A UNA MUJER ANGUSTIADA SIN MOTIVO
Carta a una hija ansiosa y angustiada

«Le morderás el talón pero ella te aplastará la cabeza»
Génesis 3,15

Querido Padre mío;
Le cuento que todo esto lo escribo desde una gran angustia, porque el demonio me tira con la angustia.
No tengo motivos para estar angustiada, pero lo estoy.
Malú.

Queridísima hija Malú
Te mando la conferencia que explica para qué fue creada la mujer, para ser a imagen a mayor semejanza de la Rúaj (Espíritu Santo) que en el original hebreo es palabra de género femenino. Por eso es mejor nombre del Espíritu santo llamarle Caridad del Padre que Amor…

Te recomiendo leer el Himno de la Caridad en 1ª Corintios 13, 1 y  siguientes. Repara en que ni pensamiento ni palabra ni obra son nada si no están animados por la Caridad. Si no son fruto del amor divino. Creo que ese pasaje es un «retrato hablado de la Rúaj santa» reflejada en la Mujer santa.

En primer lugar en María y luego en todas las que están llamadas a ser a mayor semejanza de la Caridad Persona divina, amor del Padre. Y junto con el conocimiento (el Verbo) unidos en uno inseparablemente con la Rúaj son la Sabiduría del Padre. Por ser mujer tienes en ti esa fuerza de la Caridad divina que da sentido a todo, verdadero sentido a todo.

Porque el conocimiento, sin la Caridad, es demoníaco. Hoy se habla de «inteligencia artificial» Es para temblar lo que el demonio hace ya y hará con la inteligencia sin amor.

Vengo a esos mordiscos de tristeza de los que me hablas. Bien has dicho que esa angustia «te tira», te tira al suelo, a la tierra.
Son mordiscos del demonio en el talón de tu alma. Porque el talón de la mujer es donde ella se apoya en tierra y tiene su punto firme, para mantenerse de pie, erguida, en toda su estatura espiritual, yo diría con la elegancia de una hija de Dios, Reina, Princesa del Reino. El talón de la mujer es precisamente la Caridad en ella. La Caridad, el amor divino, es su talón porque sobre la Caridad se apoya toda la estatura erguida física y espiritualmente de la mujer. Y lo que quiere la serpiente es humillarla a caer, derrumbarse, y empezar a arrastrarse y comer polvo como ella, ángel caído, por elevarse a la altura del conocimiento sin amor, se arrastrará por el polvo comiendo tierra.

Por eso a Eva no la serpiente no le habla de Caridad sino de «Conocimiento del bien y del mal» Tampoco le habla de SAbiduría, que es Conocimiento y Caridad en uno solo, el matrimonio divino entre el Verbo y la Rúaj que la Caridad hace inseparable.

Cuando te vengan pues esos ataques písale la cabeza ¿cómo? Apoyándote fuerte en el amor, en la Caridad, erigiéndote en Caridad, en actos de amor al Padre, a Jesús Esposo de tu alma, a tu Esposo en la tierra a tus hijos, a tus padres, cuñada, sobrinos, suegros, vecinos, alumnos. El Espíritu SAnto quiere usarte como la boca de una fuente para que de tí beban la Caridad refrescante y aplaque la sed de amor de quienes te rodean o encuentren.
Si no te apoyas ahí caes y te arrastras y ya no puedes aplastar la cabeza de la serpiente con tu talón.

Te quiero ver bien erguida. Como te vi en tu boda, hace ya tantos años, especialmente en el momento en que según el ritual toledano que celebramos en tu boda, te cubrimos con  el velo cabeza y hombros dejando sin cubrir la cabeza de tu esposo. Esa es tu cabeza y su pensamiento está en ti y gobernado por ti, porque tu cuerpo es el cuerpo suyo lleno de la Caridad que inspira sus pensamientos y su cabeza la tuya para tu guía. Por tu caridad él se mantiene erguido porque tú por el amor andas erguida.

Mira pues lo que  el Señor hace contigo y con ambos juntos y entra en el misterio del que hablan esos signos del rito esponsal.

La angustia sin motivo — aparte de que puede tener un origen puramente orgánico — tiene relación con lo que has aprendido en mis libros y escritos sobre la «acedia», es decir el pecado demoníaco que es incapaz de alegrarse en el bien divino y trata de inocular su tristeza en la mujer, porque ella, por ser imagen y mayor semejanza de la Rúaj o Espíritu Santo, es su antagonista y la odia particularmente. Al morder su talón pretende verla postrada en tierra y mordiendo el polvo, como ella está a causa de su rebeldía y de haber dado su espalda a Dios.

Múdate por lo tanto contra esa angustia buscando el gozo de la gratitud y la alabanza, de la adoración. La fe nos muestra bienes divinos, nos enciende en el deseo de ellos y nos hace alegrarnos en su posesión, porque ya los tenemos en arras.
Tu padre en Dios

PS: La conferencia que le envié a Malú es la que puede verse publicada en este blog el 13 de setiembre de 2019.
O también puede verse otra de agosto de 2018 que se desarrolla en varias entradas de este mismo blog, comenzando por este enlace;
https://elblogdelbuenamor.com/2018/10/una-ayuda-adecuada-la-mujer-y-el-varon.html

Del tema de la angustia y la acedia he tratado en una conferencia sobre la relación entre lo que Soren Kierkegord llama angustia, con lo que, en la tradición católica, se llama acedia. Y de ésta tentación ya he enseñado cómo defenderse

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