PENSA-MONIOS [1] EVAGRIO PÓNTICO
PENSAMIENTOS INTRUSOS

Prof. Dr. RUBEN PERETÓ RIVAS 

¡AÑO NUEVO MENTE NUEVA!
ADVERTIR Y DISCERNIRLOS PENSAMIENTOS: ESPÍRITUS–MOCIONES 
EVAGRIO PÓNTICO y SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomado de: «Depresión. Terapias antiguas para una enfermedad contemporánea»
por el Dr. Rubén Peretó Rivas (Univ. de Cuyo -Mendoza)

1) Escribía Epicteto, un filósofo estoico del siglo II: «Los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que hacen de ellas». Es decir, las heridas emocionales que sufrimos provienen del significado que damos a los hechos y cosas que experimentamos y no a las cosas mismas.

2) Es más bien la interpretación de lo que nos pasa aquello que nos enferma, y no aquello que nos pasa. O bien, son los pensamientos que elaboramos a partir de esas interpretaciones los que agravan los daños. De allí el consejo de la psiquiatría contemporánea: «Ser conscientes de que los pensamientos negativos surgen de la debilidad y rechazarlos».

3) ¿De qué manera podemos alcanzar esta advertencia? ¿Qué métodos podemos emplear para percibir y para rechazar los pensamientos que nos enferman?

4) Evagrio Póntico fue un filósofo y teólogo que tuvo una actuación destacada en los medios intelectuales de Constantinopla en la segunda mitad del siglo IV pero que a mitad de su vida se retiró al desierto egipcio donde vivió como monje durante quince años dejando muchos discípulos y muchos escritos. Se caracterizó por la profunda agudeza en sus observaciones de la psicología humana, el modo de entender las molestias y desórdenes que él mismo sufría y que veía a diario en su oficio de maestro y consejero de los demás monjes y en las terapias que propuso para superarlas.

5) Evagrio denomina pensamientos malvados a aquéllos que intentan desestabilizar psicológicamente al hombre y, de acuerdo al medio cultural y religioso en el que escribe, considera que detrás de cada uno de ellos hay un demonio preocupado en causar algún mal al hombre.

6) Este recurso a una referencia a lo demoníaco que puede resultar extraña al hombre contemporáneo es, sin embargo, efectivo para lograr la exteriorización del problema: los pensamientos no responden a una realidad de mi propia mente y existencia sino que son exteriores a mí; son otros de los cuales debo defenderme e impedir que ingresen en mi mente o la ocupen y aún dominen.

7) Los seres humanos naturalmente huimos de todo aquello que consideramos malo para nuestra existencia, sea de un peligro que atenta contra nuestra vida o sea de una comida que nos provoca problemas digestivos.

8) La táctica que sugiere Evagrio Póntico es considerar que existen ciertos pensamientos que son malos y de los cuales debemos huir porque indefectiblemente nos provocarán algún daño. De este modo, un pensamiento negativo que comienza a enmarañar el día de una persona que sufre de depresión es nombrado como un agente exterior y negativo que intenta provocarme una herida y del cual debo defenderme. [NOTA del Blogger: Son los que Carl Jung denominó «Contenidos autónomos de la conciencia» soslayando así el pronunciarse sobre su causa espiritual o puramente psíquica]

9) Se trata de una estrategia que tiene sus ventajas. Además de no atribuirnos a nosotros mismos el problema, o sea no identificarnos con él ni considerarlo como algo propio – lo cual nos otorga la posibilidad de luchar contra él como contra la intromisión de un ente extraño a la propia existencia – surge la posibilidad de ponerle un nombre al pensamiento (Evagrio ofrece un detallado elenco de todos ellos). [Yo sugiero una clasificación global inicial: miedo, tristeza, ira]

10) El nombre objetiviza, otorga a la cosa una especie de existencia ajena que, en nuestro caso, habilita para la lucha y la defensa, ya que no se puede dar pelea contra lo que no se conoce como ajeno y opuesto a sí mismo. Primero se debe identificar al enemigo para luego poder atacarlo, y esa identificación se produce cuando lo nombro y lo reconozco como algo externo (a mi voluntad).

