Diálogo radial con Sandra y Miriam:
«La visión revelada por Dios acerca del amor humano»
PERIODISTA (Sandra).- Los malos modelos de amor tienen mucho que ver con el tema de lo que es el hombre, la visión de lo que es el hombre…
Padre BOJORGE.- Así es. La visión del hombre es equivocada. La visión luterana dice que la naturaleza está totalmente corrompida por el pecado de modo que prácticamente es imposible querer ser virtuosos. Al fin el hombre desiste de ser virtuoso porque se pregunta: “¿Para qué si no hay remedio?” Hay otra visión como la rousseauniana que dice que el hombre es bueno y es la sociedad la que lo hace malo. Y la visión freudiana que dice que la naturaleza del hombre es buena y que lo que el hombre debe hacer es guiarse por sus impulsos, que al niño no hay que corregirlo, hay que dejarlo que siga sus impulsos, no reprimirlo. Hay una nueva pedagogía que dice que ni siquiera hay que enseñarle, hay que esperar a que salga de él; no enseñarle a leer y escribir, con lo cual quedarán analfabetos.
Y, ¿cuál es la verdad acerca del hombre?
Es la verdad católica, la verdad revelada por Dios, que hizo al hombre bueno, lo creó muy bueno, pero por el pecado original la naturaleza humana fue herida y las consecuencias y penas de este pecado se heredan y deben ser sanadas. Nuestro Señor Jesucristo vino a sanar las consecuencias del pecado original, y esto se sana por los Sacramentos. Nuestro Señor Jesucristo instituyó un Sacramento para el amor humano que es el Matrimonio. En la visión cristiana el matrimonio es un Sacramento ¿Qué significa esto? Que Dios actúa a través del esposo, que es ministro del Amor Divino para santificar a la esposa y que actúa a través de la esposa, como ministro del Amor Divino, para santificar al esposo.
Es decir que detrás del amor humano que se tienen, en realidad como ese amor humano es creado, está el Amor Divino, pero como ese amor humano de los esposos está herido por el pecado original tiene que sanarse y Dios nombra al otro como médico de sanación. Los dos son recíprocamente maestros el uno para el otro, médicos el uno para el otro, pastores el uno para el otro y sacerdote que santifica al uno y al otro. Esta es la grandeza del Sacramento del Matrimonio. Es Obra de Dios a través de los esposos. Es Cristo el que obra en cada esposo para el otro. ¡Esto es maravilloso! ¡Es grandioso!
PERIODISTA (Sandra).- ¡Grandioso! Y ojalá se pudiera meditar más sobre este tema. Siempre decimos, a raíz del tema de los hijos, de la misma procreación, recordando sus frases, que somos cooperadores de Dios en la tarea creadora, que tenemos el lujo y el honor de traer hijos al mundo gracias a Dios y convertirlos en Sus adoradores.
Padre BOJORGE.- Así es, en adoradores del Padre. Por eso es Sacramento, porque es sagrado. Y, ¿por qué es sagrado? Porque Dios actúa. Es Dios el que está actuando.
En los cristianos, incluso en los bautizados, hay una pérdida de esta visión del carácter sagrado del matrimonio y de la unión esponsal. Y esta pérdida los priva de la gran felicidad de saberse el uno para el otro ministros del Amor Divino, que pasa a través del amor de los esposos. No es que anule el amor de los esposos sino que Dios ama a la esposa con el amor del esposo y ama al esposo con el amor de la esposa. De modo que son ministros el uno para el otro y como que la Gracia Divina pasando a través de uno y de otro toma forma de amor de esposa para santificar al esposo, para enseñarle y sanarlo, para pastorearlo, alimentarlo, guiarlo y defenderlo y toma forma de amor de esposo para hacer lo mismo con la esposa.
¡Es una maravilla! Son ministros. Tomemos todavía un ejemplo para ver mejor lo que es un ministro. El sacerdote, por ejemplo, es ministro de la Gracia de Dios para perdonar los pecados. Si una persona se confiesa conmigo yo le digo:”Yo te absuelvo”, porque yo soy ministro de Cristo para absolverlo. En cuanto puedo y esa persona lo necesita lo absuelvo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Soy ministro del Perdón de Dios. No soy yo el que está perdonando, es Dios el que está perdonando a través de mi ministerio. Cuando yo consagro en el Altar el pan y el vino no digo: “Esta es la sangre del Padre Horacio”; digo: “Esto es Mi Cuerpo”, “Esta es Mi Sangre”, porque es Cristo el que está hablando en mí y obrando a través de mí. No soy yo, es Cristo el que consagra con mis palabras. Yo Le entrego mi voz a Cristo para que Él la use.
Lo mismo pasa en el matrimonio. Es Cristo el que ama a la esposa en el esposo y con amor de esposo y es Cristo el que ama al esposo con amor de esposa. De manera que ellos son ministros de un Sacramento. Es acción sagrada por la cual se aman y se manifiestan el amor el uno al otro y por la cual también dan la vida, es decir traen hijos al mundo y al Cielo, con destinación celestial.
Este es un ministerio sagrado. Los esposos son tan ministros de una acción divina como lo soy yo por el Orden Sagrado. Tanto el Orden Sagrado como el Matrimonio son los Sacramentos de santificación de los demás: el sacerdote para santificar a todos y los esposos para santificar cada uno al otro.
PERIODISTA (Miriam).- Por eso es que en el Sacramento del Matrimonio el sacerdote es un testigo e incluso puede ser un diácono, distinto a otros Sacramentos.
Padre BOJORGE.- Por eso se casan no mirándose el uno al otro sino los dos mirando hacia Dios. Y la Iglesia está allí presente con el sacerdote o con el diácono como testigo del “Sí” que se han dado. De modo que los ministros son ellos dos. La materia del Sacramento es su misma persona y la forma del Sacramento es el “Sí” que se dan. Se lo dan ahí para dárselo toda la vida y prometen dárselo toda la vida. Ese “Sí” se va renovando día a día hasta que la muerte los separe.
[Conversación en Radio Familia-Murialdo el 13 de octubre de 2008]