Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
¡¡A ver si logramos comprendernos!! Les cuento cómo somos las mujeres.
¡Si les sirve, bien! Si no les sirve, ¡espero opiniones!!
Beso
Mónica Laura Avero
Las mujeres somos los seres más singulares y divertidos de toda la Creación.
Cuando aprendas a convivir con nosotras, vas a ver que te vas a divertir mucho.
Te vas a pasar entretenido tratando de descifrar este misterio.
Seguro que en toda la vida no vas a terminar de descubrir a estas amigas tuyas, que Dios puso a tu lado.
Cuando creas que ya nos comprendes, vas a ver que nos descubrís una nueva faceta que antes no habías visto. ¿Se te escapó a tu mirada escrutadora? ¡No!. Hemos cambiado.
Y ahora ¡tenés que empezar a descubrirnos de nuevo!
¿Estas desconcertado? Seguramente. Dios nos hizo así. Para ser siempre compañía, a lo largo de toda la vida. Para no resultarte aburridas. Para que salgas de tu mundo monótono y estructurado de varón.
Y para que seamos lo único, en toda la Creación, que no terminás de atrapar, de dominar en tu inteligencia y con tus razonamientos.
A los otros seres, Dios los creó para que estén dentro tu completo señorío. Que los puedas investigar, descubrir y dominar. Como hacías al desarmar tus autitos cuando eras chico: Al ver qué hacían y como eran, ya lo dejabas. Habían perdido el interés que despertaban en tu cabecita de niño, de varón en crecimiento. Te aburrías, habían perdido el misterio. Con tus amigas mujeres no es así
¿Te cuento cómo somos? Como toda mujer, empecé dando vueltas sin llegar al final. Y todavía seguís leyendo. ¡Misterio, entretenimiento, curiosidad!.
Las mujeres pensamos una cosa, decimos otras y hacemos otra diferente. Pensamos. Pero en modo intuitivo. ¡Como los ángeles! Ja!, Primero llegamos al final, y al preguntarnos como llegamos a esa conclusión, presentamos el razonamiento. Decimos, no lo que pensamos, no nuestras convicciones y elecciones, sino lo que sentimos. Reproches terminantes pueden ser decepciones, enojos y broncas. Pero no son la totalidad de las decisiones que
asumimos. ¿Cómo comprender este rompecabezas? Te cuento un secreto. Viendo lo que hacemos, ahí tenés una pista más segura ¡para todo este misterio que te despista!
Además, como ya sabés, a lo largo del mes podemos estar más sensibles.
¡Más cambios que el tiempo! Y … ¡SI! Somos cambiantes. A veces a lo largo del mismo día según que cosas nos alegran o entristecen: vimos un bebé precioso: ¡alegres! Se murió el pececito: ¡triste! Vino una amiga a tomar mates ¡genial!
Entre amigas mujeres, ya nos conocemos. Sos vos el que te sentís desconcertado.
Con el paso de los años, logramos madurar algunos afectos, el autodominio se va ejercitando y vamos aprendido de nuestros propios cambios personales (cada mujer es diferente). Por eso podemos ser más predecibles.
Pero no dejamos de ser mujeres.
Tenenos paciencia, somos así. No es por superficiales o tontas, somos afectivas. Por eso una reunión, una clase o una casa se transforma en un hogar, en una comunidad, en una familia donde es lindo estar porque te sentís querido y aceptado. Así somos.
Ustedes son competitivos por naturaleza, nosotras amigables y amistosas.
Si, también vanidosas (pero, más que eso, coquetas), competimos por el cariño, no por el poder o el espacio. Nos peleamos a morir y después somos amigas de nuevo.
Todo eso hace al ser mujer, ¡un ser entretenido, divertido, misterioso y cambiante! Con tus amigos varones son compinches y amigos siempre iguales, compartirás tus pensamientos y tus trabajos. Con tus amigas mujeres los afectos. Vas a ver, es un ejercicio continuo. Pero cuando “sacas músculo” te das cuenta que basta que nos dejes expresarnos.
Escuchanos. No nos dejes al costado pensando que somos superficiales o tontas. No, somos así. Tú escucha atenta, sin darnos muchas recetas, y tu cariño comprensivo, ya nos permiten pensar por nosotras mismas lo que nos pasa. Y esta paciencia en la escucha nos hace sentir queridas.
Ese no alterarse por nuestros cambios, nos transmite tu seguridad racional de varón y te hace mantener la superioridad en la dirección de las cosas del mundo que Dios te dio.
De este modo, nos damos cuenta del cariño y, a la vez tu seguridad. Porque, obviamente, sos más estable que nuestros cambios. Y, además, paciente con nuestras pequeñeces y ternuras que nos hace mujeres. Asi. ¡Como Dios nos ha creado!
P/D: Sé tu objeción: ¡muy benevolente lo mío! Puede ser. Soy mujer y contenta de serlo. Pero también me encanta la dupla humana que hizo Dios. Complementarios y diferentes. Una maravilla y un misterio. monicaavero@hotmail.com