¡VIVA LA CASTIDAD!
¡VAYAN LOS CORRUPTORES DE PEQUEÑOS
AL FONDO DE LA MAR!

¡Al abismo del Mar, 
lo más profundo,

Lo más lejano del Trono 
y del celeste altar!
¡Al hondo abismo 
donde van a parar
los más sucios detritusde este mundo.
A ese lugar inmundo que habita el Leviatán
el gran monstruo marino, la Serpiente!
¡A ese lugar donde nunca resuena ni se siente
la voz del Verbo;
ni voz alguna humana ni divina
Al calabozo lóbrego y silente
donde tampoco alumbra luz alguna
y el alma desvelada no termina
de soñar una eterna pesadilla!
¡Allí vayan a dar!
– como avisó el Señor en un lamento –
con una piedra de molino atada al cuello
que les haga imposible regresar
los que escandalizaron a un pequeño
los que lo hicieron tropezar
y lo hicieron caer en el camino
que Él les vino a enseñar!
Maldito quedó ya
y destinado ya al eterno abismo
– así se le advirtió al depredador –
todo perverso corruptor de un niño
aunque pretenda ser su educador,
que lo distrae, con sexo, del Amor.
Para contrarrestar tanta maldad
Volvamos a gritar,
volvamos a elogiarla y enseñarla
¡Viva la Castidad!

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