LA LUJURIA ES DEMONÍACA(12)
¿INFLUJO DE CUERPO A CUERPO?

Corporización de angeles y demonios


 Según Santo Tomás de Aquino enseña en su Summa Theologica



Sobre la relación de los ángeles con lo corporal
Ahora hay que tratar sobre los ángeles en su relación con lo
corporal.
1º, su relación con lo corporal; 
2º, con
el lugar; 
3º con el movimiento local. 
La cuestión referente a la relación
de los ángeles con lo corporal plantea y exige respuesta a tres problemas: 
1ª Los
ángeles, ¿tienen o no tienen cuerpos unidos a sí naturalmente? 2ª ¿Toman o no
toman cuerpos? 
3ª En los cuerpos que asumen, ¿ejercen o no ejercen acciones
vitales? [Santo Tomás, Suma Teológica, Primera Parte, CUESTIÓN 51 ART 1º]

No repugna que los
ángeles asuman un cuerpo físico
1. Así como no se opone a la verdad el que en la Escritura se describan
las cosas inteligibles con figuras sensibles, porque no se hace para afirmar
que lo inteligible es sensible, sino para darnos a entender, mediante
semejanzas, las propiedades de los seres inteligibles, así tampoco se opone a
la verdad de los santos ángeles que los cuerpos asumidos por ellos parezcan
hombres vivos, aunque no lo sean, puesto que no toman dichos cuerpos más que
con el objetivo de significar, por medio de las propiedades y acciones del
hombre, las propiedades y acciones espirituales de los ángeles. 
Esto no lo
conseguirían de forma tan adecuada si tomasen verdaderos hombres, porque sus
propiedades nos llevarían a conocer hombres, pero no ángeles.
        En los cuerpos que
asumen, ¿ejercen o no ejercen acciones vitales? [Santo Tomás, Summa Theologica 1ª Parte, Cuestión 51, Art.. 3º ad 6m)

6. Como dice Agustín en XV De Civ. Dei : Muchos de los que
experimentaron, o que lo oyeron de los que lo habían experimentado, confirman
que los silvanos y los faunos, vulgarmente llamados íncubos (espíritus malos),
muchas veces han raptado mujeres y se han unido a ellas. Por lo tanto, negar
eso es necio.
         Pero bajo ningún concepto los santos ángeles de
Dios
pudieron tropezar de este modo antes del diluvio. 
         Por eso, por hijos
de Dios son entendidos los hijos de Set, que eran buenos. 
        Y por hijas de los
hombres la Sagrada
Escritura
designa a las nacidas de la estirpe de Caín. 
         No hay
que extrañarse, pues, que de ellos pudieran nacer gigantes. Ni todos lo fueron,
pero antes del diluvio hubo muchos más gigantes que después. 
         Pero, aun
suponiendo que alguna vez nazcan hombres de una unión habida con los demonios,
no son engendrados por un principio vital [gameto] del demonio o por el cuerpo [humano] que lleva
unido, sino que ha sido tomado de algún hombre para tal objetivo. 
         Esto es lo
que sucedería, por ejemplo, si el demonio se hace súcubo ante el hombre, e
íncubo ante la mujer, ya que también toman las semillas de algunas cosas para
engendrar cosas distintas, como dice Agustín en Libro  3º De La Trinidad. 
          En este caso,
el hijo que nace no es hijo del demonio, sino hijo del hombre del que tomó el
ser. [Santo Tomás, Summa Theologica Primera Parte, Cuestión 51,
Artículo 3 ad 6m]


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