LA ROSA BLANCA


-1-


“Déjame arrancar,Señor 

Una rosa blanca para Ti. 
De ese mismo rosal que cultivaste
con amor inmenso, para mí. 
Amén» 

-2-
Porque está tu esplendor
coronado de espinas,
es la rosa la flor 
que más se te avecina. 

Porque entrega la vid 
su sangre en el lagar, 
Tú pudiste decir: 
Yo soy vid de verdad. 

Y porque la mujer 
que sufre dando a luz, 
por el que ve nacer 
se olvida de su cruz, 

nos pudiste explicar 
por qué debías sufrir, 
pues no es posible amar, 
como Tú, sin morir. 

Y rosa, vid, mujer, 
reflejan esta ley 
de amor y padecer 
que les puso su Rey 

 para prefigurar 
qué precio de dolor 
tendría que pagar 
el amor del Señor. 

Todo el que aspire a amar 
como Tú nos amaste, 
ha de poder pasar 
por lo que tú pasaste; 

 por eso es que, – quizás – 
das tu amor con medida, 
pues si nos dieras más 
nos quitaría la vida. 

¿Quién osará pedir 
la gracia de ese don 
si no puede sufrir 
otra crucifixión? 

Dale al espino rosas, 
dale vino al lagar, 
da hijos a la esposa, 
da valor para amar 

Tú que amando seduces 
y en seducir te empeñas 

Tú que a amar nos conduces 
y a sufrir nos enseñas 
 fabricándonos cruces… 
pero cruces pequeñas.

 

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