11) Evagrio le atribuye al mal pensamiento un carácter personal [demoníaco] a ese pensamiento o fenómeno de conciencia (recuerdo, deseo, estado de ánimo), lo personaliza: “se trata – dice – de un demonio”.

12) Algunos piensan que esa es una explicación supersticiosa. Debemos cuidarnos de considerar que esa atribución al demonio responda a una estructura mental primitiva puesto que, en el fondo, se trata de la toma de conciencia de la responsabilidad personal y de la dignidad de cada persona que se resiste a la alienación que le proponen los pensamientos negativos: «no soy esa imagen mental dolorosa que se me aparece como parte de mi personalidad; yo soy yo, y eso que me aliena, no soy yo. Ni aunque aparezca en mi propia mente como producto de mi mente». [NOTA: En ese admitir o rechazar el pensamiento intruso, se pone en juego a la vez la libertad y la responsabilidad por el gobierno o desgobierno de pensamientos gobernables y que somos responsables de recibir o rechazar]

13) Es un pensamiento que viene de fuera de mi iniciativa y de mi voluntad. Y hasta muchas veces se resiste a desvanecerse y me ocupa como una obsesión no deseada. [Así lo considera San Ignacio de Loyola en el Nº 32 de sus Ejercicios Espirituales y es el presupuesto del examen de conciencia para la confesión: «Presupongo que hay tres pensamientos en mí [en mi mente] es a saber, uno propio mío, que es el que sale de mi pura libertad y querer; y otros dos, que se me ocurren sin que yo lo pretenda y que vienen de afuera [de mi libertad y querer]: uno que viene del buen espíritu, y el otro del malo».]

14) ¿Cuáles son las terapias que propone Evagrio para superar esta situación? Son muchas y variadas, pero hay dos que se destacan?

15) La primera de ellas es la vigilancia, es decir, estar atentos y vigilantes a los pensamientos que se aproximan a fin de poder identificarlos y, si se descubre que son malignos, rechazarlos inmediatamente puesto que una vez que han ingresado en la mente, se hace mucho más difícil y costoso expulsarlos.

16) A esto tiende la antedicha práctica de los exámenes  que enseña san Ignacio. El examen particular, el general de conciencia para confesarse, el examen diario de los movimientos internos del alma. (Ejercicios Espirituales Nº 32 y siguientes)

17) Evagrio utiliza con frecuencia la imagen del vigía que está apostado en una atalaya o mangrullo oteando el horizonte y que, cuando ve que se acerca el enemigo, da la voz de alarma. Debemos estar atentos.

18) Recurriendo a la mitología griega, debemos atarnos como Ulises al mástil del barco a fin de no ceder al canto de las sirenas, es decir, no ceder a los pensamientos malvados que se empecinan por ingresar en la mente para enfermarla.

19) La segunda consiste en adquirir la conciencia plena de la realidad. Es lo que inglés se llama mindfulness, y que no consiste en este caso en una técnica de meditación determinada, sino simplemente en ejercitarnos en vivir el presente sin dejarnos embaucar por la madeja de pensamientos malvados que, dejados librados a su arbitrio, poco a poco nos van creando una realidad ficticia basándonos en la cual vivimos, juzgamos y tomamos decisiones, y es esta ficción la que nos enferma.

20) Se trata, entonces, de volver a nuestra propia realidad o, lo que es lo mismo, en profundizar en nuestro conocimiento personal. Si no nos conocemos a nosotros mismos, no podremos tampoco reconocer a los pensamientos malvados que nos asaltan y son extraños a nosotros, y continuaremos identificándonos con ellos. Es decir, seguiremos enfermos o nos enfermaremos  si es que aún no lo estamos.

21) Lo que sana y libera es el conocimiento y la aceptación de la propia realidad personal. [NOTA: Y de los hechos con los que nos habla Dios. Dios nos habla con  los hechos. El demonio  con ilusiones, interpretaciones, aprehensiones, miedos, tristezas, iras hacia fantasías e imaginaciones, posibilidades irreales de futuro, deformaciones de episodios pasados. La persona neurótica es la que  está de tal modo dominada por fobias e ideas, que ya no puede percibir los hechos, no puede ver lo real que tiene ante sí. Mira todo con los lentes coloreados por los pensamientos intrusos]

22) Los demonios son pues pensamientos. Y dado que el demonio quiere ser como Dios y obrar como Dios, él pretende crear como Dios crea. Pero como no puede ofrecer a nuestros sentidos una creación real y verdadera, inventa una realidad puramente virtual, ideológica, imaginada, sugerida, que ocupa la mente y compite con la que proviene de la realidad de las cosas y los hechos.  Es una creación interna, subjetiva que distrae tanto de la realidad objetiva que llega a cortar, separar y apartar al alma, de la realidad.

