LA LUJURIA ES DEMONÍACA (26) LAS EXPERIENCIAS DE EUTIMIA pánicos y terrores [11 de 12]

TERRORES DIABÓLICOS – PANICOS
Y SEIS GRACIAS GRANDES
Padre: Estuve tratando de darle nombre al fenómeno al que aludió y llamé pre-pánico: terrores diabólicos
      “Usted me pidió que le ponga un nombre explicativo a esa experiencia. Quizás esos episodios de susto, pánico, cuco donde se obnubila la realidad, podrían llamarse terrores diabólicos. 
        Y cuando impregna la realidad espiritual infestación de la percepción de la realidad, vejación global (se ensucia la manera de percibir, ver las cosas, el cuerpo se ve sumergido en esa pesadilla, duele hasta físicamente, obnubila la razón, personas del entorno colaboran con el maligno consciente o inconscientemente). 
Es la propia percepción de la vida ha sido infectada. 
        Sucede que esta última infestación que es más extensiva que al comienzo, se manifiesta en torno a toda tu vida, con una idea directriz. Por ejemplo “sos un fraude”, “sos una inútil”. 
        Como lo dije no es una tentación es una experiencia espiritual que impregna el cuerpo y la mente como una pesadez mórbida. El alma no, porque es de Dios, es la mente. 
         Pero en ocasiones ni rezar se puede se tapona algo que no te permite discurrir mentalmente para orar. Esto quizás es mas en el plano de la vejaciones físicas pero se correlaciona con  esta sombra oscura que te lleva al tema en cuestión: “haces todo mal, Dios está lejos”, “¿Dónde está tu Dios?”.  Si permaneces en oración Dios triunfa y se disipa el momento que es justamente para que no ores.

          Recuerdo haber padecido vejaciones físicas que te impiden moverte, y también te impiden orar. En estas ocasiones lo que lograba todavía hacer era decirle a Dios “los latidos de mi corazón son oración para vos” antes de que la vejación física, exterior, taponara la capacidad de orar.
          Aunque en otro modo en la vejación interior, en este terror diabólico pareciera que no se logra ni eso.

SEIS GRACIAS DE DIOS, FRUTO DE TODO LO PADECIDO ANTERIORMENTE
En mi corta experiencia me di cuenta de algunas cosas por gracias de Dios. Son seis:
        1) Noté primero la tendencia que tiene el Mal Espíritu a erigirse en el centro de nuestra atención y el tema principal de nuestra vida. Así procura que nos descentramos de Dios. 
         Cuando ya no hay pecado mortal o uno ya es consciente de sus miserias y se arrepiente en el confesionario, el otro veja, molesta para quitarnos la paz; pero más importante que eso para distraernos, para lograr concentrarnos en él . Por ello lo que hay que hacer es no hacerle caso, hace como que no existe. Es muy importante ignorarlo. Seguir con tu vida deberes y actividades felizmente.
          También al centrarse el alma en el combate espiritual le hace mirar otra cosa que no es Dios; en vez de atender a Dios, centro, amor y hermosura. ¿Por qué voy a estar angustiada, pendiente de lo que él me haga, si nada es comparable con el amor hermosura y vida de Jesús. ¡Sólo míralo a Él! 
Por otra parte el hecho de vivir cuidando el Espíritu Santo en nosotros como aquella madre que cuida a su bebe en su vientre. Cuidarlo de que no nos entre espíritu de miedo, tristeza, ira, etc. Tener al Señor viviendo en casa, para que Él la mantenga limpia de modo que el Otro no pueda colarse ni ganarse en ningún hueco.

Durante el proceso de sanación de heridas específicas hay que pedirle a Dios que nos las muestre y revele y nos ayude a perdonar para que no tenga de dónde agarrarse.
Existen una oraciones de liberación, muy buenas al arcángel San Miguel  y para protección de los hijos que también son poderosas. Pero sucede que a veces con el poco tiempo de madre, esposa, hija, estudiante, trabajadora resulta difícil rezarlas.

         2) Mi último gran descubrimiento fue cuando recibimos la gracia de la aceptación de lo que nos sucede  aceptar lo que nos toca, el Otro ya no tiene poder. La aceptación se recibe a veces como un impulso para lanzarse a los brazos de Jesús sabiendo que Él va a sostenernos sin que nos caigamos. Se recibe un vivir arrojados a Su misericordia, estar flotando en un algodón de espumas sabiendo que todo va a estar bien.

         3) Uno puede pedirle a Dios a los curas, a los ángeles, santos que evite algo desagradable, pero ¿si a pesar de esto Dios permite? 
          Lo que sucede es lo siguiente:
Primero se genera la tristeza porque Jesús permite esos palazos del enemigo. Luego la ira, que a veces está dentro y uno se da cuenta que estas  enojada con él cuando Dios te lo muestra en oración. 
Después la toma de conciencia y expansión de la capacidad de amar de uno. 
       También me gustaría decirle que Dios revela si quiere el por qué de lo que uno vive, eso lo guardo en mi corazón. “Si vos Jesús sufriste mucho más ¿quién soy yo para no aceptar esta pavadita?”  “Prefiero que me revienten a palos antes que estar sin vos”. “Sí, si es tu voluntad, arrastrarme como a una mendiga de amor pero no me dejes, no te alejes de mi”. “Permíteme estar en el último lugar pero junto a vos”
“Y te entrego cada experiencia para las almas que no te conocen o para mi santificación.   

         4) Que tenga una utilidad lo que vivo no es lo mismo que sufrir inútilmente. Cada experiencia es un tesoro que guardo en un cobre para entrégale a Dios por sus hijos. El matrimonio místico también es acostarse con Él en la cruz, abrazarse a Él. 
         5) No se trata de soportar nomas, hay que sublimar entregándoselo todo a Dios. “Te entrego lo poco o mucho de mi vida, mis cruces.”
         6). Confesión y comunión son el camino. Aislarse y no ir a misa empeora las cosas. Te vas a encontrar haciendo mucha fuerza para estar con Dios. Se cierran las puertas y lo que antes era fácil ahora es mucho más difícil. 
          De allí radica la dimensión y el tamaño de lo que el Señor te va a regalar cuando salgas de esto. 
           Quizás y además en algunas personas se da también en paralelo a plena noche del Espíritu

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.