Blog destinado a presentar y comentar la Revelación divina acerca del amor humano: Creado según el designio divino, luego caído y herido por el pecado original, después santificado en el pueblo elegido; elevado por fin a Misterio Grande en el sacramento del matrimonio y hoy tan ferozmente agredido.
Por fin me sentí impulsado a predicar y a escribir sobre el amor humano. Porque si el río del amor creado se corta de su fuente celestial y divina, le pasa lo que a cualquier río, queda sólo el “lecho” y una sed que no se logra apagar con nada.
El primer libro sobre este tema fue La casa sobre roca. Noviazgo, amistad matrimonial y educación de los hijos.
¡Por ese orden!: noviazgo, amistad matrimonial, educación de los hijos. Porque es el orden histórico y terreno del desarrollo del amor humano: su comienzo en el noviazgo, su realización en el camino de la amistad matrimonial y la trasmisión de la cultura cristiana del amor esponsal a la generación siguiente.
¿Por qué el título La casa sobre roca?
Porque Nuestro Señor Jesucristo dice que el que escucha sus Palabras y las pone en práctica es como el que edifica su casa sobre roca pero el que las escucha y no las pone en práctica es como el que edifica su casa sobre arena.
Cuando se desbocan, las pasiones lo arrasan todo, porque la razón no puede resistirlas ni dominarlas. Él tenía propósitos muy lindos, planes preciosos para su matrimonio, pero llegó una pasión, se le cruzó otra mujer. O ella se cansó de la lujuria del marido y encontró un buen amigo que la comprendía. Y si no: se cansó “de pensar siempre en los demás” y empezó a ocuparse solamente de sí misma.
Donde dos empezaron con los mejores planes e ilusiones, basta que cambiara uno de ellos: el hombre hacia donde suele cambiar el hombre y la mujer hacia donde ella suele corromperse, y ¡se acabó el matrimonio!. De repente, uno empezó a ser víctima del otro o ambos comenzaron a victimizarse recíprocamente. Y a fuerza de tioneos y empujones cada vez más violentos, se rompió el vínculo. Una vez roto, cada uno trató de “rehacer su vida”. ¡Rehacer la casa…! Edificaron sobre arena y a la casa se la llevó la corriente. ¡Y ahora van a rehacer la vida…! ¿Y sobre qué fundamento van a construir la nueva relación?
¿Por qué vemos suceder esto con tanta frecuencia? ¿Por qué tantos se preguntan en su corazón “¿Qué le pasó a nuestro amor” y no encuentran respuesta? Porque no se conoce la sabiduría revelada sobre la creación, caída y elevación del amor humano.
De ahí la necesidad de estas enseñanzas sobre el amor esponsal, el amor de los esposos: primero el amor humano según el designio de Dios, luego el amor humano caído y herido por el pecado original, después cuáles fueron las consecuencias de esa caída en el varón y en la mujer, cuáles fueron las penas, las heridas que eso produjo en uno y otro; y por fin cómo Dios quiso sanar las consecuencias del pecado original.
Esa obra divina de sanación y restauración comienza en la Antigua ley y culmina en el Sacramento del Matrimonio, que es una acción divina de sanación del amor matrimonial, por intervención de la gracia de Dios que pasa a través del ministerio recíproco de los esposos.