23) Esto suscita en el alma un estado de confusión, de ilusión, un encandilamiento que impide ver, un espejismo que engaña mostrando apariencias que no existen e impidiendo, por el contrario, percibir la realidad y su significado real. Dios habla con hechos, con cosas, objetos, sucesos acontecimientos.

24) El demonio se interpone entre las cosas y el que las percibe suscitando en el alma interpretaciones subjetivas en vez de percepciones objetivas.

25) Es allí donde se libra lo que en teología espiritual se llama el combate espiritual.

26) El Dios que crea, obra y habla, sufre la oposición de esos pensamientos que sugieren que está ausente, ajeno, lejano, inactivo.    De este tipo es el fenómeno de la desolación y de las noches del alma.

27) [Adaptación de un pasaje del artículo del Dr. Ruben Peretó Rivas “Depresión: terapias antiguas para una enfermedad contemporánea” 11 abr. 2017 – Se conmemoró el 7 de abril el Día Mundial de la Salud, que este año fue dedicado a reflexionar sobre la depresión, una patología que, según la OMS, padecen unos 50 millones de personas en nuestro mundo.

7 comentarios en «PENSA-MONIOS [1] EVAGRIO PÓNTICO
PENSAMIENTOS INTRUSOS»

    1. Gracias Sofía por apoyar el blog con tus comentarios. Es una recomendación a los visiantes del blog de la utilidad de la entrada. No temas explayarte y darlo a conocer a amistades y posibles interesados, sacerdotes, psicólogos, grupos de católicos. Bendiciones y santo 2021

  1. Muchas gracias Padre, ha puesto en palabras lo que vengo sintiendo o intuyendo, si bien existen las enfermedades somáticas y/o psicológicas, muchas veces el conflicto es únicamente espiritual. Allí es donde se debe dar el combate, por cierto muy arduo…reconocerlo y estar vigilantes puede ser el camino para empezar a sanar. Eternamente agradecida por sus enseñanzas!!! Saludos cordiales

    1. Me alegra su testimonio. Espero que pueda compartir esta sabiduría espiritual de los santos Padres del Desierto con tantos católicos huérfanos de sabiduría espiritual tradicional y a merced de los pensamientos sin ningún escudo ni espada

  2. Muchas gracias Padre Bojorge, en vigilancia permanente fundamental. Doy Fé que es así. En estos momentos que somos bombardeados con terapias de barniz, comida chatarra y confusión entre alma y espiritualidad, estos textos son contundentes.

  3. Muchas gracias, padre, por compartir. Me cuesta trabajo aterrizar la cuestión de discernir entre un pensamiento que surge de mí misma y un pensamonio. Me parece que cuando una lleva mucho tiempo en cierto estado espiritual, desenmarañar el asunto se vuelve difícil. Le agradecería si pudiera ahondar un poco más en el asunto. Muchas gracias, que Dios lo bendiga.

    1. Muy estimada María: Le he respondido con un e-mail Privado. Ahora quiero agregar aquí que el ahondamiento en el asunto que Usted me pide es lo que se ha venido haciendo en el blog desde la entrada del 2 de enero en la que Usted acaba de dejar su comentario, hasta ahora, está dedicado a ahondar en ese asunto, a través de casos concretos y de tratamiento en general. Empezando por la entrada que Usted comienza y la de las dos o tres entradas siguientes hasta el 4 o 5 de enero, que ahondan en la doctrina de Evagrio Póntico y la presentación del Prof. Dr. Rubén Peretó Rivas. Le recomiendo especialmente que aparte de lo que le recomiendo en el mensaje personal imprima y estudie el escrito de la psicoterapeuta Mariana Vogliazzo publicada el 9 de julio 2021 iluminando el folletín dedicado a la experiencia de Bárbara. Gracias por su inspirador comentario.

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