“Creo que he caído en la trampa que usted dice: “de querer apoderarme del varón”. Por inseguridad busco que me demuestre lo que siente de manera más física. Y eso es realmente una estupidez mía, porque él me lo demuestra precisamente «sin lo físico», se esfuerza por nuestra relación, viaja y se sacrifica… Yo no veía lo que Usted me hace ver, estaba ciega por miedo a perderlo, cuando él demostraba todo el tiempo amarme. Por eso lo excité”
Padre Horacio
Mil gracias por su respuesta. Paso a responderle punto por punto.
1- Tiene razón yo no puse límites. Es más: yo llevé la situación a ese extremo. Lamentablemente nunca me di cuenta de eso hasta después de lo que sucedió. Eso me llena de mucho dolor pero me muestra lo necesario de ser humilde para comprender que se puede caer y que es necesario estar prevenidos.
Mi novio había venido manteniendo distancia física y manejando todo evitando los «arrumacos». Y yo pensaba que era «frío» o que no me quería. ¡Estaba tan equivocada! Mi novio nos estaba cuidando a los dos. Me duele mucho haber sido causa de todo este dolor para ambos.
2- Todo sucedió por no haber guardado, temerariamente, las cautelas que Usted recomienda. Esas cautelas son de sentido común cuando uno sabe que puede caer por estar heridos por el pecado original. Yo no las tuve en cuenta, aunque se las hubiera aconsejado a cualquier amiga. Ya que Usted me lo pregunta le cuento, venciendo mi vergüenza de contarlo, qué es lo que sucedió realmente, para que otros jóvenes que visiten su Blog, vean cuánta razón tiene lo que Usted aconseja. ¡Hicimos todo lo que Usted aconseja no hacer!
Nos quedamos solos en su casa de casualidad y comenzamos a besarnos y acariciárnos de una manera que se fue haciendo bastante desenfrenada desde el primer momento. No sé ni cómo llegamos a su habitación y nos recostamos en la cama, ya que nunca dejamos de besarnos. Allí las cosas se fueron de control, las caricias fueron debajo de la ropa, (camisa y pantalón). Sinceramente yo no conseguía pensar en ese momento. La situación se extendió unos minutos. El se recostó encima mío y metió su mano dentro de mi pantalón, luego lo bajó un poco, y acaricio mis genitales. Yo también acaricié los suyos. Tanto se extendieron estas caricias que ambos tuvimos un orgasmo. Cuando a mí me pasó eso, me asusté por la sensación, ya que era desconocida para mí y me levanté de manera bastante violenta dirigiéndome al baño.
Estaba muy avergonzada por lo que había hecho; por lo que le hice a él (la eyaculación, me asustó mucho). Me puse a llorar en el baño y él, del otro lado de la puerta me preguntaba cómo estaba, si él me había lastimado, etc.
Cuando salí me abrazó, me pidió disculpas. Ambos estábamos realmente avergonzados, heridos en nuestro pudor. Fue en un segundo que todo se nos fue de las manos, fuimos muy imprudentes. Y todo fue mi culpa, yo no puse límites, yo induje la situación…
3- Le cuento cómo llevé la situación a ese extremo… creo que primero es por falta de confianza en Dios Mi novio es muy bueno (realmente valioso) y me daba miedo perderlo. Y eso que no soy una persona con problemas aparentes de autoestima. Aunque ante esto creo que se evidenciaron.
Tiene razón, era miedo irracional. Si me pregunta qué pensaba tengo que contestarle… «en nada y en todo junto». Eran un montón de ideas arremolinadas en la cabeza. Sinceramente no puedo identificar una frase que me moviera, solo era un impulso irracional… MIEDO y DUDA.
La duda era sobre él, sobre su amor hacia mí y sobre mí… si estoy capacitada para estar de novia «bien» o no.
Era un torbellino de inseguridades, se ve que el Enemigo se hizo «tamaño plato» conmigo…
Respecto a los errores de procedimiento es simple, lo «cargosié» todo el tiempo. Cuando él me apartaba, yo entendía que era un acto de desamor cuando era todo lo contrario. Yo procuraba estar sola con él, sin intención de nada prohibido, pero dado mis «cargoseos» esas situaciones se daban solas.
