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19 de marzo

SAN JOSÉ, esposo de la Virgen María
Solemnidad

 San José (detalle), óleo de José Luis Zorrilla de San Martín, Catedral de Salto.

SAN JOSÉ POR SANTA TERESA DE JESÚS


Santa Teresa de Jesús, se encomendó a san José, es así como
ella habla mucho de él, y fue gran devota de este Santo.


Esta es una selección de párrafos escritos por Santa Teresa.

SOBRE SAN JOSÉ

1.- Y tomé por abogado y señor al glorioso san José y me
encomendé mucho a él. Vi claro que, tanto de esta necesidad como de
otras mayores, de perder la fama y el alma, este padre y señor mío me libró
mejor de lo que yo lo sabía pedir. No me acuerdo hasta hoy de haberle suplicado
nada que no me lo haya concedido (V 6,6).
Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho
Dios por medio de este bienaventurado santo, y de los peligros de que me ha
librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece que les dio el
Señor gracia para socorrer en una necesidad; pero a este glorioso santo tengo
experiencia de que socorre en todas, y quiere el Señor darnos a entender, que
así como le estuvo sometido en la tierra, pues como tenía nombre de padre, siendo
custodio, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.

2.- Y esto lo han comprobado algunas personas, a quienes yo
decía que se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que
han comenzado a tenerle devoción, habiendo experimentado esta verdad (V 6, 6)

3.- Procuraba yo celebrar su fiesta con toda la solemnidad
que podía, más llena de vanidad que de espíritu, queriendo que se hiciese bien
y con muchos detalles, aunque con buena intención (V 6, 7).

4.- Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este
glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de
Dios. No he conocido a nadie que le tenga verdadera devoción y le haga
particulares servicios, que no lo vea más aprovechado en la virtud; pues ayuda
mucho a las almas que a él se encomiendan (V 6, 7).

5.- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le
pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la
endereza para más bien mío (V 6, 7).

6.- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a
este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que
haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy
devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado. Pues él hizo, como
quien es, que yo pudiera levantarme y no estar tullida; y yo, como quien soy,
usando mal de esta merced (V 6, 8).

6.- No me hartaba de dar gracias a Dios y al glorioso Padre
mío san José, que me pareció que él lo había traído, porque fray Pedro era
Comisario General de la Custodia de san José, a quien me encomendaba mucho, y a
nuestra Señora (V 3, 7).

7.- Un día, después de comulgar, Su Majestad me mandó con
mucha insistencia que lo intentara con todas mis fuerzas, y me hizo grandes
promesas de que se haría el monasterio, y que Dios se glorificaría mucho en él,
y que su título fuese de san José, que él nos ampararía en una puerta y nuestra
Señora en la otra (V 32, 11).

8.- Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir,
pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi
verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara;
y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a
los que lo oían, me proveyó (V 33, 12).

9.- Al glorioso san José no vi con tanta claridad,
aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que he dicho
que no se ven (V 33, 15).

10.- Mas ¡ay, hijas!, encomiéndenme a Dios y sean devotas de
san José, que puede mucho (Cc 28ª).

11.- Ya entonces yo oraba mucho a nuestro Señor,
suplicándole que  no me fuese sin dejarles casa (en Sevilla), y hacía
que las hermanas se lo pidiesen y al glorioso san José, y hacíamos muchas
procesiones (F 25, 3).

12.- Las hermanas habían pedido mucho a san José que para su
día tuviese casa (en Burgos), y sin pensar que la tendrían tan pronto, se lo
cumplió (F 31, 36).

13.- Los días primeros de pascua, u otros días de
solemnidad, podrán cantar Laudes, en especial el día del glorioso de san
José (Const 1, 3).

14.- Aunque tenga muchos santos por abogados, tengan
particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios (Av 65).

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