LA LUJURIA ES DEMONÍACA (16)-LAS EXPERIENCIAS DE EUTIMIA [1de 12]

Estimado visitante, sigo ahora la  serie dedicada al carácter demoníaco de la lujuria presentando las experiencias de quien llamaré con el nombre de Eutimia. 

Comienzo esta serie de seis entradas con la última que me escribió después de contarme sus experiencias de percepción del Maligno, desde niña. 
Ella ha experimentado por decirlo así, casi «todo el catálogo»
Agradezco a Eutimia su generosidad al permitirme publicar sus experiencias. 
Hay almas sufren cosas parecidas o peores sin atreverse a contar por temor a que las manden a un psiquiatra.
Estas experiencias no son comunes y he vacilado en darlas a conocer en el Blog. 
Las personas que no las han tenido, den gracias al Señor. Y no cedan a la curiosidad de querer saber más y menos tratar de provocarlas o buscarlas.
Las que las tienen o tuvieron sin animarse a decirlo a nadie, o están sufriendo éstas o peores agresiones del Maligno, busquen ayuda espiritual adecuada. 

Padre 
yo soy bastante escéptica con esto de los
demonios y todo eso, creo que lleva mucho discernimientos y no es que uno va a
ver demonios por todos lados. Aparte creo que es tan astuto el mal que a veces
ni se aparece pero insinúa cosas para entorpecer la obra de Dios y algunos
terminan sugestionándose por demonios que nunca aparecieron.

Le voy a contar una experiencia que no alcanzo a
comprender todavía. 
Había una pareja en un restaurante a unas tres mesas de donde
yo estaba. 
Justo cuando miro para ese lugar de casualidad, la mirada del hombre interceptó mi mirada. 
Fue como un choque. Yo no podía mirarlo porque en él había una
presencia oscura y vi que él tampoco me miraba y se inquietó. 
Después sin
mirarlo sentía que me miraba, era asechante´. Le comenté a la persona que
estaba al lado mío y me dijo que sí, que no dejaba de mirarme. Me inquietaba
mucho. No sé, pero fue la primera vez que percibí el mal espíritu en una
persona. 
Y creo que él percibió el Espíritu santo en mí.  
Al terminar la cena, hubo un show y ellos, la
pareja, subió a bailar al escenario, y terminó haciendo un show erótico, con
todos los movimientos simulando un acto sexual. Había muchos niños en el lugar. 
Y ahí me di cuenta, que no era mi imaginación que ese hombre algo tenía. Aparte
lo percibí como algo del mal espíritu en el ambiente que ellos creaban.
Así
como una persona santa emana perfume de Cristo, la persona que tiene algo del
mal espíritu emana muchas veces algo putrefacto, enturbia el ambiente donde
está. Yo por las dudas me iba para otro lado, ni me acercaba donde estaban
ellos. 
Ojo que esto es lo que yo pienso habría que discernir qué fue eso.

Otra experiencia: en un retiro espiritual carismático una
persona empezó a moverse como víbora al lado mío, y después de oraciones que
hizo el padre y los servidores vomitó y se calmó. 
En otro retiro carismático posterior me
tocó dormir en el mismo dormitorio con ella. Me contó que había andado en magia negra y que ya había tenido
esa liberación en su anterior convivencia pero por sus antepasados; y la última
por lo que ella hacía (magia negra). 
Qué notable, me cruzo con gente
que tiene experiencias con el mal tan a menudo!
Eso me hace pensar que son bastante
comunes, más de lo que uno cree. 
Y le confieso que a esta altura, tras tantas experiencias desde niña, lo tomo con comicidad,
porque a veces es el colmo, Dios me hacer reír muchas veces. 
A pesar de todo,
esto me une más a Dios, porque 
Él es el único que entiende y que vive lo que yo vivo. Él me ama y que logra hacerme reír con cosas que sin el no soportaría.
 En fin, el
Señor me fue mostrando su amor infinito y también lo que no es Dios. Gloria a
él porque tiene todo bajo control!

Padre un abrazo grande en Cristo y que esto que le cuento ayude al
menos a solo uno!.
Los psicólogos y psiquiatras que lean esto me
encomendarían al psiquiátrico, pero Dios sabe…

Eutimia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.