Deshojando la Margarita:
¡No me quiere!
Marcela corta finalmente con su novio
Hola Padre
Hoy corté con (el que era) mi novio. Fue muy cobarde conmigo. Debido a que yo esperaba un mensaje de texto en el que me confirmaba o no si hoy nos veíamos, y al no tener respuesta después de varias horas de espera, lo llamé. Porque cabía alguna posibilidad de que su mensaje no llegara a mi teléfono. Cuando hablamos le planteé que esperaba su contestación y él me dice que últimamente no nos estábamos entendiendo. Y así como si nada me dice que está muy confundido y que le dé tiempo. Le pedí que habláramos en persona, y su respuesta fue que así sería más duro (no sé a quién se refería, si sería más duro para mí o para él).
Corté la comunicación, pero luego recordé las muchas vueltas que él había dado para decirme que se había fijado en mí.
Por esto de que me buscaba fue que me di cuenta de que yo le gustaba, pero nunca me decía nada, daba muchas vueltas. Así que recordando el hecho de que no es directo en ciertas ocasiones, decidí llamarlo de nuevo y contarle lo que me estaba pasando. Le dije que no desconfiara de mi, que no tiene que tener ningún temor conmigo (¿se acuerda que él me había dicho un tiempo atrás que tenía miedos que creía superados?).
Le dije que yo quiero su bien y que estaba dispuesta a ayudarlo en solucionar lo que le está pasando, porque ese temor a no sé qué hoy lo tiene conmigo, y que luego lo tendrá con otra persona. Le dije que por la forma en la que se estaba comportando, si yo fuese otro tipo de mujer, le hubiera sido infiel, por desatenderme, como para que le quede claro que si antes le fueron infieles otras, había seguramente alguna responsabilidad de parte de él (por supuesto que a la infidelidad no la justifico, pero hay casos en los que puedo entender perfectamente los motivos).
Me repitió una y otra vez que el problema es él. Y de a ratos me insinuaba que yo soy demandante por pedirle más tiempo, que si él no acepta verme es porque llega muy cansado de la herrería.
Mientras me decía eso me preguntaba a mí misma ¿acaso antes no se cansaba también cuando me esperaba a la salida de la facultad a las 10 y media de la noche, o cuando nos quedábamos chateando hasta las 2 o 3 de la mañana?. Ahí me di cuenta de que me estaba evitando. Antes pensaba que realmente estaba cansado, que tenía el típico agotamiento de fin de año. O que quizá, después de mi primera queja estaba siendo más cuidadoso y se tomaba la relación con más calma (al comienzo estaba súper entusiasmado, quería presentarme pronto a su familia y me presentó como su novia a varios de sus amigos con mucho orgullo).
Mientras hablábamos ayer por teléfono me remarcó que yo le pedía más tiempo y que él no lo tenía, que yo también tengo poco tiempo (en realidad ahora estoy más desocupada que al comienzo de la relación).
Sentí que me acusaba de ser injusta con él. Aproveché para decirle que yo me quedaba horas esperando a que me contestara, que él no estaba respetando mi tiempo, que podría invitarme a sus actividades, a sus salidas con sus amigos, que yo no pretendo acapararlo, sino compartir con él sus cosas, como me gustaría que él lo hiciera conmigo. Que así nos conoceríamos mejor. Pero que en vez de eso, últimamente la única invitación que me hacía era otra muy distinta. Me decía que tenía ganas de llevarme a «otro lugar» «para estar cómodos» (¿un hotel quizá?). Ya no me hablaba de hacerme conocer a su familia.
También le pregunté si seguía viendo en mí eso que lo había enamorado, como para ver si él se hizo de mi una idea equivocada y ahora estaba descubriendo que no soy tan maravillosa… Me dijo que soy «puro amor», que yo pongo todo para que la relación funcione, pero que el problema es él, que no insista más, que no le pida respuestas ahora.
Después de un silencio le dije que yo no puedo seguir así, con sus evasivas, y que le deseo lo mejor, que si alguna vez lo vuelvo a ver, espero verlo bien. Esta es la primera vez que me sentí tan mal teniendo un novio a mi lado. Me sentía abandonada por él desde hacía ya un tiempo.
Espero que Dios me conceda pronto lo que quiero. No quiero cansarme de esperar. Hoy confío plenamente en ÉL, y espero que las fuerzas no me abandonen y que la tristeza no me gane.
Usted y mi mejor amigo me son de mucha ayuda. Los dos me han aconsejado y me animé a tomar la decisión de dejar a Gabriel. Gracias!
Hasta pronto.
Marcela
Querida hija
Me parece muy acertado lo que has hecho.
Lo que te dijo por teléfono ese muchacho es la salida de un mentiroso que no se atreve a decir la verdad o no quiere decirla, o teme ser descubierto O la de un cobarde, o ambas cosas.
Menos mal que lo pusiste al fin entre la espada y la pared porque te iba a seguir haciendo perder tiempo. Y durante un eventual matrimonio seguiría celando sus propios pensamientos y usándote para sus fines. Un individualista radical, me parece. Un yo yo yo.
Abandono hay cuando hubo amor. Yo dudo de que lo haya habido. Él te probó un tiempo como quien prueba un yuyo contra la soledad, pero no se la curabas. Quizás porque la receta era que el yuyo había que tomarlo en la cama de un cuarto de hotel. Más vale que sufras ahora y no más tarde. Aunque él te llame de nuevo no lo debes atender. Quédate libre y esperando si el Señor te hace encontrar con alguien al que te destina.
Me imagino que lo que quieres es un buen esposo. Esperemos que tú encuentres pronto lo que el Padre quiere para ti, y es un amor a Dios que convierta todo lo demás en indiferente.
A veces lo que puede hacer sufrir, es tener una ilusión propia, o un deseo, que, sin darte cuenta es desordenado. Trata de profundizar en la relación con tu Padre, aplicando tu inteligencia a conocerlo más, mediante lecturas, vidas de santos, doctrina, ¡las obras de Santo Tomás donde él habla de Dios!. Dios es nuestro bien y fin último y supremo, todos los demás bienes son medios para alcanzarlo a él. No hagas del matrimonio un ídolo, cuidado.
Bendiciones
Padre Horacio