TENTADA CONTRA EL NOVIO (6ª de 6)

LOS DILEMAS DE JACINTA:
INDECISA EN SU VOCACIÓN
¿FACUNDO , EL CONVENTO O EL SEMINARISTA?

LA TENTACIÓN VENCIDA
2 de julio
El último mail de Jacinta: Se puede apreciar cómo ha aprendido a no guiarse por la sensibilidad halagada, sino por la lectura de los hechos objetivos, apreciándolos con su inteligencia y basando en ellos las decisiones de su voluntad. Ha visto por fin los hechos que demuestran el amor que Facundo le tiene, garantizado por el respeto, el perdón y la relación casta, en la que puede crecer un amor, fundado en la comunicación de bienes, en la amistad, y no en sentimientos pasajeros, o en el halago de la vanidad espiritual. Un conocimiento de sí misma que es gracia de Dios, le permite ponerse en guardia contra sus propias debilidades y los engaños del enemigo. ¡Gracias Padre, que has dado la victoria a tu hija sobre el enemigo de la mujer! Ella, como hija de María, le pisa ahora la cabeza.
Y de parte del varón, se muestra también en esta circunstancia que Dios había puesto en su corazón el amor por Jacinta, el deseo de su bien, el sufrimiento con su mal, y la comprensión para su debilidad de hija de Eva.
PARA LOS QUE AMAN A DIOS TODAS LAS COSAS COOPERAN PARA EL BIEN. AÚN LAS TENTACIONES. ELLAS NOS MUESTRAN NUESTROS PUNTOS DÉBILES, NUESTROS DEFECTOS, PERO TAMBIÉN EL PODER DEL AUXILIO DEL SEÑOR. ESTE ES EL «HAPPY END» DE LOS QUE VIVEN EN GRACIA.

Hola Padrecito mío en Cristo!

[…] Le cuento rápidamente mi vida después de su consejo.
Lo recé bien, bien, lo pensé y lo razoné.
De a poco las cosas se prestaron para que tomara una decisión. Así que bueno… empecé a mirar que el seminarista en cuestión solo me buscaba cuando necesitaba la contención que no tenía o no percibía y después desaparecía, ya sea espiritual o afectivamente, y de usar y apropiarse.
No sé si me explicaría bien con esta comparación, pero algo así como una garrapata espiritual, que terminaba asfixiándome y sacándome la libertad, y se aprovechó de mi condición de poca estabilidad en ese instante de mi vida… y yo, encontraba lo que la concupiscencia me demandaba: halagos y palabras bonitas, sin enfrentar una realidad! ¿Me explico, padrecito mío??

Luego de su correo, empecé a

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