
Querido Padre:
Mire lo que hizo mi niño que como usted sabe tiene cuatro añitos, y que creo lo aprendiò con su ejemplo, viendo cómo preparaba el altar para celebrar misa:
Mientras leíamos en familia la lectura del día, trajo un banquito, lo puso en el centro y arriba colocó una plantita (de albahaca!!) y se sentó seriamente a escuchar.
Cuando terminamos me dijo:
Mami, tendríamos que haberle puesto un mantelito blanco hasta el piso.
Yo lo abracé y le dije que Dios ya le estaba regalando el sentido de sacralidad, de lo sagrado… Y él me dijo que sí.
Es increíble cómo el Espíritu Santo los educa. Nunca habíamos hecho algo igual en casa, excepto cuando se preparó el altar para celebrar la misa.
Como él se duerme temprano, aprovecho a rezar con su hermanita dos años y algo menor que él.
Entonces le digo: vamos a rezar a Jesús, esposo del alma. Y ella me dice: Chí.
Y va repitiendo todo lo que digo: Jesús esposo de mi alma, te amo; Jesús te alabamos, etc. y se nota que queda muy consolada. Y yo también, porque es un momento tan íntimo.
Porque lo hacemos a solas ella y yo, mientras mi esposo se baña, antes de que llegue al dormitorio. Después me da un besito y el padre la lleva a su camita.
Recién terminamos de ver La Cristiada, como para inicar la Semana Santa…
Mi Padre, no se preocupe por responderme