Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
Hoy llamé a mis amigas de mi ciudad natal. Y, para mi sorpresa, a Julia, una de ellas, su esposo también la abandonó.
Le dije lo mismo que usted me ha aconsejado, orar y seguir orando por él. Le pedí que orara por su esposo. Me siento muy triste por ella porque vive sola. He estado orando por ella. Quiero Padre que también esté en sus oraciones.
¡Cómo quisiera que no hubiese pasado por lo mismo que yo pasé! Por lo menos ella sabe que no puede volverse a casar. No piensa pagar ningún divorcio.
Pero me siento mal porque está muy herida. ¡No sé qué anda pasando por la mente de este hombre! Llevaban 15 años de casados. Padre ¿cómo hacemos para que tantos matrimonios se mantengan unidos? Sí, orar.
Wilma
Querida hija:
El demonio, el mundo y la carne herida por el pecado, hacen la guerra al varón y por eso, a medida que estas sociedades se apartan de Dios, hay cada vez menos seres humanos masculinos que puedan llamarse «varones». Los seres humanos han perdido de vista los designios del Creador sobre el varón y la mujer. Son como ciegos, guías de ciegos.
En latín, varón se dice «vir» y de la misma palabra procede «virtus»: es decir, robustez, vida, vigor, fuerza, poder, potencia, capacidad para obrar el bien, para dar la vida engendrando, para defender con las armas en la mano y exponiendo su vida sus amores: patria, padres, hermanos, mujer e hijos…
En lugar de ello, el pecado, sobre todo el pecado de lujuria, la adicción sexual , el alcoholismo, el juego y otras adicciones, le quitan la libertad y lo hacen abdicar de sus grandes misiones.
Igual que el padre Adán, que abdicó de su tarea de guardar el jardín y vigilar al árbol, los hijos de Adán “se borran”. Nuestro padre Adán abdicó de las tareas confiadas por Dios para no contrariar o no contristar a su mujer desobediente. Abdicó de su misión divina principal: custodiar el árbol de la sabiduría divina y el árbol de la vida divina.
¿Qué se puede esperar de los hijos de Adán, heridos para las tareas de este mundo en las que como pena del pecado la tierra le produce cardos y espinas? El varón caído, es ahora un débil, un cobarde, un abandonador, un perdedor resignado,
«el hombre es como el perro vagabundo,
la viva imagen de la desventura,
perdido por las calles de este mundo
escarba su comida en la basura»
Necesita ser salvado y el único salvador es Jesucristo. Por el bautismo debería renunciar a Satanás al Mundo y al Pecado. Pero ¿cuántos siquiera se acuerdan de su bautismo?
Pero ¿cuántas mamás tienen esto en cuenta en la educación de su varoncitos? ¿Cuántas novias lo saben en el trato con sus novios? ¿Cuántas esposas tienen conciencia de la fragilidad moral y religiosa de sus maridos?
A tu amiga la encomiendo. Que no se quede lamiéndose la herida y haciendo duelo.
Que se vuelva al Señor como una esposa al Esposo de su alma. Si se declara sola, o si la ves sola, es quizás porque no había entendido hasta ahora, que su vocación bautismal era desde siempre ser esposa de Cristo. Más esposa de Cristo que del marido que la abandonó. Quizás esta situación dolorosa, sea bienaventurada, si en ella descubre su vocación eterna. Y ocasión de examinarse y descubrir omisiones o errores en su ministerio esponsal.
La niña, la adolescente, la novia que se sabe desde siempre llamada a ser hija de Dios Padre y esposa de Dios Hijo, podrá entender las heridas del varón caído y comportarse sabiamente en su noviazgo y matrimonio. Y aún cuando su matrimonio no contará con un seguro contra la infidelidad o el abandono, siempre estará iluminada para entender lo que suceda a la luz de la revelación divina. Y en eso estará su fuerza y su consuelo en toda circunstancia.