Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
APRENDIENDO A DEFENDER SU ALMA DEL TRIDENTE ENEMIGO
Amigo de Jesús :
¡Qué gran tarea le ha encomendado Dios! ¡Estoy sorprendida ! ¡Cada vez más!
No hace falta que me conteste este correo electrónico. En serio se lo digo. Sólo lo escribo para decirle que aprecio mucho el bien que hace con este Blog que le permite comunicar todas estas cosas a tantas mujeres que quizás están atormentadas o deprimidas o furiosas y es porque no comprenden bien lo que les pasa: que es el demonio el que las atormenta con su tridente de miedos, tristezas, rabias.
Hoy pude experimentarlo clarísimamente en mí misma. Fue como un ejercicio práctico con el que creo que mi divino Esposo me quiso demostrar y enseñar lo que Usted, sin duda comisionado por él, nos enseña en teoría.
Resulta que hoy me levanté super bien, como todos los días. Llevé los niños al colegio y tuve que ir a hacer unos recados. Y aquí vino el ataque. Mientras caminaba no me dejaba de atormentar un enjambre, una tormenta desatada de pensamientos:
«¡Que tonta eres! ¡Que cantidad de pavadas le cuentas al padre Horacio! ¡Mira si a él le va a importar tu vida! ¡Qué vergüenza la cantidad de correos electrónicos que le has escrito! ¡Ése hombre va a pensar que eres una enferma; que estás loca; que estás para psicólogo! ¡Pero ¿no te das cuenta que el padre Horacio le dice a todas las mujeres lo mismo?! Y dale que dale…
Y yo rechazaba esos pensamientos una y otra vez: ¡No! ¡Eso no es así! ¡No es así! Y me iba dando cuenta que esos pensamientos no eran míos. Me iba dando cuenta de lo que Usted dice: que así nos ataca el demonio y que de ese modo, atropellando nuestras almas con pensamientos, nos quiere dañar, pejudicar. Que el demonio es como un violador del alma de la mujer.
Pero mire Padre Horacio ¿sabe qué pensé de repente? «¡Pero qué tonto es este demonio!»
Y entonces me di cuenta que no era yo, tampoco, la que había pensado esto. Que ese pensamiento era algo que me vino a la cabeza sin que yo lo suscitara por mí misma. De la misma manera que había sucedido antes con el torbellino malo. Pero con un contenido opuesto. Ahora comprendo que así también nos hablan los Ángeles buenos y el Espiritu santo en el corazón. Por eso pienso que me venía de mi buen Ángel o del Espíritu Santo que acudían en mi ayuda. Así que, me vino este pensamiento salvador: «¡Qué tonto es este demonio si piensa que voy a hacer caso a sus estupideces». Perdone que lo cuente así. Pero es el pensamiento tal como me vino. Porque lo que es por mí, nunca me atrevería a enfrentar a esos malos espíritus diciéndoles «tontos». No, esto no venía de mí, venía o de mi Ángel bueno o del Espíritu Santo y me lo decían para enseñarme a no tener miedo a esos pensamientos atormentadores que nos violan el alma, como Usted dice.
Recordé una de mis ultimas confesiones con un sacerdote muy bueno que, cuando yo, – ingenua de mí entonces -, le confesaba estos pensamientos invasivos y mis temores de estar loca o enferma, me decía: «¡No estás enferma! Tu alma es muy rica, tú eres muy rica, te expresas divinamente!»
¿Y sabe lo que hice? Volví a casa y abrí el blog del Buen Amor. Mi intención era ir a leer la letanías pidiendo humildad, como hago seguido. Pero ¡me encuentro con el nuevo testimonio de amores compatibles 7! Y empiezo a leer. Apreto sin querer el video con la canción de María y escuchaba esa bella canción y leía el testimonio de cómo el Enemigo la quería también perjudicar a esa mujer. ¡Entonces sentí otra vez esa presencia dulce de mi Madre que estaba allí! Y comprendí que yo no era la única a la que le pasan estas cosas. Que nos pasan a todas las mujeres. Y que yo debía ser fuerte: arrojar lejos de mí esos pensamientos invocando en mi ayuda ¡A mi querido Jesús! ¡Al Esposo de mi alma! Y tomando en mis manos su imagen del Sagrado Corazón, besándolo, le agradecí por medio de María su infinito Amor que me rescató del ataque enemigo esta mañana una vez más. Y le agradecí habérmelo hecho ver esta vez, como diciéndome ¿No ves que yo estoy aquí contigo y te defiendo? ¿Por qué vas a tener miedo o estar triste? ¡Olvídate de esos males que te enojan y atiende a mi Amor! ¡Eso te alegrará!
Le dí gracias también porque lo que está haciendo con nosotras las pobres hijas de Eva por medio de Usted, es una labor grandiosa en el alma de las personas, es el médico del alma de muchas hijas de Dios. Gracias, gracias Padre; gracias por todos estos testimonios que nos sirven y ayudan para comprender y saber rechazar estos malos pensamientos con que los malos espíritus se quieren apoderar de nuestra alma y a través de ella llegan hasta nuestras hormonas y nuestro cuerpo y nos enferman, de miedo, de tristeza, de rabia. Nos quieren hundir y cuántas veces lo logran, si no estamos y vivimos en relación esponsal dialogándolo todo con Jesucristo como nuestro Esposo del alma. Porque no todos nuestros maridos tienen esta sabiduría que usted nos enseña. No todos saben cuáles son los males de nuestras almas de mujer, y cuáles los remedios. Ahora que me han enseñado de dónde vienen y qué son estos pensamientos y quién es mi protector contra ellos, ya no les temo. Mi Esposo me protege y con esta protección, que hoy me ha hecho experimentar, me estoy haciendo fuerte, solo le temo a Dios. Con cariño Carina.