RETIROS DE FEMINEIDAD [1]: UNA NUEVA EXPERIENCIA PARA LA HIJA DE DIOS Y DE MARÍA

TESTIMONIO DE CAROLINA NN SOBRE LOS RETIROS DE FEMINIDAD

Hace poco tiempo tuve una charla con mi padre espiritual  y charlábamos sobre la importancia de permanecer en nuestro papel de mujer, de esposas de Dios y siendo a imagen del Espíritu Santo ir creciendo en semejanza. ¿Como? Viviendo con Él y en Él de la mano de María la Virgen. María es la Nueva Mujer que viene a pisar la cabeza de la serpiente y restaurarnos la semejanza y dignidad que habíamos perdido por causa del pecado.
En esta charla, que se centraba en valorar nuestro “ser MUJER” y actuar en consecuencia a ese llamado y vocación que todas tenemos, el padre me sugirió que era bueno para las mujeres mantenerse retiradas durante “los días” en los que nos viene la regla, y tomárnoslos como un retiro espiritual. Si lo hiciéramos descubriríamos que sería muy conveniente ese retirarnos. Que encontraríamos en ese retiro bienes que no sospechamos a pesar de ser tan obvio, porque justamente nos sucede que durante esos días las mujeres solemos estar incómodas, o doloridas, o irritables, susceptibles y de humor alterado o fácilmente alterable.

Yo, en lo personal, ya había experimentado la moción de agradecerle a Dios por haberme creado mujer. Entre otras cosas por el don de poder engendrar la vida humana. Algo tan glorioso como inmerecido don suyo. Y eso, lo sentía en mí aunque aún no haya sido madre físicamente.
A partir de aquella charla con mi padre espiritual ya he ido probando por tres veces a hacer esos “retiros de feminidad”. He procurado retirarme y estar sola en la intimidad de mi casa y mi habitación. Y desde ya les recomiendo esta experiencia que he encontrado maravillosa. Dios se encarga de guiarnos, y muy especialmente la Virgen – en su papel de Mujer de las mujeres y Madre de las madres – se encarga de irnos enseñando y guiando durante esos días de retiro con ese amor, tan suave delicado.

Así que durante esos días he ido aprendiendo casi como instintivamente, a desistir de andar ocupada en muchas cosas extra, aparte de las que sean mis obligaciones. Trato de permanecer en mi hogar, en mi casa disfrutar y agradecer de mi femineidad, éste mi “ser mujer” y de tener la posibilidad de amar y engendrar vida.

Cada retiro ha ido siendo diferente del anterior. Dios es creativo y siempre se encarga de que vivamos nuevas vivencias, como cuando leemos Su Palabra que siempre tiene un mensaje nuevo para darnos.

Y así he ido experimentando que en cada retiro me vuelvo más femenina. Ya sea ordenando mi cuarto y mi hogar, ya sea aprendiendo y probando cocinar cosas nuevas, poniendo en ella más concentración, amor y creatividad. Por poner algunos ejemplos: 1) se me ha ocurrido perfumar con aroma mi almohada, 2) darme más cuidado y amor a mí misma en la comida y el vestido; 3) preparar la mesa con más atención y detalle, para que tenga un aspecto lindo y digno; 4) prestar más atención al acto de bañarme y arreglarme; 5) sentir intensamente todo eso como un requisito de mi dignidad de una princesa de Dios: porque ¡es lo que somos! pero recién desde que he comenzado con estos retiros, se me regala la experiencia maravillosa de percibirme como tal.

En estos retiros se me ha ido enseñando también a amar más y mejor; pero sobre todo ¡a sentirme amada para luego poder amar! Esto me hace amar más y mejor a los que tengo en mi entorno – incluyendo a mis mascotas – y a tener una mirada nueva, una renovada atención y percepción agradecida de lo que me rodea como si fuese algo nuevo, sobre lo que antes pasaba sin ver.

Los retiros me van dando esa nueva calidad de vida, van aumentando el fluir de mi amor sobre lo cotidiano; me ponen atenta a poner impregnar de amor mis gestos, hasta los más simples. Siento muy cerca la presencia de María la Virgen sugiriéndome, inspirándome, guiando mi mente, mis sentimientos, en cada retiro… Ella me hace ver con nuevos ojos interiores con qué dulzura actuaría Ella.

