristo».

¿Esposa de Cristo? ¿Muchos dirán y eso que es? Bueno Padre; para mí el concepto de esposa de Cristo, era el de una mujer consagrada, una religiosa. No se me pasaba por la cabeza la idea de que Jesús llamase a ser su esposa a una mujer como yo.

Después de las palabras que Jesús me susurró mientras leís su libro: «Me quiero casar», es que mi corazón ardió y se volvió a despertar ese llamado que ya hace mucho sentía en mi interior de entregarme a Él. Yo sentía que Dios me pedía algo más, lo sentía como una llamada, como que tenía que dar un paso más, ir mar adentro, era como un llamado irresistible del Corazón de Jesús.

Pero no podía discernir de qué manera eso iba a ser posible dada mi vocación de madre de dos hijas, pensaba que como no podía ser religiosa, no iba a poder cumplir con ese anhelo que Dios había encendido en mi corazón.

Hasta el día bendito en qué Dios lo puso a usted en mi camino. Como un verdadero Padre, me ha guiado en este camino esponsal con Cristo, para que pudiese entender que este llamado a ser Esposa de Jesús, es un llamado universal y querido por Dios. Que así como Jesús está presente en cada partícula de la Eucaristía, la Iglesia esposa del Cordero está presente en cada mujer bautizada.Y que cuando nosotras le damos nuestro ¡SÍ! a Dios, es la Iglesia entera la que ama a Cristo y da ese SÍ en nosotras.

¡Oooh! ¡Qué revelacióoon! ¿Cómo responder ante esta verdad? En mi corazón supe cómo debía responder: «Como la Virgen María». Dando mi Fiat, diciéndole a Dios: «Hágase en mli según tu Palabra».

Hasta que llegó el día en que por fin pude dar mi «Si» a Jesús.Y en compañía de Usted querido amigo del Esposo, mi querido Padre Horacio,»decirle a mi Señor: ¡SÍ quiero». Quiero lo que Dios quiera, pero por sobre todo quiero ser Santa, ser tuya, pertenecerte por entero: ¡vivir para vos Jesús y dejarme amar y entregarme sin medidas, sin resistencias, con total confianza!

Qu.e día maravilloso y lleno de gracia, día que va a permanecer para siempre guardado en mi corazón. Ese día sentí que Jesús me vestía de novia con su gracia, acariciándome suavemente con el soplo de su Espíritu Santo.

Pienso que mi amada Madre, la Virgen María me ha estado preparando para poder entregarme por completo al amor de su hijo Jesús.Ya que todas las gracias pasan a través de sus manos santas e inmaculadas, seguro que ella estuvo, como en las Bodas de Caná, intercediendo por esta hija suya, que se había quedado sin el vino de la alegría y del amor en su vida.

Antes yo he sido una mujer triste, que había sufrido heridas por tener un padre ausente en la infancia y en mi juventud, entregándome a los placeres de la carne, hasta terminar en una relación abusiva con un hombre. Siempre me sentí sola, aún estando casada. El abandono emocional me llevó a una intensa depresión, sufría por mi amor no correspondido con amor. Los miedos me han llevado a vivir años de pesadilla, de los cuales sólo Dios pudo rescatarme.

Hasta que una vez, durante una Adoración Eucarística, sentí la voz de Jesús que me decía: «Si tú supieras cómo te amo yo, dejarías de mendigar cualquier amor»

Estas palabras fueron tan claras y transformantes que me movieron a tomar la decisión de separarme, de salir de esa espiral del «miedo,tristeza e ira»; en el que el demonio me tenía atrapada y que me iba a llevar a un lugar no muy agradable.

Y así pude empezar un profundo proceso de sanación interior, en el cual el Amado de mi alma fue curando, con su amor Misericordioso, las heridas abiertas de mi corazón. Él hizo de mí una nueva criatura, me devolvió la visión, curó mi parálisis espiritual, me colmó con su gracia.

Así me ha traído hasta el día de hoy, en el que, habiéndolo encontrado a Usted, he podido comenzar a vivir como: «Esposa de Cristo». Así pude responder a su llamado con generosidad, para amarlo «como Iglesia Individual»; pude darme a él con confianza, siendo dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo, buscando tener momentos de oración para estar junto a Él, preparándome para que, a la venida del Rey, mi corazón fuese, para Él, un lugar de reposo donde  pueda morar, y no una prisión.

Sabiendo que Él cumple sus promesas y está con nosotros: ¡Vivo! Resucitado, presente en cuerpo sangre, alma y divinidad en la Santa Eucaristía. Para ser nuestro alimento, nuestra fuerza, nuestra salvación.

Él está a la puerta de nuestro corazón, llamando y esperando, si le abrimos entrará , cenará con nosotros y nos llevará al banquete de Bodas del Cordero.

Ojalá que podamos responder a su llamado diciendo: «El Espíritu y la novia dicen». “Ven. Diga también quien escucha: “Ven.” Y el que tenga sed venga; y el que quiera, tome gratis del agua de la vida. (Apocalipsis 22.17)

Éstas y otras maravillas obra en el alma Nuestro Amado Salvador. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos,Amén.

Gracias Padre Su hija en Cristo: Magdalena.

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2 comentarios en «MAGDALENA INICIA SU CAMINO ESPONSAL
TESTIMONIO: «SÍ QUIERO»
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  1. Me encantó!!! …yo tbien creía antes que Dios llamaba sólo a las religiosas…y santas….. pero con el tiempo, he comprendido que Dios llama aún siendo uno miserable y pecador….y que sólo con su gracia podemos caminar en éste mundo con la esperanza de llegar algún día al cielo

    1. Muy edificante su comentario Emilia. Confirma la importancia que tiene compartir generosamente las propias experiencias de gracia, que dan gloria a Dios, y edifican al prójimo, como a Usted la ha confortado e iluminado en su camino este testimonio

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