NO TRAICIONES A LA ESPOSA DE TU JUVENTUD

«Dios es testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, siendo así que era tu compañera, la mujer con la que te habías comprometido. ¿No los ha hecho un solo ser, dotado de carne y espíritu? Y este uno ¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios! Guardad, pues, vuestro espíritu; no traiciones a la esposa de tu juventud. Pues yo odio el repudio, dice el Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice el Dios de los Ejércitos. Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición. (Malaquías 2, 14-16)
Me haré presente para juzgaros, y seré un testigo expeditivo contra los hechiceros y los adúlteros (Malaquías 3,5)

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