EPIFANÍA – LA VENIDA FÍSICA DE DIOS EN PERSONA – Octava de Navidad Último día – AMARLO O TRAICIONARLO

7.- CONVERSIÓN O APOSTASÍA 
Hasta el domingo del Bautismo del Señor y la Candelaria el 2 de febrero se prolonga este tiempo de Epifanía en el que estamos.
Este tiempo del culto litúrgico «zurce» un año con el siguiente en una continuidad de relación. Renueva nuestros vínculo de fe con el Dios «venido» para el abrazo y el beso (¡que no sea para el de Judas!) y nos ha conquistado el corazón para ser primero discípulos y por fin, HIJOS EN EL HIJO. 

Estamos en el cambio de año. 
La fe, para los que creemos en Dios venido fue un cambio de vida. 
Para otros muchos que le dieron la espalda luego de haberlo conocido, fue una muerte. [Imagen: Beso de Judas. Giotto]
La muchedumbre humana osciló, históricamente, desde el paganismo a la fe católica y hoy se viene sumergiendo en el olvido del misterio cristiano. El beso de Judas se generalizó de forma macabra.
Por eso, en el último día de esta octava me ocupo de la Conversión y de la Apostasía de este Dios presente

29) CONVERSIÓN Y APOSTASÍA son términos correlativos. 
Es bueno tenerlos en cuenta. Porque ellos nos permiten comprender hechos que nos rodean y que no comprenden los que ignoran estas cosas. Nos referimos a la conversión, pero sobre todo al fenómeno correlativo de la apostasía, que es un hecho muy común y sin embargo, por lo general, inadvertido. 

30) Si convertirse es volverse a, hacia, apostatar es apartarse de. Volverse a Dios es convertirse. Apartarse de Dios después de haberse convertido a Él, es apostatar. 

31) Convertirse o apostatar son, pues, dos acciones que sólo se entienden respecto de Dios; del Dios real, presente. Por eso para hablar de conversión y apostasía es necesario establecer lo que es la presencia de Dios, Dios presente. Esta presencia es la que anuncia el mensaje evangélico y por la cual merece el nombre de Buena Noticia. 

32) La Iglesia Católica es una Religión del encuentro, de la Presencia u de la comunicación y comunión de personas porque es una religión del Dios que ha venido y que vendrá, del Alfa y Omega. 

 33) Todo el culto católico gira alrededor de la Eucaristía donde Dios hecho hombre y resucitado se hace presente y permanece presente en el Sagrario. Sinagogas y Mezquitas tienen su centro en el Libro Sagrado. Nuestros templos tienen su centro en la presencia de Jesús resucitado. 

34) La apostasía para judíos y musulmanes significa, de alguna manera, apartarse del Dios que les habla desde el libro comentado por los escribas y doctores. Más exactamente a veces, apartarse del texto inspirado y distraerse con los intérpretes. Es el riesgo que se corre cuando el Talmud suplanta en la práctica al Tanákh

35) Para nosotros. apartarnos es olvidarnos del Dios vivo que se nos hizo presente en Jesús. Para nosotros, el culto a Dios, es cumplir con el pedido del Señor: «Haced esto en memoria mía». El peligro del católico es el quedarse en las mediaciones e instalarse en ellas en vez de cruzarlas como puentes para el encuentro.
Lo que nos dice Jesucristo en la Eucaristía es la renovación de aquella última cena en el tiempo, es:
ACUÉRDENSE DE MÍ. Y a los más íntimos NO ME OLVIDES. Y a los Judas: «lo que vas a hacer, hazlo pronto».

36) En el librito «La Parábola del Perro» (Nº 44) señalé el tipo de apostasía anónima que es cambiar al Dios real por una idea, o muchas. «Sólo un suero de fe y en alta dosis // puede curar la rabia de la gnosis»

Responder a Anónimo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.