CONVERSACIONES SOBRE EL BUEN AMOR (6)

Diálogo radial con Sandra y Miriam
«La amistad matrimonial»

PERIODISTA (Miriam).- En la segunda parte del libro hay algo que a mí me gusta mucho: la amistad matrimonial.
Padre BOJORGE.- Sí, porque la amistad es el nombre del amor. Pero es amor recíproco y por eso debe ser en las dos direcciones. No basta con que uno quiera al otro.
PERIODISTA (Miriam).- Me gusta cuando dice que el varón tiene que saber escuchar a la mujer… A nosotros nos cuestan otras tantas cosas pero al varón le cuesta escuchar a la mujer. Quizás porque hablamos demasiado.
Padre BOJORGE.- Sí, o porque él mismo no se da cuenta de que eso forma parte importantísima del ministerio del esposo. Un médico que no escucha al paciente no puede diagnosticar. Y como él es médico de su esposa debe escuchar el alma de su esposa, ponerle el oído para ver dónde está el mal si es que hay mal y dónde está el bien si es que hay bien. Porque la esposa muchas veces va con su alma al esposo esperando una claridad que ella no consigue tener acerca de sí misma y que el esposo, cuando vive en Gracia, puede dársela. Él tiene la Gracia de decirle: “Lo que te pasa es tal cosa”. Y ella dice: “Realmente es así”, no porque se lo dijo él sino porque fue como un reflector la razón del esposo proyectándose sobre la oscuridad del alma de la esposa permitiéndole a ella ver. Podemos dar otra comparación y decir que el oído del esposo es como un espejo donde ella se ve. La mujer necesita un espejo, siempre necesita un espejo. Sin espejo le cuesta mucho arreglarse. Y necesita el oído del corazón del esposo como un espejo de su alma para poder verse en lo que el esposo entiende de ella.

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