Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
David Díaz Criado es asiduo colaborador del Blog del Buen Amor con sus comentarios, ecos y reflexiones. Ha tenido la gentileza de colaborar a pedido mío, enviándonos estas reflexiones.
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SEPTIMA: LAS DIMENSIONES EVANGÉLICAS DEL AMOR
Conviene tener una clara visión del misterio del amor a la luz del Evangelio, porque la Santísima Virgen nos la ofrece a través de los misterios del Santo Rosario, es decir: el amor es al mismo tiempo un misterio gozoso y un misterio luminoso y un misterio doloroso y un misterio glorioso.
Y conviene explicarlo de un modo lógico para descubrir los dos errores más frecuentes, es decir: cometen un error aquellas personas que sólo esperan gozar del amor y aquellas que piensan que
el amor consiste solo en sufrir. Por lo tanto
debemos confiar en Dios y aceptar que además de gozar el amor también consiste en aprender, de tal manera que aquellas almas que no supieron gozar o no supieron aprender luego no pueden ser capaces de sobrellevar los momentos dolorosos o difíciles, cosa que es imprescindible para lograr por fin alcanzar la gloria del amor.
Descendiendo al amor humano en el matrimonio usaremos un esquema sencillo que consiste en descubrir la relación simbólica que se establece entre las distintas dimensiones para poder vivir el amor en toda su integridad y con toda armonía.
Es decir: al misterio gozoso le corresponde el símbolo del corazón de tal manera que debemos amarnos con el corazón. Y lo hacemos cuando compartimos nuestros sentimientos y nuestras alegrías e ilusiones. Al misterio luminoso le corresponde el símbolo de la cabeza de tal manera que amarse también con la cabeza consiste en compartir nuestros pensamientos y aquellas verdades que aprendimos estudiando o gracias a la experiencia de la vida. Al misterio doloroso le corresponde el símbolo del cuerpo porque es el que tiene las enfermedades y dolores que debemos compartir, y amarse con el cuerpo también consiste en el sexo, besos, caricias, abrazos, y todo
aquello que podemos hacer con el cuerpo, como preparar una comida o hacer la cama para que el otro descanse o curarse las heridas o darse masajes o cuidar de la ropa; y por ultimo notaremos que al misterio glorioso le corresponde el símbolo del alma porque es en el alma donde Dios realiza sus glorias para que podamos compartir aquellos dones o cualidades que recibimos en la oración o en los retiros espirituales.
Por lo tanto debemos descubrir en el amor un misterio gozoso, luminoso, doloroso y glorioso que nos permita vivir el amor con la cabeza y el corazón y el alma y el cuerpo. Y todo esto nos llevara a entender mejor porque resulta que el marido es la cabeza de la mujer y la mujer es el corazón del hombre, y también porque el marido es el alma de la mujer y la mujer es el cuerpo del hombre en el misterio de Cristo y la Iglesia. Solamente comentar que las 4 dimensiones del amor que propongo a los lectores deben vivirse armónicamente, es decir: que permanecen todas unidas al mismo tiempo aunque humanamente solemos percibir unas u otras dependiendo del momento.