UN CAMBIO DE ESTRATEGIA
DEL MAL ESPÍRITU CUANDO SE VE
DESCUBIERTO HABITUALMENTE
No es tristeza, no es ira, no es acedia.
Es un estado interior de abatimiento, como si te jalaran para abajo, todo cuesta el triple.
Como si un gran pie te aplastara el espíritu.
Esto más la infestación de la percepción de todo.
PADRE: Creo que el mal espíritu, cuando se ve detectado, cambia de estrategia con todo esto que se genera en el mundo del pensamiento.
Entonces ataca con una VEJACIÓN GLOBAL de cuerpo y alma.
Es una gran tentación interna que se experimenta hasta físicamente, en todo el cuerpo, e impregna el pensamiento; pero que se vive sin que te des cuenta, reflejamente, de que no es un malestar de origen físico sino de origen y naturaleza espiritual. Desde el Espíritu impacta en el cuerpo.
Esto es peor que una vejación física, en la que el demonio puede hasta pegarte, empujarte, hacerte caer, lastimarte físicamente, pero tu espíritu está intacto.
Cuando ya no le das importancia a ese tipo de ataques, entonces el enemigo pasa a atacarte en esa otra forma, con ese ataque masivo que es más sutil y difícil de advertir. Pero que va directo a tu espíritu.
No es tristeza, no es ira, no es acedia.
Es un estado interior de abatimiento, como si te jalaran para abajo, todo cuesta el triple. Como si un gran pie te aplastara el espíritu. Esto más la infestación de la percepción de todo. [Nota: Otras lo describen como una experiencia de “vacío” o de “sin sentido” Y parece ser una de las formas de lo que San Ignacio llama «desolación». En la que el alma puede estar «toda perezosa, tibia y triste y como separada» de Dios].
Para iniciarlo o para agravarlo puede utilizar simultáneamente a personas del entorno [servidores suyos de nuestro entorno] para asustarnos abrumarnos, hostigarnos, Como un perseguidor encarnizado que puede suscitarnos una fantasía mórbida, un cuco que va generando algo parecido a la parafrenia. (una experiencia de persecución sin llegar a ser paranoia: un delirio de persecusión), porque uno duda de si realmente te están queriendo perjudicar, o si es tu imaginación pero de tal naturaleza que, espiritualmente y para los sentidos interiores, es una evidencia y una certeza.
Porque el combate no es con esa persona hermano del camino, el combate es espiritual, el mal contra el bien.
Esta percepción con los sentidos físicos se puede completar con los sentidos interiores.
POR EJEMPLO: si un compañero de trabajo está teniendo actitudes persecutorias con uno, preguntando a cada rato lo que haces, desconfiando de si vas o no a trabajar insistentemente, calumniándote, amenazándote o teniendo actos psicopáticos o sea haciendo cosas para afectarte.
Y cuando vos estás en tu lugar de trabajo y lo ves experimentas algo espiritual raro en relación al mal espíritu en él, aunque esté en otro sector del edificio.
Y de allí se genera el miedo el terror desproporcionado, porque es exagerado el peligro interno que dntro de uno se evidencia, producto de todo esto y de acciones concretas del hermano: (que grite que quiere que se muera tal o cual persona, que te diga que quiere que uno se ahorque con una soga como un chistecito).
La personas espirituales somos más perceptivas pero entre ellas hay personas más perceptivas que otras, por lo que veo en algunos hermanos.
Justamente esas personas son más perseguidas por el mal espíritu.
Lo que creo que podría estar pasando además que ellas, tienen algún carisma o misión especial. Carisma de liberación, el de sacar a la luz, sanación interior, revelación, fundacional de movimientos.