¡MAMÁS DE HASTA CUARENTA… Y MÁS!

“Nosotros nos casamos grandes: Juan con 53 y yo con 39 (hoy 55 y 41), y ciertamente queríamos tener hijos. 
Luego vino el problemita mío: envejecimiento prematuro de ovarios, lo cual generó más ganas de poder dar hijos a la patria celeste”… 
“A todas las mujeres que no se animan a tener hijos luego de los treinta largos: les digo que intensifiquen su vida de fe y pongan su vida en manos de nuestro Tata Dios. Él sabe bien lo que nos conviene”.
  
Padre,
¿Cómo está? Quería contarle que el 11 de febrero nació Magdalenita. Es un solcito de tranquila y es idéntica a su hermanito mayor. Las dos estamos bien, aunque yo tengo un sueño que no puedo sacudirme de encima aún. Acá van algunas fotos de ella y otra de Josecito, para que vea lo grande que está.
Pilar
Querida Pilar:
¡Qué hermosura! ¡Qué deleite para los ojos y el corazón! ¡Qué bendición del cielo para tu esposo y tu matrimonio! Gracias por alegrarme aún más el día. ¡Y nacida el día de la Virgen de Lourdes (aniversario de mi bautismo)! ¡Qué regalo de la Virgen Santísima! ¿Puedo saber si volviste a padecer cesárea o si fue esta vez parto natural?
Tengo algunas almas que se acobardan por la edad y dudan de ser mámás después de los 36, 38 o 40. ¿Podrías mandarme un testimonio de tu experiencia para animarlas?
P. Horacio
Querido Padrecito,
¿Vio lo que es mi angelito? Estamos chochos
Le cuento que sí, volvió a ser cesárea. La obra social que tenemos no nos permite darnos de baja, por lo tanto lo que nos ofrece es lo único a lo que podemos acceder ya que nuestro presupuesto no da para otra prepaga. Y en este lugar, con una cesárea tan reciente, como era la de José, no dejan (no dan opción) que se intente el parto ya que si hay complicaciones no quieren problemas (legales; no vaya a pensar que no quieren que la paciente tenga problemas) Pero, gracias a Dios, esta cesárea fue tan poco traumática, que si todas fueran así me animaría a las once cesáreas si pudiera, jajaja….Eso sí: ¡si es que no pudiera dar a luz por parto natural!
¿Que asusta tener hijos a los más de treinta y pico?… ¡Es lógico! El mundo entero se encarga de machacarnos que «es riesgoso». Yo me encontré con varios y repetidos comentarios de los obstetras y las ginecólogas que insinuaban los «graves riesgos»…De hecho, hay una ecografía que se hace a determinado momento del embarazo «para saber si la criatura viene con problemas». “Problemas” que serían síndrome de down, por ejemplo, donde no se puede hacer nada en caso de que lo tuviera. Ese tipo de cosas ha arruinado el embarazo de varias por ser muy inexacto y errar la gran mayoría de las veces…o han dado como resultado otros tantos abortos, en los casos menos felices.
En nuestro caso, cuando nos preguntan, la respuesta es siempre la misma: «¡No haremos la ecografía!. Si el bebé viniera con problemas, ¿acaso lo tendríamos que asesinar? No. Será bienvenido: Si Dios nos lo manda, lo querremos tal y como es». 
En definitiva es eso, ¿no? Si se pierde de vista la realidad de que, como padres, somos los custodios de esa almita que Dios pone en nuestras manos, los temores del mundo y los egoísmos disfrazados de bondad («pobre criatura, qué será de él en este mundo con tal problema…bla, bla»), en definitiva, la falta de visión sobrenatural, invaden el alma y la llenan de angustia, cayendo luego en la poca apertura a la vida de muchos matrimonios. 
Nosotros nos casamos grandes: Juan con 53 y yo con 39 (hoy 55 y 41), y ciertamente queríamos tener hijos. Luego vino el problemita mío: envejecimiento prematuro de ovarios, lo cual generó más ganas de poder dar hijos a la patria celeste; y más tarde nuestros dos milagritos, ya que sin que mediara tratamiento de fertilización de por medio, llegaron Josecito y Magdalenita. ¡Qué alegría! Cuando nos dicen: «Bueno, ya tienen la parejita» nuestra respuesta es automática: «La primer parejita, si Dios quiere», jaja. La cara de sorpresa es general. Si bien con Magda me agarró toxoplasmosis, la piojita, a pesar de mis 41 y mi infección, es una divinura sin ninguna secuala, hasta donde mostraron los análisis. 
Como dicen los italianos: Mi raccomando, A todas las mujeres que no se animan a tener hijos luego de los treinta largos, es que intensifiquen su vida de fe y pongan su vida en manos de nuestro Tata Dios. Él sabe bien lo que nos conviene. Parto rauda a seguir con mis quehaceres antes que se despierten mis niños.
Cariños, Pilar

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