¿CÓMO HACER PARA OLVIDAR UN GRAN AMOR? (4 de 4)

UNA CONSULTA DE SONIA Y MIS RESPUESTAS


DESCUBRÍ A JESUCRISTO, EL NOVIO DE MI ALMA


Un primer acto en la historia de Sonia quedó registrado en El Blog del Buen Amor en las entradas del 1, 7 y 14 de agosto del 2009 y el 5 de Octubre de ese año. Hoy vuelve a visitarnos y nos deja este testimonio acerca de otro acto, más doloroso pero más glorioso que el primero.

 “Lo primero que se piensa es que Jesús es esposo de las consagradas y nada más… pero lo es de toda mujer…” […] “En Semana Santa, el viernes, yo le dije a Jesús que aunaba mi soledad a la suya en la Cruz, cuando se quedó solo… y anoche le dije que unía a él, también, mi deseo de ser amada pues Él también tiene ese deseo y mi deseo de amar pues Él también lo tiene… y conversando quedaba sorprendida pues le decía que ahora sí que me daba cuenta de lo mucho que sufre por nosotros…” 

 4.- Padre Horacio:
 Leí los dos links que me envió. Me gustó mucho lo del amigo del Novio que era el papel de Juan el Bautista y en el caso suyo también, que nos conduce al pueblo, a la gente sin pastor a quien es la Vida y el Amor, al Novio de nuestras almas.

 Me parece increíble que seamos pocas las mujeres que aceptamos a Jesús como esposo… !Será que no lo conocen!… o será que no lo saben, pues lo primero que se piensa es que Jesús es esposo de las consagradas y nada más… pero lo es de toda mujer… Jesús tenía un respeto y amor enorme por cada una.

 Lo de mi noviazgo con Jesús recuerdo que se lo comenté a un amigo francés muy devoto de la Virgen -reza tres Rosarios al día- y me dijo: «!Ah no, es que yo no quisiera a Marie como novia!… porque además quiero una aquí de carne y hueso» me hizo reír mucho.

Yo le dije que no, que en su caso no importaba pues María es nuestra Madre… y el que yo quiera a Jesús como novio no quitaba que podía tener uno acá en la Tierra, también.

 En Semana Santa, el viernes, yo le dije a Jesús que aunaba mi soledad a la suya en la Cruz, cuando se quedó solo… y anoche le dije que unía a él, también, mi deseo de ser amada pues Él también tiene ese deseo y mi deseo de amar, ¡pues Él también lo tiene!… y conversando con Él

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