SUSANA SEEBER DE MIHURA 1943/2 [31] PLACER Y FELICIDAD – GOLPE MILITAR

1943 MAYO a JULIO

«La felicidad es este bebito con su cara apoyada en la mía, y la risa de mis hijos»

MAYO
Hay el placer y hay la felicidad. Pero los confundimos, o creemos que son la misma cosa. Son, en realidad, como el vestido resplandeciente de bordados de oro, y el hermoso cuerpo de la mujer que el vestido cubre.
                Todos corremos buscando la felicidad; pero, en realidad, no es en la felicidad en lo que estaban puestos nuestros ojos, sino en aquel brillante vestido.
               Habría que distinguir bien entre las dos cosas. El placer en el amor es un momento; pero la felicidad es lo hondo y silencioso que sentimos en el momento antes de dormirnos en los brazos fuertes del hombre que queremos.
               El placer fue, en mi vida, mi alegría, mi sueño, mi romanticismo, mis viajes, el imprevisto, el futuro desconocido y maravilloso. La felicidad es este bebito con su cara apoyada en la mía, y la risa de mis hijos.
               He tenido que ver sufrir, y sentir el dolor de los que quiero, para darme cuenta de que la vida no es el bello cuadro que yo podría pintar a gusto mío, y para descubrir la felicidad. Pero está bien así, de todos modos. Está bien que haya gozado del placer cuando era más joven. El vestido era tan resplandeciente y tan bello. Y fue mío.

***

¡Qué día “morne”! Llueve y llueve desde hace cuatro días; y, hoy, las noticias de la guerra son espantosas. Los alemanes pierden África; me alegro de no estar en Buenos Aires, para no oír la algarabía. En Rusia retroceden también. En ninguna parte se nota un impulso alemán, es como si estuvieran dormidos. Quisiera no estar convencida de que la derrota del fascismo nos traerá el horror del comunismo y las revoluciones sociales.
           Me parece tan raro pensarlo: treinta años atrás no se me hubiera ocurrido temer que mis hijos y mis nietos pudieran no ser dueños de esta estancia y de este parque. Ahora, hacer proyectos para tan lejos es edificar en el aire. Y, sin embargo, hay que seguir plantando árboles –que nuestros nietos recién podrán gozar- como si, realmente, estuviéramos anclados aquí para siempre. No hacerlo –como no tener hijos por miedo al porvenir- es poco noble, mezquino y cobarde.

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En el fondo, nadie cree en el Diablo. Porque es raro encontrar en una persona el espíritu del mal undiluted [sin diluir]. Y, sin embargo, el espíritu del bien y de la belleza ha sonreído sobre la tierra. Los árboles y las flores, la luz y los perfumes, y esta criatura prendida a mi pecho. Y los hombres –la masa de los hombres- parecen arrastrados hoy por una terrible corriente de mal. Es tan inexplicable, tan absurdo. El odio y la crueldad son como fuerzas superiores a cada hombre individual – fuerzas desencadenadas, quizás, por hombres individuales, que han perdido todo control sobre ellos.
                  Y pienso que esta tormenta es el espíritu del mal, que en ella hay un espíritu del mal undiluted, puro. Y que eternamente se desarrolla sobre la tierra una lucha entre el espíritu del mal y el espíritu del bien. Y que Dios y el Diablo son algo más que palabras o meras ideas.
                 Creo que la naturaleza nunca es tan cruel como los hombres. Ninguna tormenta, ninguna catástrofe natural es tan terrible en sus efectos como estas que provocan los hombres. La muerte no es perversa. Por eso me parece que el mal es una fuerza separada, lo mismo que el bien; que no nacen de la naturaleza sino de algo distinto de ella. Algo para designar lo cual no hay sino esas dos palabras: Dios- el Diablo.

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(En Buenos Aires).
Primera impresión de Buenos Aires: lujo. En las peleterías, tiendas y modistas, se nota que venden. Ofrecen, como dando por sentado que estamos nadando en plata. Y la gente en la calle, muy bien vestida, ricamente vestida y muchos extranjeros. Judíos a montones, en las tiendas nuevas que se han abierto; en la calle también. Y Buenos Aires no parece ya una “gran aldea”, sino una ciudad al estilo de París.
                 Y es una pésima impresión, que me aflige. Demasiado artificial este lujo, este exceso de dinero y esta preocupación por las modas en un momento en que el lujo ha dejado de existir en todo el mundo, y en que la humanidad entera está pasando una tragedia. La situación es completamente distinta a la del año pasado, en que la gente no se ocupaba de vestidos, y en que estaba de moda hablar de economías. Hoy comentan los sombreros de trescientos pesos, que trajo no sé quién. No es posible que esto no estalle un día, pronto.

