FAMILIA Y DESACRALIZACION [4]
REFLEXIONES; 3ª REFLEXIÓN

TERCERA REFLEXIÓN

Desenmascaramiento:
Las palabras desacralización, secularización, resultan engañosas. Sugieren que la familia, el matrimonio y la sociedad dejan de ser religiosas, cuando en realidad, pasan a ser vividas en otra clave religiosa. Cripto-religiosa, es verdad, pero religiosa.
Es la cripto-religión del Hombre que se pone, en los hechos, en el lugar de Dios. Este proceder se conoce en la tradición bíblica como idolatría, cuya forma actual va acompañada de ideo-latrías.

Debería hablarse propiamente de re-sacralización o trans-sacralización, en vez de des-sacralización. Y debería hablarse de panteización de la naturaleza, o de autodivinización del hombre. En términos bíblicos es una recaída en la idolatría.

Al rechazar el vínculo religioso de amor a Dios, se rechaza en realidad la dependencia que ese vínculo supone. Se rechaza al Dios Padre, junto con la condición filial – y por lo tanto obediente -, del Hijo.

Esta irreligiosidad cripto-religiosa es vivida por el hombre pseudo-irreligioso con fervores religiosos, apostólicos; con un fervor y un celo de su propia gloria, propio de quien se hace Dios y devoto de sí mismo a la vez. La historia atestigua también que la idolatría desencadena la guerra entre los ídolos: la teomaquia.


Nosotros comprendemos, merced a la revelación bíblica, que ese hombre auto-divinizado, será como el que describe Pablo en Romanos 1, 21 ss. y al que llama “el hombre de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2, 3-12), que se coloca en lugar de Dios.


Ese hombre es celoso de su propia gloria y exige ser adorado exclusivamente, como sucedió en el Imperio romano, durante tiempo del culto al Emperador. Esto puso a los cristianos ante la disyuntiva heroica del martirio o la apostasía
.
El nuevo César, el nuevo estado divinizado, exige de los creyentes prescindir del Padre y del Hijo en la configuración concreta de su vida. Y es así como exige ser adorado y reconocido como absoluto y tiene a la fe cristiana como error o impostura. Es de temer que pronto se la tipifique, nuevamente, como delito.


Para comprender lo que sucede con la familia, el matrimonio en la cultura «desacralizada» este desenmascaramiento es un paso previo imprescindible.

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