TESTIMONIO [7] NATY:
TRATANDO CON JESÚS ESPOSO [1 de 2]

«Desde que comencé a tratar a Jesús como Esposo Y a mí misma como su 
Esposa: su Iglesia Iglesia subistente en mí….»

¡Hola Padre!
Soy Naty, espero que esté muy bien, y aquí le escribo como quedamos, para enviarle mi testimonio. En realidad sólo omití algunos detalles y utilizo mi segundo nombre, poco conocido por la gran mayoría: Naty. 
Espero que el testimonio de lo que está haciendo en mí Jesucristo Esposo, sirva a otras mujeres que estén también en la búsqueda del amor real y verdadero. Desde mi experiencia les digo que a mí me vino a buscar ya y apenas oi su voz le respondí: ¡Jesús Esposo! ¡Nunca me lo había imaginado así!

Gracias a Dios estoy en un período de relativa calma. Cuando relea mi testimonio [se publicará el viernes próximo] recordará a qué me refiero.  
      Estoy  como le digo en relativa calma, trabajando con mis alumnos universitarios y renaciendo en el amor de contemplación.
      Me es difícil en estos días orar con mucho discurso, me siento un tanto cansada emocionalmente y un poco espiritualmente después de todo lo que vivimos con mi tío pródigo. 

Viene mucho a mi memoria Edith Stein, con esta frase: “Hay un estado de sosiego en Dios, de total relajación de toda actividad espiritual, en el que no se hacen planes ningunos, no se toman decisiones de ninguna clase y , sobre todo, no se actúa, sino que todo el porvenir se deja a la voluntad de Dios, se abandona uno totalmente al destino“.

Aunque quisiera planear, simplemente no me da la razón ni el sentimiento…aún. 
      He dormido lo que me faltaba, disfruto mucho la naturaleza, caminar en silencio. Reconozco la presencia de Dios muy claramente en las personas que encuentro, en los sucesos, en la naturaleza; sin embargo, estar frente al sagrario es árido, parece que no hubiera mucha correspondencia, aunque trato de perseverar en mis visitas al Santísimo. ¿Cree que sólo sea pasajero, y solo debo esperar a que vaya regresando a la «normalidad»?

También Jesús me puso en el camino de NN, una amiga que acaba de pasar por una operación muy delicada. La fui a visitar, y me contó que le venían muchos pensamientos y sentimientos por Jesús y deseos de hablarle como a un esposo. Ella estaba un poco temerosa porque siendo ya  casada, pensaba que eran pensamientos extraños, y le pedía a Jesús una confirmación de todo lo que siente y piensa. ¡Y mire! «casualmente» nos vimos y lo platicamos. Así que le he hablado de usted y de todo lo que me ha dicho al respecto. Se quedó atónita, agradecida, feliz y «en la nube» 🙂 

Nuestro Jesús me dio la alegría de ver la cara de sorpresa y amor con que quedó mi amiga con mi explicación. Y el momento de su vida que eligió el Señor para manifestársele y confirmarle la autenticidad de los sentimientos que Él mismo le traía al alma.

Le he compartido a NN dos archivos de sus libros «Me quiero casar», y direcciones de sus blogs. Ella no puede leer mucho por ahora, pero al menos pude confirmar sus preguntas y ser yo ahora, para ella, como la amiga del Novio

     ¡Qué cosas me va mostrando nuestro dulce Señor!

Muchas gracias por leerme, y por su paciencia padre Horacio, que Dios lo cuide y le dé mucha alegría. 

A continuación va mi testimonio 
sobre la esponsalidad con Jesucristo 
y de la Iglesia esposa dentro de mí.
Con cariño, Naty

[Tapas de la edición Argentina
Buenos Aires, Editorial Lumen]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.