Esposa del Cordero (I)

Querido padre Horacio:
                               continúo con la lectura del libro «Me quiero Casar», tomo I, y he encontrado en los testimonios que he leído grandes riquezas y similitudes con lo que estoy viviendo desde que tengo su dirección espiritual y el alcance de sus libros en mis manos.
Como le contaba no soy para nada afecta a la lectura, pero estos libros llenan plenamente mi corazón y me van conduciendo por el camino que siempre quise recorrer, pero no encontraba cómo. 
Usted, Amigo del Esposo, y por tanto mi amigo, me ha introducido en la Vida Esponsal con El Cordero, y eso al principio le confieso me asustó; pero ahora puedo ver cada vez con más claridad hacia dónde esta Vida Nueva Esponsal me conduce. 
La venda de mis ojos, mi ceguera está sanando de a poco y, aquello que creía me llevaba a la santidad, como actividades pastorales en forma desmedida, eran solo distracciones del maligno, para apartarme de mi verdadera misión de esposa y madre acá en la tierra. Sí! en la tierra, donde no estaba ni tampoco me santificaba por falsos misticismos. 
Amar al Cordero y dejarme amar por El, ha dado un nuevo sentido a mi matrimonio y maternidad, y a mi rol de ama de casa, el de abuela y todos los roles en la cual la enriquecedora vida cotidiana nos sumerge. SI! ya mi vida cotidiana no es más tediosa si no enriquecedora y la ha enriquecido el saberme Esposa del Cordero, el mantener presente que todas mis actividades no le son indiferentes y que las hago por El y, a la vez, por los míos acá en la tierra también, como dice Fabiana Corraro en este libro,»llega un momento que la oración se transforma en nuestro alimento». No dejo de repetir nunca y a lo largo del día: Jesús en Vos Confío y de rezar la Copla de la Esposa_Iglesia.
Nuevamente le agradezco, padre, Amigo del Esposo y mi amigo, por tanta entrega y tanto amor. Cuando veía que mi matrimonio y mi hogar estaban al borde del derrumbe por las peleas, el Señor me lo regaló a usted y este montón de lindos testimonios de vida, y todo va cambiando de a poco. 
Siempre quise hacer la Voluntad del Padre y creo que recién después de casi 30 años de casada y con 7 hijos y una nieta estoy poniéndome en marcha. 
Bendiciones
María Virginia


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