Esa visión interna, ese modelo suyo ante mis ojos del alma, me van enamorando de su ejemplo de delicadeza, de humildad, amor. Siento que crece en mí el deseo de ser como ella, sin desanimarme por la distancia y lejanía de mis imperfecciones, que cada vez me hace percibirme a mí misma en mi indignidad de tanto amor divino sobre mí y la dulce promesa a mi deseo, de llegar a vivir en Unión de Amor con mi Padre Dios, Hijo Jesucristo y Esposo Espíritu Santo.

Estos retiros me han echo también profundizar mi amor y consciencia de la presencia de Dios que me ama en todo: en los pájaros que me cantan el amor que Dios me tiene todos los días, en las flores, árboles, sol, en el entorno que Dios me regala cada día. Él me declara su amor en toda Su Creación y experimentar que esa Creación es un don suyo “para mi”. Son sus regalos de Amor de cada día.
Desde que vivo estos retiros me da alegría cada vez que sé que me va a venir mi período de la regla, porque lo veo como “un tiempo para mí”; un tiempo de calidad con mi ser mujer; me hace profundizar en esa vocación que todas tenemos y muchas veces la vorágine del mundo y del día a día, en un mundo sin Dios, nos hace perder.

Son momentos que nos liman y moldean en un Amor Único al estilo del Cantar de los Cantares, donde mi Amado es para mi y yo soy para mi Amado.

Y sea la vocación que sea, a la que Dios nos llame a vivir, tanto consagrada, religiosa, casada o soltera, en todas nos hace unirnos esponsalmente, en nuestra feminidad, al Gran Esposo; y también nos prepara para la futura esponsalidad y maternidad ya sea física o espiritual que Dios haya pensado para nosotras desde toda la Eternidad.

Por eso les recomiendo de todo corazón dedicar este tiempo al recogimiento, se van a sorprender y los van a amar. Que la Pureza de María nos guíe en este caminar. Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Carolina

7 comentarios en «RETIROS DE FEMINEIDAD [1]: UNA NUEVA EXPERIENCIA PARA LA HIJA DE DIOS Y DE MARÍA»

  1. Me encantó este post. Resulta que hace poco estuve viendo videos de cómo mimarnos un poco con rutinas de belleza, pero este mimo que acabo de leer en este post es mucho mejor, porque te mimas con Dios Padre y la Virgen y de una manera más auténtica, profunda y femenina.

    1. Gracias por tu comentario Kin, el Señor te tenía preparada para aceptar esta invitación. Ojalá todas las hijas de Dios empezaran a celebrar esos días como un retiro espiritual en su personalidad sagrada y no como un hecho higiénico algo molesto cuando no doloroso.

      1. La verdad que sí Padre, fue una respuesta que el Señor me dió porque vió que estaba buscando en internet rutinas femeninas que también son bonitas pero que no me iban a llenar ni a conectar con El.

  2. Precioso testimonio, me anima a comenzar también estos retiros. Y, aunque nunca los he hecho, puedo sentirme identificada con muchas de las palabras de Carolina, mientras leía, el Espíritu Santo me hacía experimentar la delicada alegría de ser mujer y esposa de Jesús.
    ¡Gloria a Dios!

    1. Gracias estimada hija por compartirnos el eco de tu experiencia espiritual ante el testimonio de Carolina. Sin duda las amigas con las que te sientas movida a compartir este camino también crecerán en gracias semejantes aunque seguramente muy distintas y originales Padre Horacio

  3. hola padre
    este retiro que usted sugiere me hace pensar en la vida retirada de las mujeres judías en los días de la regla. Como tiempo de guardarse. Si bien eran tiempos declarados de impureza, esos momentos también protegían a la mujer de acercamientos indeseados y de quedar cuidada en el poder de Dios Padre.
    Me hace pensar en su sugerencia del tiempo de cuarentena: el Señor nos cuida dentro de su Corazón.
    Hermosos textos

    amDg

    1. Estimada Moni: efectivamente es como tú dices. Es una pena que la mujer católica esté viviendo su femineidad en sus días del mes más bien como un hecho «higiénico», o como una molestia o un problema, lo cual le ocasiona a veces, por vivirlo con rechazo, esos dolores que suelen acompañar a muchas durante esos días. Por otra parte, este ¿mundo? que tanto proclama el respeto a la mujer, no tiene en consideración su naturaleza de mujer al dar la espalda a su necesidad de retiro y tranquilidad, de introspección y reposo, en ese período mensual. La somete sin discernir días ni estado hormonal a las rutinas de trabajo. Ha puesto a la mujer de espaldas a la verdad de su constitución corpórea que está totalmente ordenada a la fecundidad maternal.

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