Los matrimonios el día de hoy están fallando a un ritmo alarmante, aun en la misma iglesia. Aunque fuera fácil bajar la guardia y darse por vencidos, hay personas que creen que los votos que se pro…
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Al comienzo de este tercer episodio culminan las obras de rescate de las dos chicas accidentadas. El teniente, Mickel, el segundo del capitán Caleb, se sienta junto a las vías del tren y da gracias a Dios tres veces por haberle salvado la vida. Cuando se aproxima el capitán, su teniente
Primera consideración: A la esposa, que como hija de Eva, herida por el pecado original sufre la pena en gran parte en forma de proclividad al miedo, el esposo debe protegerla de los motivos de temor. El varón debe correr los riesgos y sufrir los dolores y contrariedades de su vida laboral y cargarlos sobre sí mismo sin abrumar a la esposa ni a su familia con el peso de ellos.
Termina felizmente la acción de rescate con las accidentadas introducidas en la ambulancia. La siguiente secuencia se desarrolla ya junto a los coche bombas estacionados en el garage del cuartel de bomberos. El bombero más nuevo le pregunta al teniente si el riesgo de muerte sucede con frecuencia y si no le teme a la muertem y el teniente que es un hombre creyente le responde que no, porque sabe dónde irá. Pero no quiere irse por un accidente de tren. Luego se entabla otro diálogo entre otro bombero y el capitán Caleb en el que vuelve a plantearse el tema de la muerte y el más allá. El bombero le pregunta a Caleb si cree en el cielo o el infierno y éste responde que no lo sabe. El bombero afirma no creer en la vida después de la muerte y que la suya terminará en la sepultura. Se plantea así el tema religioso y la posición de cada uno ante él. Caleb aparece como un agnóstico, que, sin embargo respeta la posición de Mickel su teniente.
La tercera escena es en la casa de los padres de Caleb, donde plantea su problema matrimonial. La madre de Caleb defiende a Catherine, lo que enoja a Caleb: “parece que estás de su lado… no necesito que me digas que hago todo mal… para eso tengo a Catherine. Yo no soy el problema, es ella”. La madre de Caleb va a continuar discutiendo pero su esposo la detiene y quiere dar lugar a que Caleb se explique. Este le pide conversar a solas y se van a caminar. La madre se resigna y se queda en casa mientras su esposo se despide cariñosamente de ella.
Caminando en el parque junto al lago, Caleb le reprocha a su padre que haya traído a la conversación a su madre. Éste le explica que es porque es su esposa y su madre y nadie lo quiere más que ella. Caleb se queja de que su madre sigue queriéndolo dirigir en todo. Y su padre la defiende: no existe la mamá perfecta. “Es una buena mujer y la amo más ahora que nunca”. A Caleb, su madre lo saca de quicio, aunque haya mejorado hace un par de años. Caleb manifiesta que se alegra de que sus padres no se hayan separado, pero que hubiera entendido que lo hicieran. Le irrita el proceder de su madre y piensa que su padre también hubiera tenido justos motivos de irritarse con ella. El padre le pregunta si sabe por qué no se separaron. Caleb aventura una razón puramente humana, “quizás porque ella se dio cuenta que no encontraría otro esposo”. Pero su padre introduce aquí el factor religioso: “Caleb, el Señor trabajó con nosotros – y agrega con énfasis- con ambos”. Es la influencia de la gracia en los esposos para mantenerlos unidos.
Caleb pregunta entre sorprendido y molesto: “¿El Señor? ¿Se lo adjudicas al Señor?
Y su padre le pregunta a su vez: ¿Por qué te molestas? Y agrega remitiéndolo a su fe de niño: ¡siempre has creído en Dios! Caleb lo concede pero alega que Dios “si existe no está interesado en mí, ni en mis problemas”. Su padre lo refuta: “No estoy de acuerdo, creo que está muy interesado”. Caleb pregunta “en qué ha intervenido en su vida”. Su padre afirma que trabaja con él pero que Caleb no lo ve y le reprocha que tampoco es de los que lo invitan mucho a intervenir.
El Padre se vuelve y pregunta dónde están. La cámara enfoca una cruz en medio del parque rodeada de asientos de tronco. Es un lugar de campamento. Continúa el diálogo sobre el tema religioso. El papá de Caleb cuenta que él estuvo en la misma posición, que Dios no le importaba, pero ya no puede decir eso, nunca entendió por qué Jesús tuvo que morir en la Cruz. Caleb lo interrumpe con vehemencia: “un segundo por favor” recuerda una charla con sus padres tenida hace un mes, y manifiesta que está contento de que “la fe les funcione a ti y a mamá, sólo que no es para mí”.
Caleb se retira y su padre queda pensativo un momento y lo llama planteándole una pregunta decisiva: “Caleb ¿alguna parte de ti quiere salvar tu matrimonio?”. Caleb responde “Quizás, es lo que él quisiera, pero Catherine no lo quiere, quiere el divorcio”. Su padre repregunta: “¿estás seguro?”. Caleb manifiesta no tener esperanza sino impaciencia por terminar pronto, quiere paz, “ella firma los papeles y se acabó”.
El papá: “¿aceptaste empezar el proceso junto con ella?”
Caleb: “No pero ambos sabemos a lo que vamos. Voy a reunirme con mi abogado mañana”
El papá: “Caleb, quiero que hagas algo por mí? Quiero que pospongas el divorcio por cuarenta días”.
Caleb; “¿Por qué?”
El papá: “Quiero que recibas algo por correo. Algo que te tomará ese tiempo”
Caleb: ¿Qué es?
El papá: “Lo que salvó nuestro matrimonio”
Caleb: “Papá, si es algo religioso, prefiero que no”
El papá: “Míralo como un regalo de tu padre. Vive un día a la vez. A ver qué pasa. Por favor, hijo si no por otra razón, hazlo por mí. Te lo pido como padre”.
Caleb: “¿Cuarenta días?”
El papá: “Cuarenta días”
La siguiente escena es en la cafetería del hospital. Catherine se dispone a comer y entra el Dr. Nelly que le pregunta si come sola. Ella lo saluda amablemente y es objeto de un galanteo por parte del doctor. La escena es breve y se interrumpe para dar lugar a la última de este episodio.
El bombero más joven entra en el baño de los bomberos y va peinarse mientras baila y dialoga con su imagen en el espejo como si fuera una compañera de baile. Entra su compañero que pasa de largo y luego se vuelva a asomar sorprendiéndolo en su baile ante el espejo y celebrándolo a las carcajadas. Y así termina el episodio distendiendo al espectador con una escena cómica tras un episodio cargado de dramatismo.