DESCUBRÍ QUE MI ESPOSO
MIRABA PORNOGRAFÍA

Después de una tormenta inicial, esta esposa, iluminada por el Espíritu Santo — que le respondió antes que yo — me escribió lo siguiente:
«… reconocí que es más poderosa la dulzura del amor, que la supuesta justicia que yo por un momento pretendí hacer con su pecado. Como movida por el Espíritu Santo, en cambio, constantemente lo abrazo, acaricio su cabeza y le digo que lo quiero mucho. Nadie se enferma de amor. Es lindo saber que reposas y descansas a la sombra de un buen amor, le doy el amor y atención que yo quisiera que él me dé. Lo trato como quisiera que me trate ¡y sí que me corresponde!»

Ella misma presintió que su esposo era víctima de una especie de obsesión o vejación sexual por parte del demonio y lo expresa así:

«Ante esta situación sentía como si él tuviera un león por dentro. Como que alguien controlaba su ser, como si fuera poseso de un mal espíritu a quien yo temía también que pudiera morderme, ante un mal o buen trato que le diera a mi esposo. No sabía qué hacer. Yo estaba confundiendo la situación con una infidelidad. Y el Malo me sugería que yo tenía derecho a separarme de mi esposo porque había caído tan bajo».
Padre:
Disculpe que le moleste. Estoy de nuevo muy mal, casi al borde de la desesperación, pero por otros motivos. No sé si se acuerde de mí, le conté que voy a la iglesia con mi esposo y comulgamos, rezamos casi siempre juntos y hoy, después de que se quedó solo en casa, encontré en el historial de internet que estuvo viendo como veinte videos pornográficos. Estoy que quisiera hasta separarme de él no puedo soportar esto a estas alturas, ¡que creí que mi esposo era un buen cristiano!
Le dije por teléfono hace rato, por que trabaja hoy de noche, y lo negó. Le dije que mañana me explique y diga la verdad porque no podré confiar más en él si los videos dicen la fecha de hoy y no hay nadie aquí en mi casa.

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