Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
Este testimonio nos convence de que el brazo del Señor no se ha encogido y que sigue obrando poderosamente en la vida de sus hijos
Querido Padre, días atrás recibí su correo anunciando la aparición de sus dos nuevos libros y sentí el llamado de contactarme con Usted para compartirle sobre la buena marcha de mi noviazgo.
Solo para eso. Sin ningún otro motivo que manifestarle lo contenta que estoy y darle de nuevo gracias a Él; ya que me ha demostrado que para Él nada es imposible. Cuando yo había abandonado mi esperanza de que apareciera el hombre que me amara, Él me puso delante de ese hijo suyo y lo encomendó a mi amor. Tengo quien me ama y tengo a quien amar. Y eso me inflama el corazón de gratitud a mi Padre celestial y a Jesucristo su Hijo.
Gracias Dios, este novio mío, tiene, en mí, ahora, alguien en quien albergar su amor. Y yo tengo ahora un amor que recibir y hospedar en mi corazón: ese amor que
me tiene mi novio. Un amor que gracias a sus escritos, ahora sé que es algo que nos viene de Dios a los dos.
Le comparto que con mi novio todos los días nos unimos en oración para pedirle a Dios Padre que nos enseñe día a día a cuidarnos el uno al otro. A cuidar él de mi alma y yo de su cuerpo. Porque, como Usted nos ha mostrado, él debe defender mi alma de los peligros espirituales y yo debo defender su cuerpo de los desórdenes de la carne.
Le cuento también que me anonada experimentar la acción de la Gracia, el Amor y el Auxilio de Dios entre nosotros y cómo nos bendice en este camino del noviazgo según su voluntad. Vivido así, nuestro amor es maravilloso y nos hace felices a los dos.
Yo le decía siempre a mi novio que “la casa sobre roca” había que construirla día a día y sin fisuras ya que el maligno está atento para ver por dónde se puede meter para vapulearnos.
Por Gracia de Dios al estar en gracia e intentar día a día estar más cerca de Dios, Él mismo viene en nuestro auxilio para traernos claridad, paz y Amor.
Le agradezco el que esté en contacto con mi novio. Por pura gracia de Dios yo recibo los frutos de ese trato entre ustedes dos, que me llenan del Amor de Dios.
Le comparto que continuamos leyendo juntos su libro ¿Qué le paso a nuestro Amor? que nos enseña muchísimo a conocernos el uno al otro como varón y mujer y para iluminar nuestro camino en el amor esponsal en vistas al matrimonio sacramental.
Continúo también en cada Eucaristía pidiéndole al Dios Dador del Amor que me enseñe a ser novia, y si así lo quiere, como da muestras de que sí lo quiere, me enseñe a ser esposa y madre. Lo hago, así como usted me indicó: confiando en Él que me dará poder lo que no sé ni puedo.
Aprovecho también este correo para recibir de usted algún consejo si lo cree conveniente para que yo pueda sólo por gracia de Dios cuidar el cuerpo de mi novio, siendo el Ángel guardián de su castidad. Y poder ser yo un buen ministro del Amor de Dios para ayudarlo a sanarse de la herida de la lujuria.
Doy gracias a Dios Padre por SU AMOR infinito para sus hijos, y a Mamá María que siempre estuvo a mi lado sosteniendo mi confianza y dándome fuerza para esperar la llegada del amor a mi vida, como efectivamente ha llegado, cuando ya parecía imposible para el uno y para el otro.
Y doy gracias al Santo Espíritu que siempre vino en mi auxilio y sostuvo mi fe, cuando el mundo actual me planteaba que ya no era posible que sucediera lo que yo anhelaba. Pero hoy DOY GRACIAS a mi Dios que me regala no un noviazgo cualquiera sino “todo un noviazgo en Él, en Dios Dador del Amor”.
Quedamos en contacto unidos en el Creador. Me despido con un abrazote!!! Lo tenemos siempre presente en nuestras oraciones, que Mamá María lo cuide y lo mime con su Amor. Disponga de mi correo para lo que considere bien. Su hija NN.