Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
A la gente en general, no le interesa Dios, ni el amor a Él. Lo mira como esos jóvenes que van obligados a las charlas matrimoniales y dicen. “¡Ufa! ¿Nos van a hablar de Dios?”. O esos adolescentes que recalcitran y se irritan en la clase de catequesis haciendo de todo para sabotearla.
Ante Dios, la creatura humana suele ser o interesada o indiferente.
El amor interesado a Dios, no está del todo mal… ¡Para empezar! ¡Y con tal de que no se quede en el interés!
El amor a Dios debe ser el amor que adolece de una mayor mezcla de interés por parte de sus creaturas. Pero a Él, nuestro amor interesado ¡por suerte! no lo desanima para amarnos siempre y desinteresadamente, como solamente puede amarnos Él.
Más dañosa para el hombre, en cambio, es la indiferencia. La indiferencia generalizada ante Dios, es un obstáculo que enfrentan sacerdotes, catequistas y profesores de religión y cuya naturaleza espiritual muy a menudo desconocen. El Señor me mostró cuál es el significado espiritual de la indiferencia y del desinterés ante Dios, que tanto me hacía sufrir en el ministerio. Es la acedia. Un fenómeno espiritual. Un espíritu que se llama así.
La consecuencia del espíritu de acedia en las almas, son los vicios capitales. Cuando el alma no encuentra el gozo del amor a Dios, para el que fue creado, entonces, se apodera de ella la ansiedad, que es una especie de sed del alma por un bien que no conoce y no logra obtener. Esa ansiedad impulsa al alma a buscar en las creaturas la alegría que anhela. Y como no la encuentra, porque no está allí, es arrebatada y corre a ciegas de adicción en adicción. Así fue que escribí dos libros sobre la acedia y otro sobre los vicios capitales.
Sobre la acedia: 1) En mi sed me dieron vinagre. La civilización de la acedia. Ensayo de Teología pastoral. Editorial Lumen, Buenos Aires, 1999. 2) Al que siguió completándolo: Mujer: ¿Por qué lloras? Gozo y tristezas del creyente en la civilización de la acedia. Editorial Lumen, Buenos Aires, 1999.
Y sobre los vicios capitales: El lazo se rompió y volamos. Vicios capitales y virtudes. Grupo Editorial Lumen, Buenos Aires – México, 2001