
QUE A TODO AMOR GOBIERNA
Un abismo de amor que a sí nos llama,
y una llama de amor que nos abisma.
Un suspiro,
un anhelo,
el alma misma,
como un peso del ser que a Dios atrae
y va hacia Él,
y hacia Su amor se cae.
Un abismo de Dios que se ensimisma
en santas nupcias con la creatura
y suspende,
y sumerge en sus honduras.
Un gran amor
que a todo amor gobierna
y en amores creados nos abreva
y desde estos amores nos eleva
a su abrazo de amor en vida eterna;
porque con sed de eterno amor seduce
y al abrazo del Padre nos conduce
por los amores de sus creaturas
hacia la fuente de sus aguas puras.