EL OCTAVO SACRAMENTO: EL DOLOR – Hugo Wast (1ª de 2)

Presento este texto del famoso novelista y escritor católico argentino Hugo Wast (en la foto) porque es una hermosa reflexión sobre el sentido del dolor


«El santo y sabio teólogo ingles Padre Faber ha llamado al dolor el octavo sacramento.


No sé que nadie haya dicho nada más hermoso, profundo y cristiano acerca del instrumento inventado por Dios para salvar al mundo del exterminio.


Dios había creado al hombre concediéndole un don formidable, la libertad. Pareciera que el cántico de los cielos y de la tierra y de todas las criaturas que narran la gloria de Dios, Coeli enarrant gloriam Dei, no lo satisfacía, porque era un homenaje impuesto por la naturaleza de las cosas, no era una oración de un ser que pudiendo levantarse contra el e insultarlo, a pesar de esa tremenda facultad, lo reconociera y lo adorase.


Y ese era el hombre libre. Pero el hombre se corrompió y se rebeló contra Él y lo insultó, y adoró a dioses que fabricó con sus manos. Y Dios se arrepintió de haberlo creado, según la misteriosa expresión de la Biblia, y decretó su exterminio y el de toda carne que se movía sobre la tierra: “Exterminaré – dice el Génesis -, de la haz de la tierra al hombre que he creado, y desde el hombre a todos los animales, desde los reptiles hasta las aves del aire, porque me arrepiento de haberlos hecho.”


Pero Noé, que era justo, halló gracia ante los ojos del Señor, que salvó en él la especie humana y con él una pareja de todos los animales, mientras las aguas del diluvio devoraban todas las estirpes.


Volvieron los hombres a poblar la tierra y volvieron a rebelarse y a delinquir, y toda carne corrompió su camino.


La balanza de la eterna justicia quedó desequilibrada por la prevaricación de aquel ser tan débil por el cuerpo, pero tan poderoso por el espíritu de libertad que poseía y que podía hacer frente a su Creador, el cual se detenía sobrecogido delante de su criatura.


“¿Por ventura se levantará el barro contra el alfarero y la vasija contra su hacedor?” – se pregunta Isaías espantado. Y he aquí justamente que el barro se levantaba contra el alfarero.

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