Creo que yo quería que él me prestara “toda” su atención, la cual ya me daba. Solo que yo la exigía total y de una manera más desordenada.
Y otra cosa, yo me sentía muy mal después de haber tenido alguna caída, pensaba…»¿quién va a querer, para madre de sus hijos, a alguien como yo, que no se controla?» o «¡no soy digna de confianza!» o » ¡él es tan bueno, que va a enamorarse de alguien mejor que yo, más buena y más pura y a mí no me va a querer más!». Ese fue el último pensamiento que me atormentó. Y acá estoy.
Anoche hablé con el que todavía es mi novio y no sé si esto seguirá siendo así. Le conté todo lo que me pasaba, las inseguridades, todo… él me escuchó como siempre, atento. Calculo que ya lo imaginaba… es muy perceptivo.
De todas maneras él está dudando de la conveniencia de seguir. Lo lastimé mucho, hice salir de él cosas muy feas y él no sabe si podrá manejarlas a futuro.
Dañé a quien amo, me partí el corazón y ofendí a Dios. La hice completa.
Merezco que la relación se termine y con eso, todo el dolor que eso traiga.
Espero que esto pueda ayudar a alguien. Yo me pongo en las manos de mi Madre y le ruego que rece por mí. Y por mi «príncipe», para que pueda oír la voz de Dios, ya que está muy atribulado. Le está siendo difícil discernir las ideas del buen espíritu.
4- Me hace muy feliz que usted considere que esto no es motivo para romper con el noviazgo. También le pido oraciones para que ambos podamos robustecer la voluntad y crecer en virtud para mantenernos puros y castos. Principalmente por mí, ya que soy la encargada de ser «ángel guardián» de la pureza de mi novio. Eso me da mucho miedo, pero sé que con la gracia de Dios, será posible. También había pensado antes de recibir su mail en una consagración del noviazgo a la Virgen Santísima ¡Lo haremos!
5- Respecto a la oración: cuando nos vemos, lo cual no es frecuente por la distancia a la que vivimos, vamos a la Misa juntos. Por la distancia tampoco podemos tener el mismo director espiritual. Pero tener uno cada uno por su lado será algo más posible.
6- Voy a mantener la distancia física en los encuentros para evitar las caídas, para no herirlo ni salir herida, no quiero «acosarlo» ni «excitarlo»… Quiero que sea santo, que ambos lo seamos.
7- Cuando usted dice … «apoderamiento del varón» creo que he caído en esa trampa también. Supongo que por inseguridad busco que me demuestre lo que siente de manera más física. Y eso es realmente una estupidez, él me lo demuestra precisamente «sin lo físico», se esfuerza por nuestra relación, viaja y se sacrifica… Yo no lo veía, estaba ciega por miedo a perderlo, cuando él demostraba todo el tiempo amarme.
Padre, espero que no sea tarde y que podamos sanar las heridas del noviazgo. Sé que mi novio es bueno y que es imprescindible que yo me esfuerce y empiece a practicar la templanza. He rogado tanto por ello, Mamá María, va a escucharme, estoy segura.
Si, ya he leído el libro, La Casa sobre Roca. Y creo que mi novio también lo ha hecho. Estará de acuerdo con que lo meditemos para tenerlo más presente, ¿no?
Padre, rece por mí y por mi novio. Gracias, que Dios le pague por este consejo con alegría eterna. Saludos afectuosos en Cristo.
Gimena
MI RESPUESTA A GIMENA
Querida Gimena
Eso que sucede en el noviazgo viene a ser una masturbación de a dos. Y por eso se ha de evitar. Y es masturbación porque se excluye la relación plena en orden a la generación o abierta a ella.
¿Te das cuenta que no podía responderte sin tener yo claridad al respecto?
Si entendí bien, me dices que tu novio había quedado herido o enojado o que pensaba que tenían que dejar el noviazgo por lo sucedido ¿puedes aclararme este punto?
Comprendo tu vergüenza, pero si consultas a un sacerdote, haces bien en callar la verdad por vergüenza. El Papa nos está enseñando a ser claros en estos asuntos cuando es para corregir el mal y evitarlo, no andándonos con tapujos. La verdad nos hace libres. Y la caridad se realiza en la verdad.
Padre Horacio
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