Lo principal es el mensaje de qué es lo que están buscando, especialmente las chicas; ellas lo experimentan de una manera distinta porque buscan ser amadas, no usadas.Juan Pablo II decía: “el hombre y la mujer no pueden vivir sin amor”, es un mensaje muy fuerte y descriptivo de lo que necesita el ser humano. Los chicos y las chicas buscan el amor ¿y la sociedad qué les presenta?, que amor es igual sexo y eso no es verdad. Veo el corazón de los jóvenes, que muchas veces se acercan: “Padre, solamente a usted me atrevo a decirle todo esto”, son secretos que guardan en lo profundo, sus heridas. Veo esa sed de un amor autentico. “Los objetos están hechos para ser usados, las personas están hechas para ser amadas. El mundo anda mal porque se usan a las personas y se ama a los objetos”, esto es lo que está sucediendo. Una chica me escribe: “Padre, tengo 22 años, todos los enamorados que he tenido hasta ahora me han dejado cuando yo les dije no a sus exigencias sexuales, ahora he estado considerando ceder”. Ante esa presión, cuántas sucumben y empiezan a herirse. Ella asistió a una de mis charlas y me dijo que le había ayudado a mantenerse firme y ha hecho su promesa de castidad en la Catedral, está muy contenta.
¿Y las heridas de los hombres?
Me preocupa más la mujer, porque ella es la que más daño sufre en todo esto; eso no quiere decir que el hombre no quede herido también; pero en la mujer es más real, e incluso en algunos casos se ve obligada a abortar, presionada por el enamorado. Para una mujer, abortar es lo más duro que puede existir: que una persona hecha para ser mamá, que desde niña sueña con ello… saber que ha matado a su propio hijo, destroza su corazón, y eso lo oigo yo en el confesionario. Me cuentan que pasan noches llorando, transcurren los años y no se lo perdona a sí misma, cree que nadie se lo puede perdonar. Yo veo que la joven sufre más, cuando se entrega sexualmente, ella se ve a sí misma avergonzada, sucia, deja de ir a Misa, deja de acercarse a Dios, no tiene cara para mirar a sus padres, les miente, va devaluándose en su autoestima. De tal manera que, si se entrega a un chico y luego se rompe esa relación para ella peor que un divorcio, piensa que ya nadie la va a querer. Solamente empieza a dar entrega sexual para poder recibir un poco de afecto y se va hundiendo cada vez más en la poca valoración de sí misma. La mujer se entrega porque cree que el chico se va a quedar pegado a ella y es mentira. El chico se queda pegado a su cuerpo, al placer que ella le da.
¿Qué tal la respuesta en Guayaquil luego de todas las charlas en preparación a la Promesa de Castidad?
Que en una sociedad atacada constantemente por el erotismo haya un grupo de 4000 jóvenes en la Catedral para decir: “Nosotros queremos vivir algo distinto, que va a contracorriente”, es un mensaje muy fuerte, incluso para los gobernantes.
Hay mucha gente que reparte preservativos, anticonceptivos gratuitamente y dicen que los jóvenes no son capaces de controlarse; se les trata de un modo veterinario, pero los que hicieron la Promesa están dando un mensaje distinto: “no somos animales abandonados a la fuerza de nuestros impulsos, con hormonas incapaces de manejar. Somos capaces y queremos dominarnos para forjar a futuro matrimonios sólidos y consistentes”, porque si hoy los hombres y las mujeres empiezan a tener sexo con quien se les cruce en el camino, no van a ser capaces de ser fieles ni de construir un matrimonio.
Estos jóvenes saben que el amor verdadero exige castidad, que es lo mismo que pureza. No se puede amar de verdad cuando no hay pureza. El egoísmo hace que el hombre le diga a la mujer “si tú me amas entrégate a mí, sacrifica tu virginidad porque yo lo deseo”; en cambio, el hombre que es generoso, auténtico y caballero, dice: “Porque te amo no te voy a poner en situaciones difíciles. Te voy a respetar, cuidar, no te voy a angustiar si te viene la regla o no; entonces, yo voy a sacrificar mis impulsos, mis deseos, porque tú vales la pena y yo voy a esperarte”.
¿Qué cambia, para que al casarse las relaciones sexuales sí sean apropiadas?
Todo el tiempo que están juntos y viviendo su amor con respeto, hace que haya un tiempo para madurar. Es como la fruta de un árbol, no la vas a arrancar cuando está verde o apenas empieza a brotar.
¿Y no ocurre esto en una relación de enamorados de 5 años por ejemplo, en que ya podría estar madura la relación?
Es el compromiso, cuando de verdad se toma en serio; ese tú y yo para siempre, por toda la vida, la mujer ya tiene esa seguridad para entregarse, porque el chico va a estar con ella para siempre. Ahí, la relación sexual se convierte en algo muy hermoso e intenso. Se suma, en la religión católica, el sacramento, la gracia de Dios, que para nosotros es muy importante, pues la fuente del amor humano es Dios. El sacramento da una gracia especial a los esposos para que puedan amarse con el mismo amor de Cristo, que es un amor de entrega total, no de exigir al otro que se entregue primero.
Hacer una promesa de castidad no necesariamente implica que una persona va a ser fiel…
¿Un soldado qué es lo que promete? defender a su patria. No promete que nunca va a ser herido en batalla, porque no sabe lo que pasará, pero sí puede prometer luchar hasta el final. Lo mismo es una promesa de castidad, tú puedes prometer que vas a luchar, no puedes prometer que nunca vas a caer. Estamos bombardeados constantemente con mensajes que hablan de sexo de una manera totalmente degradante. En un ambiente así, cómo no mancharte, tendrías que estar en una burbuja. Lo que sí puedes prometer es que si es caes, te paras como hombre, pides perdón con humildad a Dios, te acercas a la confesión y vuelves a la batalla.
Por Sonia Ma. Crespo de Illingworth
Lcda. en Orientación y Consultoría Familiar
Psicoterapeuta de Familia y Pareja
Tomado de: http://www.revistavive.com/index.php/18-lo-mas-destacado/242-los-jovenes-buscan-amorq