EDUCAR EN LA FE A MIS NIÑOS

Cómo hago para educarlos en la fe a los míos.


Lo mío comienza desde la concepción. Cuando me entero
que estoy embarazada se los ofrezco al Padre y le pido que sean Santos, Hijos
de Dios. A todos les escribo un diario que comienza: “Te recibimos como don de
Dios y bien para los hombres…”.

Durante el embarazo le rezo a su Angelito de la
Guarda. Cuando comulgo, me imagino todo mi interior alumbrado por la gracia de
la eucaristía, especialmente mi vientre y el bebé recibiendo todo ese torrente
de luz y gracia.

Después que nacen, de forma natural y espontánea les
voy mostrando las imágenes religiosas. Mi esposo también hace lo mismo. De esto
tengo dos anécdotas:

María tenía pocos meses y mirando un ícono
oriental de la
  Virgen hizo un guiño y se
rió de una manera muy especial. Intuyo que estaría observando algo especial que
los grandes no veíamos, porque es imposible que a esa edad pueda realizar una
guiñada.

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