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JUNIO – REVOLUCIÓN – Golpe del Gral. Arturo Rawson
(4 de junio). Esta mañana, Julieta llamó para avisarnos: “Revolución”. Nadie había oído nada, ni sabía nada. Corrieron toda clase de rumores, aquí no veíamos nada. Algunos decían: “Una revolución radical, con los militares”. Los nacionalistas no sabían nada. Otra versión era que eran militares radicales, con tendencias nacionalistas. Cada uno creía lo que quería creer.
De pronto, después de almorzar, empezaron a pasar tropas. Un momento, tuvimos un soldado con ametralladora apostado detrás de la puerta de nuestro jardincito. Pero circulaban autos, colectivos, camiones y gente. Y nadie sabía nada.
Por fin, más tarde, una proclama del general Rawson por la que parece que es, decididamente, una dictadura militar con el pretexto de la “depuración”, etc. Pero seguimos ignorando sus intenciones. De política exterior, nada. Por un lado, que se hará respetar la soberanía; por otro, que se respetarán los tratados, unión americana, etc., etc.

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La revolución ha triunfado en la capital. Pero dicen que Castillo no ha renunciado y que se va a Santa Fe, que hay resistencia en La Plata y que la armada de Río Santiago viene a ponerse a las órdenes de Castillo. Nosotros queremos creer que esta revolución militar es nacionalista, porque se dice que los militares que están metidos son más o menos nacionalistas. Es cierto que no han hablado de elecciones, y las palabras sobre política interna pertenecen al vocabulario nacionalista. Pero no sabemos nada.
                 Lo divino es que la muchedumbre ha aplaudido frenéticamente a estos generales en la casa gobierno, aunque no tienen ni idea de lo que se trata, ni qué clase de revolución es. Lo único que saben seguro, y es contra lo que siempre han chillado, es que es una dictadura militar: ¡pero aplauden! Entre la gente como nosotros, nadie se anima a manifestarse ni a favor ni en contra: es bastante gracioso. Pero me temo que esto recién empieza.

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(5 de junio). Todavía no sabemos nada.
Más tarde: han dado por radio la constitución del gabinete. Opiniones en la familia, divididas. Enrique, encantado: lo ve aproximado a nuestras ideas, hay dos o tres ministros conocidos por nacionalistas. Francis, en cambio, está fúnebre. Creo que lo que debería tranquilizarnos es pensar que los radicales están furiosos.

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Anoche, de pronto, la noticia de cambio de ministros. Nos quedamos espantados, por lo que significaba de inseguridad en el gobierno. Hoy seguimos en las mismas. Esta mañana la renuncia de Rawson, y Ramírez de presidente. Disolución del Congreso, y se habla de disolución de los partidos. Para esto, todo el día de ayer lo habíamos pasado tranquilos, sin sospechar que hubiera discrepancias graves en el gobierno.

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Según los nacionalistas la crisis ha sido porque Rawson quería romper inmediatamente las relaciones, presionado por Norteamérica. Hernán y el Bebe vinieron ayer con esa noticia como de fuente segura; y que había primado la tendencia nacionalista en el ejército. Toda la ciudad estaba intranquila, y no sabíamos qué sucedería. Se decía que habían llamado tropas otra vez. A las cinco de la tarde, de pronto, la noticia de que el gabinete estaba constituido, y a las siete trasmitieron por radio la toma del mando. Grupos en la Plaza de Mayo que gritaban “guerra no” y “neutralidad”; otros “ruptura” y “democracia”.
               La proclama de Ramírez, espléndida. No dijo nada; habló de la patria pero no de democracia. Y, a la noche, el comunicado de que se mantenía la neutralidad. Los nacionalistas, más tranquilos y (al menos yo), con confianza en Ramírez.

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1 comentario en «SUSANA SEEBER DE MIHURA 1943/2 [31] PLACER Y FELICIDAD – GOLPE MILITAR»

  1. Una página riquísima del Diario de Susana Seeber: filosófica (felicidad y placer), teológica ( el bien y el mal: Dios y el Diablo); histórica: con mirada internacional sobre la guerra y la Revolución en Argentina, junio de l943, de la que al parecer, nadie sabe ni entiende nada.
    Leer esto, en este contexto que vive nuestro mundo en el 2022, con Rusia invadiendo Ucrania.. y las resonancias mundiales sobre los hechos, tan variadas, como las de los argentinos ante el ilegible golpe militar… la Historia continúa y el misterio del bien y del mal, de piedad e iniquidad, de Dios y el Diablo, continúa. Pero hay una constante, la calidad espiritual de esta mujer, madre y esposa, que sabe leer lo trágico de la historia, emitir su juicio de valor, esperar y dejar que siga dibujándose en su alma lo bello de la naturaleza que la rodea y el rostro de la verdadera felicidad: «La felicidad es este bebito con su cara apoyada en la mía, y la risa de mis hijos»

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