
José María Pemán
No se acercan a Ti porque hueles a flores
del valle; y tus amores,
Señor, son un clarísimo destello.
No se acercan a Ti porque eres bello
y tienen miedo a que los enamores.
No te odian. Tienen miedo a la serena
mirada de tus ojos que no engaña.
No quieren pelear con la azucena.
Y les asusta el silbo de la caña.
Pudieran batallar mano con mano
y no dudaran batallar contigo;
mas temen que tu hechizo sobrehumano
haga amistades con el enemigo.
Temen subir a lo alto de la roca,
por no perder, arriba, el albedrío.
Les acobarda, Señor mío,
su misma pasión loca.
¡Tan sediento anda el mundo de tu boca
que le da miedo, a tanta sed, el río!
José María Pemán