LA MUERTE FUE VENCIDA

LA MUERTE VENCIDA

Una sociedad que está construida sobre la muerte de los demás: 
– embriones , fetos, enfermos, ancianos – siente terror por la muerte. 
Al punto de aceptar el aislamiento, el silencio, la soledad total de un entero pueblo por semanas. 
Cosa inaudita. Al punto de aceptar la voluntaria, generalizada, interrupción del trabajo. 
Esto es: de la ganancia, de la manutención de la familia, de la industria, de los productos que nos hacen competitivos con otras naciones. 

¿De ahora en adelante, habrá algo que podremos evitar se nos imponga en nombre de la conservación, por ahora, de nuestra vida? 
Las asociaciones culturales promovidas por conocidos benefactores de la humanidad cual Soros y Rockefeller, retienen el episodio del coronavirus adecuado para poner la palabra «fin de la familia natural».

¿Demencia? ¿Cuántos son hoy en Italia aquellos que, construida su casa sobre roca, están en grado de resistir psicológicamente sanos a la supresión de sus elementales libertades? El domicilio, prisión impuesta a decenas de millones de personas sin un solo golpe, aumenta desmedidamente el consumo de alcohol, droga, pornografía y, por lo tanto, violencia. Las esperanzas de Soros y compañía marcan más de un punto a favor. Privados de todo, podemos hacer la fila para ir al supermercado, el puesto de diarios, la tabaquería, la farmacia. 

No podemos hacer la fila para entrar en la iglesia, porque las iglesias, después de estar cerradas en Roma por un día, quedaron algunas abiertas pero vacías, infrecuentables. ¿Por qué? Evidentemente por peligrosas. Cristo se encarnó «para someter a la impotencia, mediante la muerte, a aquél que tiene el poder de la muerte, o sea el diablo, a liberar así a aquellos que por temor de la muerte estaban sujetos a esclavitud para toda la vida», proclama la Carta a los Hebreos. 

La victoria sobre la muerte celebrada en la Noche de las noches que es la vigilia Pascual, actualiza para quien sea lo quiera el fin del terror de la muerte. El fin del terror que nos vuelve esclavos de quienes piensan por nuestro bien en la supresión de todas nuestras libertades. 
Los cristianos son los seguidores de Cristo. Llevan como trofeo la palma de la victoria. De la única victoria que cuenta, aquella sobre la muerte. 
Desde hace dos mil años los mártires demuestran que el terror a la muerte está vencido. 
El único pueblo que no se deja reducir a la sumisión por terror, y el único terror que cuenta de verdad es aquél a la muerte, es el pueblo de los cristianos. 
¿Alguno sabe esto?
«La Nueva Brújula Cotidiana»
ANGELA PELLICCIARI
Docente de historia del Renacimiento y de la Iglesia
2020/04/12

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.