13 de setiembre de 2010
Hola Padre:
No sé qué decir, pero ayer me sentí libre después de haberle contado, y después me sentía que Dios me había abandonado, inquieta pensando «¿qué pasó que no me contestó?»
Yo sé que usted es una persona muy ocupada y le queda difícil estar contestando correos, voy a esperar a que me conteste no importa lo que se tarde y si es voluntad de Dios usted me siga guiando. Gracias.
Ahora lo que pienso es que el demonio me ha violado[2].
Entonces de verdad yo no quiero hacerle ningún mal a Usted, ni a mí misma y pues a nadie.
La Virgen María y Mi Divino Amado Esposo Jesús lo
bendigan y que Dios le conceda bendiciones de salvación[6].
Gracias.
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[1] Le «vienen» pensamientos intrusos acusatorios que ella todavía no reconoce como intrusos, sino que acepta como propios con la convicción de que es culpable de «sostener» pensamientos impuros. O que le producen temores y la encierran o le bloquean buenos propósitos. No resulta claro hasta ahora, que ella se entretenga voluntariamente en ellos, o que la recurrencia y la compulsividad obsesiva de las fantasías sexuales que invaden su imaginación no le sean propias puesto que no las quiere. Más tarde declara que durante la mayor parte de su vida no ha tenido menstruaciones, al parecer por una menarquía traumática por falta de información. O por rechazo de su femineidad como culposa o riesgo de inducir a pecado. Luego relatará una visión a la edad de unos nueve o diez años, una percepción imaginaria de una presencia maligna miraba sus pechitos que comenzaban a formarse con una mirada de odio perverso. Esa imagen parece haber producido una «impronta» indeleble y perdurable en su imaginario y su memoria, con la sensación de que su ser mujer era odiable.
lejos de la verdad. Hay una violación del alma que puede terminar — y de hecho, al parecer, termina — en vejaciones sexuales homólogas a las de una violación involuntaria. El resultado es la conciencia confusa, y a veces errónea acerca de culpa y pecado
causa de orden espiritual demoníaco.
esponsal con el Señor.