prole – Blog del Buen Amor

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JUAN PABLO II CATEQUESIS SOBRE LA PUREZA DEL CORAZÓN 15 de octubre 1980 La concupiscencia de la mirada y la pureza interior El adulterio en el corazón puede suceder entre… [Continuar Leyendo]

Buenas tardes, Padre!! Aqui atreviéndome a escribirle. Hace años que lo sigo por distintos medios y Este blog al igual que Toma y Lee, son excepcionales. ¡Cuánto bien que hacen1 Lo que usted nos da, Padre, es increíble. Nos enseña cosas que pasan inadvertidas para tantos pastores. Todavía quedan sacerdotes que son una maravilla, Gracias a Dios. Pero usted es uno de ellos . Padre, hace muchos años que quiero escribirle, pero siempre termino borrando. Sé que es muy solicitado para el discernimiento […] Y yo también quisiera que me aconsejara y guiara. Ando como gallina sin cogote, porque claro, no vengo de una familia formada en la Fé católica. Mi conversión fue tarde, ya de grande y ya me había casado. Así que hice todo mal… Jajaja. Pero no vengo a pedirle eso. Leo sus recomendaciones a sus hijos que lo siguen, y veo los desastres que tengo. Pero bueno, como los perritos vengo a su sitio a comer de las miguitas y encauzar lo que puedo con la gracia de Dios. Como no tengo el mismo campo preparado para recibir sus indicaciones, es que al final y como descubriéndolo, eliminaba mi escrito.
Padre, los años se van pasando y como a todos, también nos toca despedir a personas queridas que nos dejan ese sabor agridulce por la ausencia presente y al alguito de esperanza de que estén en el Cielo. Y tampoco sabemos si estaremos vivos nosotros mismos, menos en la coyuntura actual.
Por todo eso, y más que no expongo porque me queda el mail muy extenso, es que quiero decirle cuánto lo amo. No digo que lo quiero porque eso es muy poco, me suena a quién quiere algo por su utilidad. En cambio, yo lo amo por lo que es, así como nos deja conocerlo, por lo que llegamos a saber de sus pensamientos, reflexiones y meditaciones. Lo conozco en sus poemas, en sus entrevistas, en esas meditaciones que comparte. Obviamente no sé cómo es en su día a día, en esa familiaridad, pero algo tantiamos cuando algún tema lo exaspera, por ejemplo. Admiro mucho su inteligencia, y su habilidad para transmitir sus conocimientos. Pero amo su persona, aunque suena cursi. Es lindo que exista, Doy Gracias a Dios por eso.
Tal vez no le interesa un comino que se lo diga, pero tal vez sí le agrade saber que en alguna parte del mundo hay una extraña que lo ama. Y así pongo en práctica el consejo de Evagrio Póntico sobre los pensamientos intrusos, los cuestiono.. jajaja. Ése tormento de qué va a pensar fue eliminado..! Todo un genio Evagrio, y yo que pensaba que Ellis era un visionario.
Bueno Padre, espero al menos haberle sacado una sonrisa para compensarle el tiempo que le tomó leerme.
Le envío un beso gigante y un abrazo al alma, mis cariños de siempre y oraciones por usted.
Pamela.

En respuesta a Pam.
Que el Señor que le inspiró perseverar en el buen deseo de dar su testimonio de la verdad, la siga confirmando en esa lucidez y fortaleza.
A mí también me fortalece que algunos pocos, como Usted, reconozcan lo que el Señor hace valiéndose de mi debilidad y nada. Si fueran muchedumbres sería motivo de duda para mí. Porque el mundo no puede ser unánime en la alabanza de un discípulo. Más bien lo confirman el vacío, el silencio, los menosprecios y vituperios.
Un testimonio como el suyo aprueba mi ministerio como venido del Señor mismo. «Por boca de los niños y pequeños sacaste alabanza» (Salmo 8, 2 citado por Jesús en Mateo 21, 16.
Y no alabanza para mí, sino para lo que hace el Señor que, como dice San Pablo, vive en mi. No yo, sino Cristo que vive en mi, como en su gruta de Belén, donde apenas tiene piedra en vez de almohada para reposar su cabeza. El Señor la bendiga e ilumine. Sigamos juntos el camino al Padre. No tema volcar en comentarios los ecos que despierta el Espíritu en su mente, en su alma en su espíritu.
No contriste el Espíritu callándolos, testimonie. Hoy acabo de borrar 62 comentarios SPAM y el suyo me resarce plenamente. Bendiciones Pamela.

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