SUSANA SEEBER DE MIHURA 1952/7ª de 7 [86]

CARTA DE SUSANA A SU MARIDO ANTES DE MORIR
Diciembre 1952

Querido Enrique: Esta conversación quisiera tenerla verbalmente contigo, pero no quiero ocasionarte un dolor más, y dolor como éste antes de tiempo.

          Creo que no voy a vivir más que unos pocos días. Dios quiera que me equivoque. El dolor que te ocasionaría inútilmente, si me equivocara, es lo que hace que no te diga estas cosas de palabra. De todos modos, el padre Moledo destruiría en ese caso estos renglones y no habría pasado nada.

          Enrique, lo primero que quiero decirte es que te debo a ti los días más felices de mi vida, que tú has hecho que fuera muy intensa. Te quise siempre mucho, mejor, te adoré, pero te aseguro que ha sido cada vez más. Conserva siempre esta seguridad, porque ella te ayudará a vivir sin mi presencia visible, porque la invisible la vas a tener siempre. No te dejaré ni un instante. 

Recobra cuanto antes la serenidad, y ten la seguridad que con ello me darás la prueba más grande de mi cariño. No me niegues esta, que tú me has dado tantas, por lo que estoy increíblemente agradecida.

          Perdóname los malos ratos que fueron muchos, en ningún momento fueron por falta de amor.

          Vive para los chicos. Ellos te adoran. Creo que si no fuera porque te los dejo me desesperaría en estos momentos tristes. Todos son buenos. Compréndelos en sus pequeñas cosas y no los pierdas de vista. Yo les pido en estas palabras, que te tengan toda la confianza, la confianza más grande. A tu lado nada les faltará de lo que yo pudiera darles. En ti van a tener, de ahora en adelante, un padre y una madre. 

           Yo estaré en ti, para ellos y para ti.

           Sean tan unidos como yo los quise y los vi siempre. La seguridad de que esta unión no desaparecerá es lo que más me consuela en estos momentos tan difíciles.

          Enrique querido, querría decirte muchas cosas más, pero no puedo, me canso mucho. Perdóname todo, y ten la seguridad que te querré eternamente. No nos separará la muerte, si viene: volveremos a encontrarnos. No se desesperen ni tú ni los chicos. Y estaré siempre con ustedes.
         Les doy a todos esta vida que se me va, en un beso inmenso.
        Tuya para siempre tu:
                                                                         Amita

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.