Continúo con la respuesta a Sonia, que comencé en la entrada anterior.
Sonia:
Ahora voy a repetirte la respuesta que te adelanté globalmente en la entrada anterior, pero procediendo esta vez por pasos
Tu pregunta era, en resumen, ésta:
¿Es posible enamorarse por voluntad y decisión o es imposible, siendo el único camino para el enamoramiento la espontánea y casi natural inclinación del corazón por alguien?
1º) Por ser el ser humano una creatura compuesta: «espiritual-sensible-instintiva», los actos de la potencia espiritual que es la voluntad, tendrán resonancias en las demás esferas: sensible, afectiva, pasional. Por su naturaleza, las resonancias en el dominio sensible, son más «ruidosas» o «perceptibles» que el deseo o decisión espiritual de la voluntad.
Es movido ¿por quién? por los afectos, los sentimientos, las pasiones. A consecuencia del pecado original, éstas quedaron independizadas del gobierno de la razón. Y así puede suceder, por ejemplo, que alguien no sienta afectos de amor hacia el que lo ama. Que no sea bastante motivo para moverse a amar al otro, el hecho de que el otro lo ame.
El motivo de que se presente el drama del amor no correspondido es que, a consecuencia del pecado original, alguien puede sentirse incapaz de amar “por pura voluntad o por decisión” (como dices tú, Sonia) al que ve que lo ama.3º) La voluntad, que es la potencia amorosa, por la que nos movemos hacia el bien conocido por la razón y la inteligencia, es ciega. Ella se mueve por el bien que la inteligencia y la razón conocen como bien y le presentan como bien.
Por eso el diocesillo griego del amor que llaman Cupido, es representado como un niño con los ojos vendados y con un arco y flecha en la mano: un niño, sin razón madura, caprichoso, y que arroja sus flechas a ciegas.
Una de las consecuencias del pecado original, es una herida su inteligencia: la ignorancia.
Y por eso, una voluntad guiada por una razón ignorante, puede abrazarse a lo que las pasiones o los instintos le presentan como un bien, siendo que de hecho son un mal. En ese caso, la voluntad no hace culpable al hombre cuando él sigue las indicaciones que le da su inteligencia ignorante y hace el mal que su inteligencia le presenta como bueno.Si al varón le dicen que debe fornicar y que no es hombre si no fornica, y si ese hombre no conoce la ley de Dios que prohíbe fornicar, cuando hace lo que dicen los hombres sigue con su voluntad lo que le presentan como bueno.
Por eso era necesario que el Señor promulgara la Ley, porque la razón humana ya no distinguía entre bien y mal.
Así que viniendo a tu pregunta. Sería posible amar con la sola voluntad al que nos ama
1.- Si el alma fuera sanada por la gracia e instalada en el orden de:
a) una inteligencia sanada de la ignorancia. ¿Cómo? Gracias, 1º) a la revelación divina; 2º) a la fe y 3º) a la instrucción religiosa ortodoxa, 4º) a una cultura familiar y social que se lo enseñe, facilite y apruebe.
b) una voluntad sanada de su malicia
c) una sensibilidad ordenada por la templanza y la fortaleza.
Dicho cortito:
En la medida en que la inteligencia y la voluntad tengan dominio sobre la sensibilidad, las pasiones y los deseos instintivos, es posible amar por pura voluntad.
En la medida en que pase al revés, las pasiones pueden más que la voluntad.
Eso es lo que procuro dar a conocer en este Blog del Buen Amor. Por eso, agradezco tu pregunta que me permite exponerla.
Bueno, vienen a buscarme y tengo que abandonar para seguir en otro momento, porque el tema da para mucho. Y para responder bien tu pregunta hay que tener en cuenta muchas cosas acerca de la verdad del corazón humano, creado, caído, salvado por la gracia.