SUSANA SEEBER DE MIHURA 1945/4 [39]
Más intuiciones teo-geo-politicas

              Mons. Manuel Moledo

             Mons. Manuel Moledo

AÑO 1945 — SETIEMBRE

¿Qué me queda de lo que he oído hoy, en la conferencia del Padre Moledo? […] El primer sacerdote a quien oigo hablar del cristianismo con una inteligencia crítica extraordinaria, clara y lógica; y sin que esto llegue a disminuir lo sobrenatural. Me queda la idea de que el cristianismo constituye una síntesis de lo humano y lo divino. Que hubo una época en que se vivió integralmente el cristianismo y que esto puede y debe volver a ser. […]  Oírle decir que lo que vivimos es, quizás, el final de la decadencia que empezó en el Renacimiento, me ha consolado en mi amargura. En esa angustia de encontrar, hasta en la Iglesia- sobre todo en ella-, un fariseísmo y una hipocresía que me desconcertaban,

SETIEMBRE
2 (En San Gabriel – En casa)
“En casa”, porque no habrá más, ya lo sé, nunca una casa que sea “mi casa”, sino ésta. He realizado todo lo que la quería estos últimos años, cuando el mundo exterior me ha desilusionado. Aquí estoy lejos de las palabras que hieren y de las que me indignan; aquí no somos “patrones y obreros”, y aquí, mientras la tristeza y la destrucción, la injusticia y la mentira, han cubierto el mundo, los árboles son bellos y la vida es simple.

***

20 (En Buenos Aires)
¡Todo el mundo va a la famosa “Marcha de la Libertad”!
[NOTA: El 19 de setiembre del 45 se realizó en Buenos Aires la “Marcha de la Constitución y la Libertad”, demostración de fuerza contra el gobierno militar (especialmente contra Perón, su vicepresidente) promovida por un conjunto de fuerzas políticas que abarcaba desde la derecha burguesa hasta el Partido Comunista y que contó con el apoyo de la totalidad de los medios de comunicación y la opinión internacional. La lectura de los diarios de la época deja la impresión de un plebiscito unánime, por lo que resulta asombroso comprobar que sólo un mes más tarde (17 de octubre) tendría lugar la enorme concentración ocular que reivindicaría la figura de Perón; y cuatro meses después su inobjetable triunfo en elecciones libres.]

Hasta la gente que piensa como nosotros: que argumentan que así se demuestra la unidad de todos los sectores contra Perón. Pero a mí jamás se me cruzó por la mente ni la posibilidad de ir. Por instinto no voy. Después de la discusión de anoche, en casa, me he puesto a meditar el porqué de ese instinto mío: como siempre, la intuición resulta la consecuencia de un pensar subconsciente.

Lo veo a papá sentado en el sillón del comedor, y sé exactamente lo que diría. Hubiera considerado la suprema torpeza, unirse en una manifestación con los socialistas, radicales y comunistas aun cuando existiera una coincidencia circunstancial. 

Porque, de hecho, la muchedumbre de hoy es un “Frente Popular”. Aunque el motivo aparente y primero fuera la oposición a Perón, el segundo y verdadero es el “antifascismo”. Y el dueño del antifascismo, y quien mueve esto desde atrás es la izquierda. Y tan lo mueve, y tanto éxito tiene, que salen a la calle las oligarquías: de muy buena fe y sin darse cuenta.

Además, si hubiera tenido alguna duda, he descubierto que los principios – de los que aborrecía en mi juventud – son el último recurso, lo único firme en momentos de confusión. Y no se une una persona como nosotros, por ningún motivo, a lo que consideramos un mal o un error. Yo no voy junto con los comunistas, los cipayos y los masones, para nada.

¡Con razón arrolla el izquierdismo a los centros y a las derechas en momentos de confusión! Esta marcha es una demostración del procedimiento, y de la forma de cómo suceden estas catástrofes.

Por otra parte, me es indiferente que me tachen de peronista (sí, para eso tengo demasiado valor y demasiada rectitud). No me marea tampoco el “todo el mundo”, ni aun cuando entre “todo el mundo” haya gente cuya inteligencia respeto. Al contrario, cuanto más en contra estoy de la opinión general, más segura me siento de la verdad de lo que pienso. “Cuando todo el mundo se equivoca todo el mundo tiene razón” (creo que la frase es de Roca).
Me interesa ver las consecuencias de esta marcha, y lo que hará Perón.

***

25   ¿Qué me queda de lo que he oído hoy, en la conferencia del Padre Moledo?
[Nota: El padre Moledo, sacerdote muy instruido y orador inspirado, tuvo gran influencia en la evolución espiritual de la autora. Fue asesor de la Acción Católica y de la Liga de Madres de Familia. Perteneció a la joven generación de renovación católica, que en nuestro país se nucleó alrededor de los Cursos de Cultura Católica.]
(El primer sacerdote a quien oigo hablar del cristianismo con una inteligencia crítica extraordinaria, clara y lógica; y sin que esto llegue a disminuir lo sobrenatural). La idea de que el cristianismo constituye una síntesis de lo humano y lo divino. Que hubo una época en que se vivió integralmente el cristianismo y que esto puede y debe volver a ser.
                 Oírle decir que lo que vivimos es, quizás, el final de la decadencia que empezó en el Renacimiento, me ha consolado en mi amargura. En esa angustia de encontrar, hasta en la Iglesia- sobre todo en ella-, un fariseísmo y una hipocresía que me desconcertaban, que me impedían conformarme al mundo, a este mundo donde creía estar sola con mis ideas de Justicia y Verdad.
                  Ahora estoy segura de que estoy en lo justo, y que no debo transigir. Y sobre todo sé, sé ahora que hay una Verdad, que hay una Justicia. No era el no encontrarlas en los hombres lo que me amargaba y me hacía despreciar a la gente, sino el sentir la inconsistencia de mí misma si estas cosas no existían. Si existen, aunque solamente sea en mi religión, ya no estoy abandonada. Ya compadezco y tolero, no desprecio. Ya, aunque nadie entienda, vale la pena luchar.
                Y que un hombre superior y con autoridad, haya hablado (pero, en realidad, ¿acaso ha hablado de esto? No, no de esto en especial sino de mucho más. Pero estos conceptos eran como un camino por el que corrían todas sus palabras) me confirman en mi actitud. Estoy en lo justo cuando no me uno con los comunistas y los liberales en la famosa marcha, cuando algo en mí se subleva contra la indisciplina y las claudicaciones de la autoridad, cuando la hipocresía y la estupidez, la injusticia y la falta de caridad, me llenan de amargura. Y estoy en la verdad cuando razono según la lógica que me enseñó papá.

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