ENCUENTRO DE UN PADRE EL DÍA DE SAN JUAN BAUTISTA

“¡QUÉ BUENO ES ENCONTRAR A UN PADRE A ESTA HORA!”

Crónica del Padre Christian Viña- San Juan Bautista – 24 junio 2023
Comencé muy temprano, como de costumbre, esta solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista. Y, luego de rezar el Oficio de Lectura, y las Laudes, me preparé para ir a celebrar la Santa Misa; y seguir con el apostolado entre los enfermos, y los centros de salud. Mientras me colocaba el hábito vinieron a mi memoria aquellas inolvidables jornadas, en mi Rosario natal; en que, en este día, como niños fervorosos, realizábamos frente a la puerta de la casa del tío Pablo, y la tía Baby, las famosas fogatas de San Juan, a la que nutríamos con hojas y ramitas secas, pacientemente recolectadas en los días previos.                          Y, por supuesto, recordaba también aquellas fogosas celebraciones que realizábamos en la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, de Barracas, en Buenos Aires; durante mi etapa como seminarista. Y las que, ya como Sacerdote, hicimos con nuestros hijos paraguayos, durante varios años; en mis tiempos de párroco de Sagrado Corazón de Jesús, y Santos Mártires Inocentes, de Cambaceres, en Ensenada. Y, por cierto, no pude evitar un dejo de dolor, al ver que tantas tradiciones tan didácticas, como queridas, son literalmente arrasadas; especialmente en las grandes ciudades, por este mundo que, con arrogancia, se presenta como de posverdad, de poscristianismo, y de inevitable poshumanismo…

                  Rosario en mano, gané las calles platenses, para desgranar los Misterios Gozosos. Y, en el Segundo Misterio, el de la Visita de la Santísima Virgen María, a su prima Santa Isabel, en el aun oscuro amanecer platense, vi venir a mi encuentro a un joven; que, apenas me descubrió, exclamó: “¡Qué bueno es encontrar a un padre, a esta hora!”. Me detuve para saludarlo y pronto me invadió su aliento etílico; fruto indudable de una madrugada de desenfreno. Comenzaban a emerger lágrimas en su sudoroso rostro cuando me repitió “¡Qué bueno es encontrar a un padre, a esta hora!”.

              Como digo siempre en casos como estos, le destaqué que “fue Dios, quien te puso en mi camino. Quítate la gorrita que te voy a dar la Bendición”. Lo bendije y ya literalmente bañado en lágrimas, me abrazó, mientras me repetía: “¡Gracias, muchísimas gracias, por ser padre!” No me llamó “cura”; me dijo “padre” para referir, obviamente, que toda auténtica paternidad nace, se nutre, tiene su sentido y se multiplica en la del Padre Nuestro, que está en el Cielo…

                     No me dijo su nombre. Solo que vivía en Olmos; una localidad platense en donde se encuentran varias cárceles. ¿Habrá recuperado recientemente su libertad? ¿O ha sido este mismo encuentro el comienzo, aunque aún muy en ciernes, del retorno a la Verdad que nos hace libres? (cf. Jn 8, 32). “Recuerda siempre que eres una obra del amor de Dios –le dije en mi despedida- Y no olvides jamás que solo el Señor nos hace hombres nuevos…” Se colocó, nuevamente, el gorro, mientras seguía repitiendo, “¡gracias, gracias, Padre!”.

                     La fría y neblinosa aurora se abría paso, no sin dificultades, en tantos corazones que los sábados, y domingos, a primerísima hora, tratan de retornar a sus hogares -o solo Dios sabe dónde-, tras una noche de excesos de todo tipo. En estos desiertos urbanos tan distintos y, al mismo tiempo, tan similares, a los de San Juan Bautista. En la Santa Misa que celebré pocos minutos después, me referí en la homilía al joven protagonista de este encuentro. E hice alusión, también, a las palabras de la Santa Madre Teresa de Calcuta; quien repetía que cada uno debía misionar allí donde el Señor lo había colocado: “Ocupaos de los que tenéis cerca –insistía la diminuta y gigantesca monja- que, de los pobres de la India, nos ocupamos nosotras…”. Claro que sí. Y allá vamos, cada día. Con el anuncio y el testimonio de Cristo, en medio de la arena del asfalto, y el desierto de tantos corazones; sedientos, como el de este muchacho, de la verdadera Paz…

 

+ Pater Christian Viña. La Plata, sábado 24 de junio de 2023. Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista. Mes del Sagrado Corazón de Jesús. – elpadrechristian@gmail.com

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