LUIS Y SU TORNO… CRÓNICA DEL P. CHRISTIAN VIÑA

LA RESTAURACIÓN DEL VARÓN

LUCHO, SU TORNO Y EL PRESENTE Y FUTURO DE LA IGLESIA Y LA PATRIA

Crónica del Padre Christian Viña: Un sacerdote – periodista que hace noticia del BIEN en vez del MAL

Es costumbre en Argentina que las niñas, al cumplir 15 años, y los varones 18, sean especialmente obsequiados por sus padres. Por lo general, en el caso de las chicas se las agasaja con una fiesta –que suele endeudar, por un buen tiempo a sus progenitores-, o un viaje; y a los muchachos con algo similar, aunque en la mayoría de los casos, mucho menos oneroso. De algún modo se celebra, en ambas oportunidades, el paso de la niñez, a la adolescencia, en las pequeñas; y a la legal “mayoría de edad”, en los varones. Claro que, con el “adolescentrismo” actual –como bien lo define nuestro compatriota Agustín Laje Arrigoni-, esas fronteras ya dicen muy poco; pues no faltan los que se siguen asumiendo como “adolescentes” ¡mucho después de los 30 años! Cosas de esta posmodernidad, de la posverdad, del poscristianismo, del poshumanismo, y de tantos otros insolentes “pos”; en rauda fuga hacia la nada.

“Lucho” acaba de cumplir sus fresquísimos, y fervorosos 18 años; y sorprendió a propios, y extraños, cuando ante la consulta sobre el regalo que le gustaría recibir contestó: “¡Un torno!”. Sí, como lo leyeron; así, de ese modo, podría seguir aprendiendo a fabricar piezas imprescindibles para su propia casa, la construcción, y demás ramas de la industria.

Hermano mayor en una familia numerosa, se destaca por su sencillez; y, al mismo tiempo, por su catolicismo militante, alegre, sin complejos, bien viril, y sin tibiezas, con el claro objetivo de ganar muchas almas para Cristo. No espera que le soliciten ayuda: en una misión, en un campamento, o en lo cotidiano del trabajo parroquial está siempre un paso adelante. Bien dispuesto para lo que haga falta es, así, de los que siempre suman; y que responden, sin titubeos, a la hora del compromiso. Es consciente de que todo aporta en la evangelización: desde el armado de una actividad formativa para los más pequeños, hasta el corte del pasto del campo de deportes, o el lavado de las ollas, luego del refectorio. Su ¡siempre listo! se ha hecho connatural en él; y, por eso, es de los que no se guardan nada en el servicio del Señor, y de su amadísima Iglesia.

Cuando habla de su padre, y de su madre, se le ilumina el rostro; y no ahorra palabras para calificar su fe coherente y contagiosa. Y le pasa lo mismo cuando lo hace de su tío sacerdote, un joven misionero, militante provida, y profamilia, en el incipiente interior bonaerense; donde el conurbano porteño deja paso a la menos contaminada zona rural.

Junto a sus compañeros de apostolado derrocha alegría. “Con ‘Luchanga’ –como lo llama, con especial afecto, su gran amigo Ezequiel- nadie puede ser indiferente a la hora del servicio. Si estás medio caído, te sacude con su huracanada fuerza. Y te empuja, con todo, para anunciar a Jesús”.

Acaba de concluir la secundaria en un buen colegio de los Legionarios de Cristo, de Buenos Aires. Y, mientras no deja de ejercitarse con sus actividades manuales, se inscribió en la carrera universitaria de Diseño Industrial. Allí le toca librar otro combate frente a la avasallante ideología, y su pretendido “diseño con perspectiva de género”. ¿Hemos llegado, por caso, al tiempo en que el hierro puede “autopercibirse” bronce? ¿O en el que ya no cabe la distinción entre números pares, o impares, por considerársela discriminatoria? Lo cierto es que, nuestro joven protagonista, va también a ese ámbito con las ideas mejor puestas que nunca. Y, por eso, tampoco allá puede pasar desapercibido…

Tras la sapientísima decisión de sus padres de dejar la gran ciudad, en busca de una zona menos poblada, y con mayor presencia de familias numerosas; que se toman bien en serio la misión de ser sal de la tierra, y luz del mundo (cf. Mt 5, 13-14), trabaja codo a codo con su papá en la construcción de la nueva casa, los fines de semana. Y de su torno han salido ya varios objetos de uso corriente; como las rejas de hierro para sus ventanas. No oculta su emoción a la hora de contarles a sus amigos los progresos en la obra. Y cómo –claro está, de acuerdo con las fuerzas y capacidades propias de la edad- involucra a sus hermanitos en el emprendimiento familiar. “Nuestros padres y abuelos –comenta con euforia-, en la mayoría de los casos, hicieron sus casas, talleres, e industrias, con sus propias manos. ¿Y nosotros, acaso, vamos a ser unos zánganos, esperando todo de los demás? Ya lo dice San Pablo: ‘El que no quiera trabajar que no coma’ (2 Tes 3, 10)…”. Sufre, y mucho, entonces, al comprobar cómo buena parte de sus coetáneos, y ni que hablar un montón de adultos, solo aguardan ser mantenidos por “los de arriba”; sean los propios padres, la Iglesia, o el Estado. Bien lejos de su radar, entonces, la siniestra Agenda 2030 de las Naciones Unidas; que les ha declarado la guerra a Dios, las naciones, la familia, y el trabajo. No quiere, ni muchísimo menos, ser una marioneta del mundialismo; y sí conducirse a sí mismo, por la vida, con la gracia del Señor.

En este día de los Santos primeros mártires de Roma, rezamos en la Liturgia de las Horas un bello Himno que, entre sus estrofas, dice: Martirio es el dolor de cada día, si en Cristo, y con amor es aceptado, fuego lento de amor que, en la alegría, de servir al Señor es consumado. Solo Dios sabe si Él nos pedirá el martirio con efusión de sangre; sí nos concede, de cualquier modo, en cada jornada, este otro martirio. ¡Gracias, “Lucho” por tu testimonio! Y por ser, como presente del futuro de la Iglesia, y de la Patria, parte de la solución, y no del problema. Que el fuego de tu fidelidad a Jesús se multiplique en este crudísimo invierno. ¡Adelante, siempre adelante! ¡Nos espera lo mejor! ¡Y a no dejar de cansarse! Como nos enseñan los santos, ya tendremos tiempo de descansar en el Cielo; al final de la vertiginosa, y apasionante jornada, en este destierro…

 

Pater Christian Viña.

 

 

La Plata, viernes 30 de junio de 2023.

Santos primeros mártires de Roma.

Mes del Sagrado Corazón de Jesús.-

 

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