TESTIMONIO
SONIA: POR UNA CRUZ A LA LUZ

El que tiene poder 
para entrar 
en nuestros aposentos


Cómo empezar el relato de una experiencia que es sencilla pero grandiosa por su intensidad, cómo explicar y contar una cosa que significó un cambio importante. Cómo narrar mi propia conversión.


Sí, conversión aún cuando yo estuve siempre a lado del Padre (como el hijo mayor de la historia del hijo pródigo). En las páginas de un libro encontré que los males y los sufrimientos no ocurrían por gusto, que Dios sabía sacar provecho de eso para nuestras vidas y no significaban pérdidas. Fue lo que me sucedió.
Hace más de tres años conocí al amor de mi vida, ¡por fin había llegado el amor a mí y estaba contentísima! Nos conocimos como cada vez más gente se conoce en estos tiempos: por internet.


Pronto vino a verme, sin embargo yo no pude ir con tanta facilidad porque se presentaron obstáculos migratorios y desde entonces todo comenzó a decaer. Especialmente su ilusión y entusiasmo. Nos esforzamos mucho para estar juntos pero no se pudo y sin embargo, yo corazón de mujer, claro, nunca me desilusioné pues yo pensaba que sí, que era él para mí y yo para él y que todo esto no era más que una prueba y que pronto superaríamos. Nunca dude, siempre creí… pero él comenzó a dudar y finalmente me dejó de querer. Ojalá hubiéramos terminado con valentía dejándonos ir mutuamente; pero no, comenzó un tiempo de idas y venidas, de ambigüedades que no pararon hasta que otra persona llegó a su vida. Ahí se acabó todo de la forma más  amarga y dolorosa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.